ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Reina Margot (Resumen Del Libro)

marlenesoares29 de Abril de 2013

3.526 Palabras (15 Páginas)1.873 Visitas

Página 1 de 15

Nacida el 14 de mayo de 1553 en el castillo de Saint-Germain-en-Laye, fue la séptima hija de Enrique II de Francia y de Catalina de Médici. Tres de sus hermanos fueron reyes de Francia: Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Una de sus hermanas, Isabel de Valois, fue la tercera esposa de Felipe II de España, y Claudia de Francia fue la esposa de Carlos III de Lorena.

Apenas pudo conocer a su padre que murió en 1559, y con su madre la relación era muy fría y distante, lo que le producía un sentimiento de admiración, por una parte y, por otra, de temor. Se educa con sus hermanos, Alejandro, duque de Anjou (futuro rey Enrique III), y Hercule (llamado enseguida Francisco), duque de Alençon. Cuando Carlos IX accede al trono en 1560, Margarita es llevada a la corte de Francia junto con sus hermanos mayores y el joven Enrique de Navarra. Es presentada en los Estados Generales en 1560 al lado de Renata de Francia, duquesa de Ferrare. Asimismo acompaña al rey cuando éste emprende su "gran viaje" por toda Francia, de 1564 a 1566, a fin de imponer la paz en el país.

Margarita mantiene unas excelentes relaciones con sus hermanos (hasta tal punto que las mismas suscitaron los rumores acerca de unas posibles relaciones incestuosas con Enrique y Francisco). Enrique confía tanto en su hermana que, cuando tiene que partir en 1568, para ponerse al frente del ejército real, le encarga la defensa de sus intereses frente a su madre. Margarita cumple concienzudamente la misión encomendada, aunque su hermano, al regreso, ni siquiera se lo agradece. "Es lo de menos", expresa Margarita en sus memorias.

En ese tiempo se inicia un idilio entre Margarita y Enrique, duque de Guisa, ambicioso líder de los católicos más intransigentes. Los Guisa eran partidarios de una monarquía puesta bajo la tutela de los Grandes que promovieran unas medidas más radicales contra los protestantes (en contra de lo que deseaban los Valois). La unión entre Margarita y Enrique es, por tanto, imposible. La reacción de la familia real es muy violenta, teniendo en cuenta, además, que los planes matrimoniales estaban ya muy avanzados. Este episodio pudo ser la causa original del "odio fraternal perdurable" (J. Garrison) que se produjo entre Margarita y su hermano Enrique, y el enfriamiento, no menos duradero, de las relaciones con su madre.

La princesa ha recibido una educación esmerada y posee todas las cualidades requeridas para deslumbrar en la corte, empezando por su extraordinaria belleza ("Si ha existido en el mundo un modelo perfecto de la belleza, éste es la reina de Navarra", escribió Brantôme). Sin embargo, resulta difícil discernir lo que hay de cierto o inventado por la rumurología acerca del número de sus amantes. Lo mismo puede decirse de los otros miembros de la familia (especialmente de su madre y de su hermano Enrique), pues los cotilleos procaces sobre todos ellos fueron constantes. Muchas de estas pretendidas aventuras atribuidas a Margarita, ciertas o inventadas, no tienen ningún fundamento, otras fueron, simplemente, unas relaciones platónicas.

A finales de 1560, Catalina de Médici intenta casar a su hija con el hijo de Felipe II de España, el infante Carlos, pero no lo consigue. Entabló asimismo serias negociaciones para esposarla con el rey de Portugal Sebastián I, pero tampoco llegaron a materializarse.

Enrique II vuelve a plantearse la unión de su hija con el joven líder del partido protestante, Enrique de Navarra, posible heredero de la corona de Francia después de sus hijos, (pero la perspectiva de su acceso al trono de Francia es todavía muy lejana). Enrique es también el heredero de inmensas posesiones en el sudoeste y, sobre todo, esta unión podría determinar la reconciliación entre católicos y protestantes que se hallaban enzarzados en la tercera guerra de religión.

Las negociaciones para este matrimonio se llevan a cabo entre Catalina de Médici y Juana de Albret, madre de Enrique y acérrima defensora de los hugonotes. Las conversaciones son largas y difíciles. Juana de Albret no se fía de la reina madre y exige la conversión de Margarita al protestantismo. Margarita, pese a la presión del partido protestante, no cede ante estas pretensiones, y Juana de Albret termina por dar su consentimiento a cambio de una considerable dote aportada por su nuera. Juana de Albret fallece poco después de concertarse el matrimonio y Enrique se convierte en el rey de Navarra. Margarita, obligada por su madre y por Carlos IX, accede a casarse, no sin repugnancia, con el soberano herético (de fétido aliento) de un reino residual.

