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Reacciones del niño hospitalizado

Carol Valeria Flores MiñanoSíntesis24 de Agosto de 2015

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ASIGNATURA:

     Enfermeria en salud del Niño y Adolescente II

                           

DOCENTE:

                               Elsa Vargas

TEMA:

  EL NIÑO Y LA FAMILIA FRENTE A LA HOSPITALIZACION

AUTORAS:

  • Flores Miñano, Carol
  • Herrera Zavaleta, Milagros
  • Peláez Soto, Flor
  • Purizaga Moya, Yesenia
  • Ruiz Honorio, Susan

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PRESENTACION

Sra. Elsa Vargas

Profesora del Curso de Enfermería en salud del niño y adolescente II

        Siendo requisito indispensable para la aprobación del curso a su cargo la presentación de este trabajo, es que pongo a vuestra disposición y consideración el presente trabajo titulado “El niño y la familia frente a la hospitalización”

        Seguras de las deficiencias que encontrará en dicho trabajo por encontrarnos en un proceso de aprendizaje y preparación, esperamos sepa comprender y valorar el esfuerzo realizado.

LAS AUTORAS

INTRODUCCION

La población pediátrica de los hospitales ha cambiado de forma notable en las dos últimas décadas. Un porcentaje mayor de los niños hospitalizados en el pasado. En efecto, muchos de estos niños son recién nacidos frágiles, con lesiones o incapacidades graves, que han sobrevivido gracias a los increíbles avances tecnológicos, pero que han quedado con dolencias incapacitantes crónicas, que necesitan frecuentes y largas permanencias hospitalarias. Por otro lado, la naturaleza de estas afecciones aumentan la probabilidad de que se empleen con ellos procedimientos más invasivos y traumáticos. Todos estos factores vuelven a los niños más vulnerables a las consecuencias emocionales de la hospitalización y les origina necesidades significativamente diferentes de las de los pacientes de corto plazo  de antes. La mayoría de estos niños son lactantes y pequeños que empiezan a andar, el grupo de edad más vulnerable a los efectos de la hospitalización.

Efectos beneficiosos de la hospitalización

Aunque el ingreso en el hospital puede ser, y generalmente es, estresante  para los niños, también puede resultar beneficioso. El beneficio más obvio es el restablecimiento de la enfermedad, pero también puede brindar la oportunidad a los niños de dominar el estrés y de sentirse competentes en su lucha contra una situación adversa. Además, el medio hospitalario puede ofrecer a los niños nievas experiencias de socialización, capaces de ampliar sus relaciones interpersonales. Conviene, por tanto, tomar en consideración y potenciar al máximo los posibles beneficios psicológicos de la hospitalización.

EL NIÑO Y LA FAMILIA FRENTE A LA HOSPITALIZACION

  1. Definición

  • Enfermedad: La OMS define enfermedad como “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”.

Para aprender y desarrollarse el niño debe percibir, explorar e intentar comprender las situaciones nuevas que le provocan incertidumbre y curiosidad con una finalidad, la adaptación

  • Hospitalización: Ingreso de una persona enferma o herida en un hospital para su examen, diagnóstico, tratamiento y curación por parte del personal médico.
  1. Factores estresantes de la hospitalización

La enfermedad y la hospitalización suelen ser las primeras situaciones críticas con los que tiene que enfrentarse los niños. En especial durante los primeros años, son vulnerables a estas crisis porque:

  1. El cambio del estado habitual de salud y de ambiente
  2. Los niños tienen un número limitado de mecanismos de resolución de este tipo de incidentes(las reacciones infantiles a estas crisis dependen; del desarrollo del niño, experiencias anteriores, duración de la separación y la hospitalizacion, la gravedad del diagnóstico y el apoyo disponible)

Los principales factores estresantes son:

  1. Angustia ante la separación

Es el principal factor de estrés de lactantes y preescolares (sobre todo entre 6 y30 meses). Las principales respuestas comportamentales durante la primera infancia son:

