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RESUMEN DE LIBRO JOSUE


Enviado por   •  20 de Agosto de 2013  •  2.643 Palabras (11 Páginas)  •  798 Visitas

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Resumen Josué

Cap. 1 Este habla acerca de cómo se inició la tan esperada entrada a la tierra prometida; la muerte de Moisés da paso al levantamiento de Josué como líder para alcanzar el propósito de Dios, el cual llama a este siervo para esforzarse en este trabajo. Dios confirma a Josué el territorio que les había de entregar, tierras en las cuales fluye leche y miel prometiéndole estar con él así como lo estuvo con Moisés, le recuerda que nadie le hará frente en todos los días de su vida, dándole la dirección correcta para la conquista, solamente que demandaba que se esforzara y que fuera muy valiente de hacer lo que Moisés les había enseñado, que no tendría que apartarse de esa ley, porque solo así sería prosperado en todas las cosas que el emprendiera. Y Josué así lo hizo, habló al pueblo y dio indicaciones de lo que habían de hacer para ir y poseer la tierra heredada. Entonces el pueblo externó su apoyo para con Josué, y le dijeron que harían todas las cosas que les manda hacer para cumplir el propósito.

Cap. 2 Lo primero que decidió hacer Josué es enviar dos espías a la tierra de Jericó para conocer la tierra y los habitantes de ella. Los espías fueron y entraron a la casa de una ramera llamada Rahab, la cual había creído en Jehová Dios porque había escuchado todo lo que él hizo con su pueblo para sacarlos de la tierra de donde eran servidumbre. El oír los hechos poderosos de Dios hizo que esta ramera tuviera temor y ayudara a los dos espías escondiéndolos en la terraza de su casa. Pero el rey y todo el pueblo habían escuchado que dos espías entraron a la tierra y se dieron cuenta que Rahab tuvo contacto con ellos; por ello, el rey mandó decir a Rahab que los entregara y ella dijo que si los había visto pero que se habían ido al monte; entonces los perseguidores fueron tras ellos. Rahab les dijo a los espías que ella sabía lo que pasaría con su tierra, y les pidió que cuando Dios les entregara a Jericó en sus manos, ellos recordaran que ella los había ayudado, les pidió que no hicieran daño a su familia ni a sus pertenencias y los espías aceptaron e hicieron un acuerdo, siempre y cuando ella no los denunciara. Cuando ellos partieron al monte, Rahab ató una cuerda a su ventana, la cual sería la señal de ese pacto.

Cap. 3 Josué entonces se levantó de mañana y empezó a organizar al pueblo para pasar el río Jordán, les dijo que cuando miraran a los sacerdotes levitas pasar con el arca, ellos debían caminar tras ella para conocer el camino que los llevaría hacia Jericó. Josué les dijo a los sacerdotes que tomaran el arca del pacto y que pasaran delante de todo el pueblo y ellos así lo hicieron. Entonces Jehová le dijo a Josué que empezaría a engrandecerlo delante de su pueblo para entiendan que estaría con él como lo estuvo con Moisés. Y entonces le dijo Dios que los sacerdotes al pisar las aguas del Jordán debían detenerse para que el pueblo pasara en tanto ellos cargaban el arca del pacto. Y así fue, cuando llegaron a la orilla de río las aguas que venían de arriba de detuvieron y el pueblo pasó en dirección de Jericó. Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán.

Cap. 4 Después de esto, Jehová Dios mandó a Josué que mandara a doce hombres, uno de cada tribu, a tomar una piedra de donde se encontraban los sacerdotes que cargaban el arca y las colocaran donde iban a acampar y pasar la noche. Ahí las levantaron como un monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre y cuando sus hijos preguntaran a sus padres el significado de esas piedras, ellos debían responder: que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová. Ese día pasaron el Jordán cerca de cuarenta mil hombres armados listos para la guerra pasaron hacia la llanura de Jericó y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán y Josué dijo a los hijos de Israel que Dios había dividido las aguas del Jordán como antes había abierto el Mar Rojo para que todos los pueblos de la tierra conocieran que la mano de Jehová es poderosa.

Cap. 5 Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán oyeron como Jehová había secado las aguas del Jordán tuvieron temor y su corazón desfalleció delante de los hijos de Israel. En aquel tiempo Jehová mandó a Josué a circuncidar a todos los hijos de Israel porque todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones y los hombres de guerra, habían sido ya circuncidados pero ya habían muerto en el desierto; más todo el pueblo que había nacido en el desierto y por el camino no había sido circuncidado y los hombres que salieron de Egipto y que eran circuncidados habían muerto por cuanto no obedecieron la vos de Jehová, por lo cual Dios les juró que no les dejaría ver la tierra que fluye leche y miel. Y cuando fue circuncidado todo el pueblo se quedaron en el mismo lugar hasta que sanaron; ese lugar le llamaron Gilgal y celebraron a Pascua y comieron del fruto de la tierra, panes sin levadura y espigas, el maná terminó de caer hasta la mañana siguiente y nunca más tuvieron maná. Cuando Josué estaba cerca de Jericó vio a un varón frente a él, con una espada desenvainada en su mano, y Josué yendo hacia él le preguntó si era hombre de ellos o de sus enemigos, y el varón le respondió que no, sino que estaba allí como príncipe del ejército de Jehová, entonces Josué se postró sobre su rostro y le adoró y el Príncipe del ejército de Jehová le pidió que quitara el calzado de sus pies porque el lugar que pisaba era santo.

Cap. 6 Jehová le había dicho a Josué que había entregado a Jericó, a sus hombres de guerra y a su rey en su mano así que le ordenó rodear la ciudad durante seis días, dando una vuelta cada día, irían los hombres de guerra y siete sacerdotes, los cuales llevarían el arca y siete bocinas de cuernos de carnero y tocando las bocinas rodearían la ciudad cada día y el séptimo día darían siete vueltas pero iría todo el pueblo y cuando Josué ordenara gritar, el pueblo gritaría y tocarían las bocinas y así lo hicieron por seis días. El séptimo día se levantaron y rodearon la ciudad siete veces, todos en silencio y cuando Josué ordenó al pueblo gritar, lo hicieron y los muros de Jericó fueron derribados y Josué ordenó al pueblo no tomar nada de Jericó, solamente Rahab la ramera, su familia y sus pertenencias que están en su casa debían ser salvos puesto que ella había escondido a los mensajeros que había mandado Josué y puso a salvo su vida. Pusieron fuego a toda la ciudad de Jericó, únicamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová, la plata y el oro, los utensilios de bronce y de hierro. Entonces Josué hizo un juramento al todo el pueblo diciéndoles que sería maldito el

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