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Resumen de Tertuliano


Enviado por   •  26 de Julio de 2011  •  Resúmenes  •  1.918 Palabras (8 Páginas)  •  806 Visitas

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resumen de tertuliano

Tertuliano empieza diciendo que tuvo una disputa con Hermógenes, pero únicamente tratando temas del alma, puesto que el defendía que este había tomado su existencia más a partir del influjo de la materia que del soplo de Dios.

Tertuliano dice que se dedicara con todo ahínco a rebatir a los filósofos, y empieza rebatiendo a Platón en el discurso Fedón de Platón.

Donde Tertuliano dice que toda aquella cordura de entonces de Sócrates era producto de la maquinación de una moderación fingida, no del pleno convencimiento de haber descubierto la verdad, pues ¿a quién se ha mostrado la verdad sin Dios?

Sin duda, Sócrates estaba poseído por un espíritu extraño, puesto que cuentan que un demonio le acompaño desde su niñez, verdaderamente pésimo maestro, aunque entre poetas y filósofos los demonios son considerados inferiores a los dioses, pero, no obstante, junto a los dioses.

Tertuliano continua diciendo, que la filosofía impone las leyes a las cosas, unas veces las equipara, otras las elimina, obtienen conclusiones inciertas de cosas ciertas, gusta del ejemplo, como si hubiera compararse todo; define todo, incluso con propiedades opuestas entre lo semejante, no deja nada a la voluntad divina, y hace de sus propias opiniones leyes naturales; lo podría tolerar si siendo ella misma natural, se mostrara como dueña de la naturaleza por su participación en la condición divina.

Por el contrario señala Tertuliano que al cristiano le basta con unas pocas cosas para el pleno conocimiento de esto, pues lo cierto siempre se halla de lo poco, y no le es posible buscar más allá de lo que le es licito hallar. El apóstol claramente desaprueba las polémicas interminables.

Además, no se puede saber más de lo que Dios enseña, y, sin duda, lo que Dios enseña es todo.

Por esta causa el asunto del alma ha sido dislocado por las doctrinas filosóficas de unos hombres que mezclan el agua con el vino. Unos niegan que el alma sea inmortal, otros afirman que es más que inmortal, unos discuten acerca de la sustancia, aquellos con respecto de la forma, y otros de la disposición; estos deducen de dónde le viene su origen, otros aducen – por el contrario- su fin, en la medida en que el honor de Platón, el vigor de Zenón, el método de Aristóteles, el estupor de Epicuro, la tristeza de Heráclito o el furor de Empédocles lo entendieron.

Entonces para Tertuliano el alma no procede de la materia, sino del soplo de Dios, salvaguardados también entonces por la regla de la inoscurecible determinación divina: y soplo Dios, dice, “espíritu de vida sobre el rostro del hombre, e hizo al hombre alma viviente”.

Para Tertuliano después de haber determinado el origen del alma surge la cuestión de su ser. Es conveniente que, una vez que hemos delimitado el alma como creación divina, de limitemos su nacimiento. Esto lo pasa por alto Platón haciendo al alma innata e increada. Nosotros, por el contrario, tras la fijación de un origen, defendemos que es nacida y creada.

Así, el mismo Sorano, habiendo tratado acerca del alma en cuatro libros, y además siendo un experto en todo tipo de sentencias filosóficas, defiende la sustancia corpórea del alma, aunque con engaños la privo de la inmortalidad. No está al alcance de todos creer lo que es propio de los cristianos.

Mas con Sorano en persona se demuestra que el alma se alimenta de las sustancias incorpóreas, por ello también el filósofo muestra que se nutre de lo incorpóreo.

Ante este punto Tertuliano dice que considera absurdo y retorcido excluir del conjunto de los elementos corpóreos cualquier cosa por el hecho de que no se acomode a los restantes ejemplos de corporeidad.

Tertuliano decía que había una “hermana” que había sido agraciada por los carismas de la profecía, dice que decía: “se me mostro el alma de manera corpórea, y parecía espíritu, pero no de un modo inane y vacuo, sino más bien como si se pudiera tocar, delicada, lucida, de color aéreo, y de forma en todo humana. Esta es la visión”.

Si, en efecto, el alma es cuerpo, sin duda hemos de atribuirle aquellas características que dijimos arriba, de ahí se deduce que, como todo cuerpo, tendrá alguna propiedad de color. ¿Y que otro color esperaras como adecuado para el alma sino el aéreo y lucido?

Así, imagínate también ya su figura por tus sentidos, que no ha de concebirse otra forma para el alma humana sino la propiamente humana, ciertamente la de su cuerpo que cualquier alma lleva.

Por lo cual la corporeidad del alma queda constituida a partir de una condensación y la forma se obtiene a partir del molde. Este será el hombre interior, el otro el exterior; uno es duplicidad, teniendo también aquel sus propios ojos y orejas con las cuales el pueblo hubiera debido oír al señor, poseyendo también los demás miembros de los que se sirve en sus pensamientos y se vale en los sueños. Así, en el infierno el rico tiene lengua y el pobre dedo, y Abraham seno.

En lo que concierne para la exactitud del cuerpo de creencias determinan que el alma es simple según Platón, esto es, uniforme, por lo menos por la razón de sustancia.

Los filósofos aseguran como cierto que los mosquitos, hormigas y polillas carecían de pulmones y arterias. Dime investigador curiosísimo, ¿tienen ojos para ver?

¿Piensas que puede vivir algo sin espíritu, y no crees que pueda respirar sin pulmones? ¿Qué es, te pregunto, respirar? Pienso que echar aire de dentro de uno mismo. ¿Qué es vivir? Según creo no es echar de uno mismo aire.

Finalmente, si distingues

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