Reflexión

REFLEXIÓN

En la actualidad, el docente está más que nunca obligado mejorar sus habilidades pedagógicas, a manejar diferentes herramientas tener sobresalientes competencias educativas, de manera que su desempeño se va perfeccionando durante su práctica, y no se quedo sólo en la obtención de su título de profesor.

Un docente que no es capaz de investigar su práctica, sistematizar la información, así como trasformar las variables y el entorno que no es favorable, carece de sus competencias profesionales. La función o rol del maestro es muy amplia y compleja, consiste en ayudar al educando a construir su propio conocimiento y guiarlo para que esa experiencia sea fructífera; así pues no radica en la transmisión de conocimientos ya elaborados al alumno. Otro de los rasgos que debe cultivar es su capacidad de ser investigador, sin embargo los comentarios que suelen escucharse entre docentes cundo asisten a los cursos es principalmente si van a dar constancias, el valor de escalafón, etcétera, sin preocuparse realmente por la importancia que el curso puede llegar a tener para su práctica docente, o bien para intercambiar opiniones y experiencias con sus compañeros. Estar informado, actualizado es más que un deber docente ya que el hecho de estar a la vanguardia de los nuevos proyectos educativos sirve como plataforma para elaborar nuevas metodologías y platearlas dentro de los colectivos docentes, pero más aún lo es compartir esos saberes con los demás de manera que las sesiones sean útiles y que las innovaciones sean de provecho para todo el plantel donde se labora.

Nuestro trabajo como maestros es desarrollar la capacidad de innovar nuestra práctica docente. Existen dos clasificaciones de trabajo en equipo realizadas por Phillippe Perrenoud (1999, p69); la primera es el llamado equipo “lato sensu”, “el cual se limita descubrir ideas y prácticas respectivas, sin decir nada”; el otro equipo es el “stricto sensu”, el cual, a su vez, se avoca a “funcionar como un verdadero colectivo, en beneficio del cual cada uno cede, voluntariamente, una parte de su libertad profesional. Esta clasificación nos permite hacer una analogía entre los equipos mencionados anteriormente y el que se forma en la institución educativa donde laboramos. Debemos recordar que el trabajo en equipo es una cuestión de competencia, pero también presupone la convicción de que la comparación es un valor profesional (Perrenoud. 1999), a lo que también se podría agregar la importancia de ser analítico y propositivo, y lograr la colaboración escuela – sociedad esta ultima por su parte tiene la misión de comprometerse y convencerse de que forman parte de todo un proceso educativo que posteriormente pasar a ser un producto laboral. Y lograr la colaboración escuela – sociedad esta ultima por su parte tiene la misión de comprometerse y convencerse de que forman parte de todo un

...