Resumen Merklen

Resumen MERKLEN

INDIVIDUOS Y CIUDADANOS. Notas para un enfoque objetivista de la subjetividad popular.

El jefe de Los capitanes de la arena, que Pedro Bala, tiene quince años. "Hace diez que vaga bundea por las calles de Bahía: Nunca supo de su madre; su padre había muerto de un balazo. Quedó solo y gastó años en conocer la dudad. Hoy conoce todas sus calles y todos sus rincones. Despojados de cualquier medio de vida, aislados, vistos como una amenaza para el orden público, estos muchachos son en realidad perfectos cazadores urbanos.

Lo que denominó la "lógica del cazador" se fundó sobre la base de un extenso trabajo llevado a cabo en las afueras da Buenos Aires. Desde entonces he observado cazadores en otros barrios populares de gran precariedad, allí donde la vida cotidiana manda, una de cuyas características primordiales es que su relación con la sociedad se establece, de manera privilegiada, a través de la ciudad.

UNA FIGURA DE INDIVIDUO MODERNO EN EL MEDIO POPULAR: LOS CAZADORES URBANOS

La clave para comprender a los individuos a los que nos referiremos es que viven en el mundo como “cazadores” antes que como “agricultores”. Viven de lo que su hábitat les puede ofrecer, extrayéndolo de esa naturaleza que les es propia: la ciudad. Lo que caracteriza su modo de actuar es su relación de inmediatez con el medio. Puesto que no explota más que recursos “salvajes” (no domesticados), el cazador no controla su reproducción. Conoce los medios apropiados para atrapar a su presa, pero todavía tiene que encontrar una.

Tientan su suerte en la oportunidad que las grandes ciudades les ofrecen, especialmente en aquellas en las que el carácter informal de la economía y de las instituciones brinda las aperturas en las que hallar el sustento vital. El cazador debe ser hábil, astuto, avispado: debe dominar a la perfección su territorio y desarrollar las capacidades necesarias para la correcta explotación del medio. Sabe cuándo una fábrica busca gente, cuándo la municipalidad llama a salir a la calle para loar a un candidato o para organizar una barricada. El cazador ha aprendido incluso a redactar proyectos para ONG.

Encontramos casi siempre a los cazadores viviendo en diversas formas de hábitat popular: su existencia es indisociable del barrio. La caza forma parte de una estrategia colectiva de “multiactividad" que comienza en el seno familiar, ampliándose después a la comunidad del barrio, "lo que permite compensar los azares del mercado y también en la eventualidad, los azares de los recursos de autosubsistencia"

La figura del cazador depende de dos factores: en primer lugar, donde reina la precariedad, el cazador traduce un forma adaptativa en condiciones de vida extremadamente inestables; en segundo lugar, la figura del cazador responde a formas de inscripción colectiva que permiten a esta personas existir, mal que bien, como Individuos. Estas formas de inscripción colectiva corresponden a dos órdenes: 1) Las más inmediatas de tipo relacional, que se presentan bajo la forma de una inscripción territorial en el barrio, 2) Las institucionalizadas, que permiten el acceso a la sociedad y escapar al grupo inmediatamente contiguo.

UNA SITUACIÓN DE INDIVIDUACIÓN ESPECÍFICA: INESTABILIDAD COTIDIANA Y FORMAS DE INSCRIPCIÓN COLECTIVAS

Caracterizaremos al mundo popular a partir de dos rasgos que lo distinguen: la inestabilidad de su vida cotidiana y la fuerza de su tejido relacional, que generalmente está anclado al territorio. Estas dos características definen cada medio popular corno una condición particular de individuación.

Que la inestabilidad es una característica de los mundos populares es algo sabido. Las fuentes de esta inestabilidad (tanto como de la estabilidad) para las clases populares son dos: la relación con el trabajo y las instituciones públicas.

Si dos son las causas de la inestabilidad, una sola es su consecuencia: la incertidumbre. La incertidumbre se opone con claridad a la esperanza de progreso, pero sobre todo a la planificación, al control del porvenir. Así se observa una relación de doble dimensión con el tiempo organizado. La primera es la de lo imprevisible (el accidenté Interrumpe indefinidamente el orden deseado), mientras que la segunda es lado una espera, en la que el tiempo transita lentamente, fijo en el espacio. El letargo de ésta permite integrar la naturaleza traumática de aquella.

UN MUNDO INCIERTO

La inestabilidad y la falta de regularidad invaden la vida cotidiana en el barrio popular a niveles desconocidos para otras categorías sociales. Esta experiencia de lo incierto es ajena a la de otras zonas de la ciudad y más rara aún en otras sociedades, en las que las instituciones rigen la vida social de manera más sistemática. Las instituciones públicas, en esos casos, tienen una influencia muy grande en la socialización, pudiendo de esta manera articular más eficientemente el paso del individuo de una institución a otra en los diferentes momentos de su vida.

En épocas de crisis se produce una fractura del sistema Institucional que expulsa a una gran cantidad de individuos hacia situaciones de desafiliación (“exclusión social”)

Me refiero a esas situaciones en las que el Estado no regula, o lo hace de manera laxa, importantes ámbitos de la vida cotidiana. Esto queda expresado claramente en el carácter cada vez más informal de

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