ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Qué actitud debemos tomar ante el nacimiento de un nuevo miembro?


Enviado por   •  12 de Febrero de 2015  •  Prácticas o problemas  •  1.706 Palabras (7 Páginas)  •  216 Visitas

Página 1 de 7

¿Qué actitud debemos tomar ante el nacimiento de un nuevo miembro?

La llegada de un nuevo bebé a la familia puede provocar un montón de cambios repentinos en la vida familiar. Antes de que nazca el bebé, es lógico que los padres dediquen mucha atención y energía a los preparativos del feliz acontecimiento. Y, después del parto, la mayor parte de la atención de toda la familia se centrará en colmar las necesidades básicas del recién nacido

Todos estos cambios pueden ser difíciles de sobrellevar para el hermano/a mayor. No es nada raro que los hermanos mayores acumulen resentimiento contra el recién nacido por haberles desplazado del centro de atención, usurpándoles el lugar central en la vida familiar, y que reaccionen ante semejante cataclismo portándose mal.

Usted puede adoptar algunas medidas para ayudar a su hijo/a a sobrellevar lo mejor posible todos estos cambios. Explicándole el embarazo a su hijo/a mayor con un lenguaje comprensible y que tenga sentido para él/ella, teniendo mano izquierda con él/ella e incluyéndolo en el cuidado del recién nacido, podrá hacer mucho más llevadero el proceso de transición para toda la familia.

Mitos y creencias de la Familia

La familia y sus relaciones fundantes son regidas, entre otras muchas fuerzas. Institucionalizados, por códigos escritos que emanan del Estado, así como por reglas y normas de diversa índole producidas por las distintas religiones y sus correspondientes iglesias. La Iglesia Católica, para aludir apenas a una de ellas, incide de múltiples maneras en la vida familiar, ya sea mediante prescripciones relativas a la sexualidad y la observancia del matrimonio, la interdicción del divorcio o la definición de contenidos normativos acerca de las relaciones de pareja y entre ésta y su prole. Sin embargo, sería un equívoco atribuir al Estado o a las Iglesias el monopolio de la producción o transmisión de normas sociales relativas a la vida familiar. La cultura teje y reproduce modalidades sutiles de carácter prescriptivo, entre cuyas expresiones más comunes destacan las creencias cristalizadas en mitos, las cuales consisten en aseveraciones cargadas de significado que sirven para inducir, de manera indirecta, la obediencia a principios cultural mente relevantes, así como para moldear relaciones sociales, incluidas las de naturaleza íntima, como las familiares.

La investigación con base en los mitos nos parece una forma útil y provechosa de acercamiento a la familia, al tiempo que permite rescatar una dimensión constitutiva básica del imaginario social y de aludir igualmente a la memoria colectiva. En este breve texto nos interesa explorar la idea de que es posible, con la utilización de este enfoque, ampliar y enriquecer la reflexión sobre la familia. El análisis se centra en lo que denominamos los mitos que aluden a la vida y las relaciones familiares.

La cultura, los mitos y sus variedades

El mundo de ayer, como el de hoy, está poblado de mitos profundamente arraigados en la conciencia colectiva. Muchos de estos mitos con frecuencia aluden a lo sobrenatural, a los misterios del cosmos y la naturaleza, y son el conducto por donde fluyen los sentimientos sociales más íntimos y las aspiraciones más recónditas, el lenguaje escogido para reforzar las identidades grupales, para comunicar los anhelos colectivos o para manifestar y transmitir temores socialmente compartidos. A menudo los viejos mitos son, como otras instituciones, modernizados y profanados, reconociéndose bajo modalidades nuevas en los mensajes políticos, seudocientíficos o ideológicos. Todos reflejan, en formas diversas y variadas, cierto desdén ante el racionalismo puro. Un conjunto de mitos muy próximos a nosotros en nuestra vida cotidiana, como es el caso de la evocación de un pasado verdaderamente feliz o el mito constantemente renovado de los buenos tiempos de antaño, el mito del eterno retorno o del recomienzo fatal de las cosas, el mito de la abundancia por venir o el mito del paraíso perdido, constituyen algunos ejemplos de ello.

El mito puede ser definido como una tradición alegórica con origen en un hecho real o imaginario que marca el inicio de una conciencia o identidad espiritual. [2] El mito ejerce un poder singular sobre los integrantes de una comunidad, un pueblo o una nación. Como productos culturales, los mitos condensan ideales (o más bien realidades idealizadas) y sus mensajes tienen un alto grado de universalidad y perdurabilidad, aunque pueden perder vigencia. [3] Berger y Luckman (1968:52), al exponer algunas propuestas relevantes de Schütz, afirman que" la expresividad humana es capaz de objetivarse, o sea, manifestarse en productos de la actividad humana”. Este señalamiento, que no se refiere inmediatamente a los mitos, es de utilidad para pensarlos como productos de la actividad humana, ergo culturales, dotados de sentido no sólo simbólico, sino también pragmático. El mito es un algo que da sentido, cohesión y voluntad de vivir a los integrantes de un pueblo y cumple la función de arraigar identidades, transmitir orientaciones prescriptivas y recrear prácticas.

La persistencia y continuidad de los mitos descansa en la fuerza de poderosas imágenes visuales, orales o escritas y en el contenido de los mensajes y símbolos que transmiten, los cuales suelen tener una fuerte resonancia colectiva. El análisis del contenido de los mitos es inseparable de las

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10.7 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com