RECICLAJE Y AMBIENTE ESCOLAR

La saturación de desechos en el colegio Rufino José Cuervo contamina olfativa y visualmente el ambiente escolar. Después de un tiempo nos dimos cuenta de que a través del reciclaje, la comunidad educativa, a la vez que aprende, puede contribuir a disminuir esta contaminación.

Desastre ambiental escolar

Son las 6 de la mañana y camino a lo largo de los pasillos, subo escaleras y recorro los patios de descanso, entro a las oficinas y en la cafetería, tal vez me detengo en alguna aula de clase. El panorama es a la vez tranquilo y desolador. No hay estudiantes que ocupen estos espacios con su algarabía y pienso en lo distinto que será todo media hora después. Una extraña tranquilidad se siente aquí.

Poco a poco llegan estudiantes que a esa hora ya compran toda clase de cosas por las rejas donde desde bien temprano se han apostado los vendedores ambulantes que les ofrecen la ilusión del placer momentáneo del azúcar en todas sus formas.

No han pasado 15 minutos y vuelvo a recorrer los mismos lugares. Los estudiantes han entrado a sus clases y se ha recobrado la calma. Sin embargo, ahora veo envolturas por todas partes, papeles arrugados y tirados al azar, cáscaras de frutas y palillos de colombinas. En fin, desechos del consumo desaforado que comienza bien temprano en la mañana y que ahora comienzan a barrer pacientemente las señoras del aseo en su oficio inútil de todos los días.

Pienso en eso porque horas más tarde llegará el descanso y los patios se llenarán de nuevo con el bullicio, las refriegas y los juegos de los estudiantes, que al final dejarán tras de sí una estela de desperdicios humanos como si hubiera pasado el vendaval de un carnaval de pueblo.

Ahora los espacios, vacíos de estudiantes, están llenos de bolsas de refrigerios, paquetes de frituras, talegos de refrescos, envolturas de chocolatinas y de caramelos, cáscaras de bananos, de mandarinas, de naranjas y de mangos; pepas de todas las clases, papeles de todos los colores y un número inimaginable de cosas que han ido a parar en todos los rincones del colegio.

Nuevamente aparece el destacamento de señoras del aseo tratando de limpiar el caos que se repite a diario y que parece no tener fin.

Una estrategia de solución

Entonces nos preguntamos qué podíamos hacer, y decidimos implementar una estrategia que permitiera solucionar este problema involucrando a la comunidad educativa. Así que pensamos en crear un proyecto ecológico transversal que incluyera el manejo de las basuras. De esa manera los estudiantes y sus familias podrían tener una solución económica parcial y a la vez contribuir a solucionar el problema de la institución. De hecho, alrededor de 250 mil personas viven del reciclaje en Colombia.

Lo primero que hicimos fue informar a los estudiantes sobre el problema que genera arrojar basuras en cualquier lugar. Por ejemplo, en invierno se taponan las alcantarillas, causando inundaciones, lo que provoca pérdidas materiales y humanas.

Un caso cercano se vivió en el año 1998. El río Tunjuelo se desbordó y en algunos sectores el nivel del agua alcanzó los techos de las casas arrasando con animales y enseres. Esto, debido a que las basuras arrojadas por los vecinos al río y a las alcantarillas hicieron subir el nivel normal de las aguas. Sin embargo, la mayoría de la gente no relaciona el hecho de arrojar basuras con el desastre producido.

Tampoco tienen conciencia de que el aire se contamina con los olores que generan los residuos al descomponerse y que las basuras arrojadas en lotes, en las aceras o en las calles, no sólo deterioran la estética, sino que atraen insectos y roedores, transmisores de enfermedades como la peste bubónica, la rabia, el parasitismo y la fiebre tifoidea, entre otras.

En charlas con estudiantes y padres de familia se les contó cómo la mano del hombre provoca los llamados “desastres naturales”, en parte debido a que no se reutilizan los desechos, lo que contribuiría a preservar los recursos naturales. Por ejemplo, recientemente ha comenzado a dárseles a las llantas un novedoso uso como arrecifes artificiales en el Caribe colombiano, con excelentes resultados en la recuperación

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