  • Fase de protesta: los niños reaccionan enérgicamente a la separación del progenitor (gritan y lloran por sus padres, rechaza las atenciones de cualquier otra persona y son inconsolables en su angustia)
  • Fase de desesperanza: cesa el llanto y es evidente la depresión el niño está menos activo, no se interesa por el juego ni por el alimento, se aísla
  • Fase de indiferencia “Rechazo”: desde afuera parece que el niño se a adaptado por fin a la perdida. Se interesa más por el entorno juega con otros y parece que entabla nuevas relaciones, pero esto es señal de resignación y no de estar contento. El niño se aparte de sus padres, en un esfuerzo por eludir el dolor emocional de desear su presencia, y se las arregla entablando relaciones superficiales con otros, esto hace que se vuelva cada vez mas egocéntrico, dando importancia a los objetos materiales.

Por otra parte hay datos que indican que incluso con los factores estresantes tan fuertes como la separación, los niños son extraordinariamente adaptables y son raros los efectos permanentes.

Factores estresantes y la influencia en la primera infancia

Durante este periodo de edad en el lactante , se ven las reacciones antes descritas. Por otro lado los niños que empiezan a caminar presentan comportamientos más prácticos. Por ejemplo suplican a los padres que se queden e intentan físicamente retenerlos consigo o buscarlos cuando se han ido, con rabietas, negándose a cumplir los horarios del hospital.

Con los preescolares tienen mayor seguridad que los demás pequeños, pueden tolerar periodos cortos de separación de sus padres y les resulta más fácil confiar en forma sustituta en otros adultos. Sus protestas son más sutiles y pasivas que los niños más pequeños ellos muestran su angustia negándose a comer, llorando por sus padres en silencio o apartándose de los otros niños; expresan su enfado indirectamente rompiendo juguetes, pegando a otros niños.

Segunda infancia y adolescencia, los niños en edad escolar son más capaces de sufrir las separación en general el estrés impuesto por la enfermedad u hospitalización aumenta la necesidad de seguridad y de orientación paterna. Los niños de los cursos medios y últimos reacción más a la separación de actividades y de compañeros, son frecuente los sentimiento de soledad, aburrimiento, aislamiento y depresión (es importante conocer que esta reacción ocurre, mas por la separación que por la preocupación de la enfermedad, tratamiento o el medio hospitalario).

Los niños en edad escolar necesitan y desean la orientación de los padres, pero no pueden o no quieren pedirlo por ser tan importante la meta de la independencia, o por temor a parecer débiles o dependientes. A menudo necesitan manifestarse hostiles y enfadados y otros sentimientos negativos, con ellos encuentran una salida o diferentes modos como irritabilidad y agresión hacia los padres, rechazo del personal hospitalario. La separación del hogar puede ser un suceso bien acogido para los adolescentes, pero la perdida de contacto con el grupo de compañeros constituye una gran amenaza emocional.

  1. Pérdida de control

Uno de los factores que influye en el estrés es el grado de control que los pacientes perciben que tienen. La falta de control aumenta la sensación de amenaza y puede afectar las habilidades de adaptación, porque las estimulaciones sensoriales acostumbradas.

  • Niños que empiezan a andar: los más pequeños se esfuerzan por conseguir autonomía que es evidente en su comportamiento: habilidades motrices, juego, relaciones interpersonales y comunicación. Cuando sus gustos egocéntricos tropiezan con obstáculos reaccionan negativamente (rabietas). Cualquier restricción o limitación del movimiento puede causar resistencia y desobediencia.

La sensación de pérdida de control también se origina en el cambio de las rutinas y ritos habituales, las experiencia de la hospitalización, limita sus expectativas ya que prácticamente todo los detalles del medio hospitalario difieren a los del hogar, con el cambio de rutinas pueden surgir dificultades. La reacción principal a este cambio es la  regresión. Aunque la regresión a formas anteriores de comportamientos parece aumentar la seguridad y el bienestar de los niños, es muy perjudicial para ellos renunciar a sus logros más recientes. La dependencia forzada es una característica principal de la situación del enfermo y explica los numerosos casos de negativismo en los niños pequeños.

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