Sin esperar la dispensa pontifical requerida por la diferencia de religión y el parentesco de los futuros esposos (ambos son los últimos bisnietos de Carlos de Angulema), la "unión execrable" (según los términos del general de los jesuitas) se celebra el 18 de agosto de 1572. La ceremonia se lleva a cabo de acuerdo con los deseos de los numerosos protestantes que han acudido a la misma en apoyo de su líder; la bendición tiene lugar delante del atrio de la Catedral Notre Dame de París, evitando de este modo la celebración de la misa de esponsales. El cardenal de Borbón es el encargado de bendecirles, no en su calidad de sacerdote, sino por su parentesco con Enrique, del cual es tío. La boda termina con tres días de fastuosas fiestas.

La tranquilidad entre católicos y reformistas dura poco. Unos días después de la boda se produce el atentado contra el almirante Gaspar de Coligny, uno de los cabecillas del partido hugonote. Al día siguiente de la Matanza de San Bartolomé (24 de agosto), los protestantes son masacrados incluso en el interior del Louvre (un gentilhombre gravemente herido se refugia en la habitación de Margarita). Enrique decide entonces abjurar del protestantismo para salvar su vida. La proximidad de la boda y la matanza supuso que este enlace fuera conocido con el nombre de "bodas rojas".

No es, por tanto, una cuestión de conciliación, y la disolución del matrimonio podría plantearse, pero Margarita da una prueba de lealtad quedándose con su marido.

En 1574, cuando muere Carlos IX, protestantes y católicos moderados (llamados los "Malcontentos") exigen la moderación del Estado en los asuntos religiosos. François de Alençon y Enrique de Navarra preparan una conspiración para hacerse con el poder; ésta fracasa y dos cómplices de la misma son arrestados y decapitados. Uno de ellos era Joseph de La Molle, presunto amante de Margarita (y héroe de "La reina Margot" de Alexandre Dumas).

Tras el fracaso de la conspiración, Francisco y Enrique son encarcelados en el castillo de Vincennes, del que Margarita intenta, en vano, que se evadan. Puestos en libertad, pero bajo la vigilancia de la corte, Alençon en 1575 y Enrique en 1576 acceden finalmente a escaparse.

Enrique no advierte a su esposa de su huida y las relaciones entre ambos esposos se deterioran gravemente, sobre todo por las intrigas de la amante de Enrique, Charlotte de Sauve, dama de honor de Catalina de Médici que provoca asimismo las desavenencias entre François de Alençon y Enrique de Navarra, ambos amantes de Charlotte, y a los que Margarita se había empeñado en aliar. Este episodio relativiza la imagen de un matrimonio plagado de infidelidades pero sólidamente unido en los asuntos políticos. En realidad, Enrique sólo se relaciona con su esposa cuando ésta le es útil para sus intereses; otro tipo de relación es inexistente.

Después de la fuga de su hermano y su marido, Margarita es recluida en el Louvre y vigilada por dos guardias porque Enrique III (rey en 1574) cree que es cómplice de ambos. Alençon - que se ha unido a los hugonotes - hace frente al rey y rechaza toda negociación en tanto su hermana no sea puesta en libertad. Margarita es liberada y asiste, con su madre, a las reuniones que intentan pactar la reconciliación; éstas terminan con la redacción de un texto extremadamente ventajoso para los protestantes y para Alençon: el edicto de Beaulieu.

Enrique de Navarra reclama enseguida a su esposa (ambos se habían reconciliado durante el conflicto, hasta tal punto que Margarita le confió los secretos de la corte), pero Catalina de Médici y Enrique III se oponen a ello. Margarita corría peligro de convertirse en rehén de los hugonotes, o servir como refuerzo de la alianza entre el rey de Navarra y Alençon.

En 1577, cuando se recrudece la guerra civil, Margarita -aduciendo que se encuentra dividida entre la lealtad debida a su esposo y a su hermano mayor- solicita autorización para irse, en representación de su hermano pequeño, al sur de los Países Bajos (norte de Francia yBélgica actualmente). Los flamencos, que se habían sublevado en 1576 contra la dominación española, parecían estar dispuestos a ofrecer un trono a un príncipe francés tolerante y dispuesto a aportar la ayuda diplomática y militar necesaria para la conquista de su independencia. Enrique III aprobó finalmente este viaje que, a la vez, le proporcionaba la ocasión de librarse de un hermano tan molesto.

En verano, y tomando como pretexto una cura de aguas en Spa, Margarita comienza su viaje. Durante dos meses cumple con su cometido. En cada una de sus etapas ofrece fiestas fastuosas, aprovechando la ocasión para relacionarse con los nobles hostiles a España y poner de manifiesto los méritos de su hermano, tratando de convencerles de las ventajas que obtendrían uniéndose a él. Traba amistad con el gobernador de los Países Bajos Don Juan de Austria, el vencedor de Lepanto, con el que mantiene una relación cordial. Pero para Margarita, a la que las fiestas le interesan más que las realidades políticas locales, su vuelta a Francia presenta dificultades

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (21 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com