SOBERANIA ALIMENTARIA
flornunez17 de Abril de 2014
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SOBERANIA ALIMENTARIA
Concepto
El concepto de Soberanía Alimentaria fue desarrollado por Vía Campesina e incorporado a la agenda de los movimientos sociales en 1996, cuando se presentó a debate en la Cumbre Mundial de la Alimentación. Hoy en día constituye una de las principales propuestas alternativas a las políticas sobre agricultura, comercio y alimentación.
Entonces, entendemos por soberanía alimentaria como “el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental.”
Principios
-La soberanía alimentaria se centra en la alimentación para la ciudadanía, poniendo el derecho a la alimentación en el centro de las políticas alimentaria, agrícola, ganadera y pesquera, y rechaza el planteamiento de que los alimentos son sólo una mercancía más o un insumo o material para la agroindustria internacional.
-Fomentar un esfuerzo sostenido de investigación y desarrollo de tecnologías para la producción y transformación de alimentos. Propiciar la formación de talento humano asociado a líneas de investigación y desarrollo, aprovechando la capacidad endógena
-Potenciar la capacidad científica y técnica de las instituciones que les permita explorar, conocer, investigar, valorar, conservar y desarrollar sosteniblemente los recursos naturales como un patrimonio altamente productivo en lo ecológico, social y económico. Consolidar un sistema multi-institucional abierto, que propicie un estilo de desarrollo tecnológico agrícola fundamentado en procesos de libre concurrencia, descentralización y participación social
- El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral para garantizar la Soberanía y seguridad alimentaria de la población
Políticas
Los partidarios del concepto de soberanía alimentaria plantean un marco para la gobernanza de las políticas agrícolas y alimentarias que incorpora una amplia serie de temas, tales como la reforma agraria, el control del territorio, los mercados locales, la biodiversidad, la autonomía, la cooperación, la deuda, la salud, y otros relacionados con la capacidad de producir alimentos localmente.
Abarca políticas referidas no sólo a localizar el control de la producción y de los mercados, sino también a promover el Derecho a la alimentación, el acceso y el control de los pueblos a la tierra, agua, y recursos genéticos, y a la promoción de un uso ambientalmente sostenible de la producción.
En febrero de 2007 tuvo lugar el Foro por la Soberanía Alimentaria en Nyeleni (Kenya) organizado por La Vía Campesina y la Marcha Mundial de Mujeres. Su objetivo, en palabras de la activista y participante en el Foro Esther Vivas era: "llevar a cabo un debate estratégico sobre qué se entiende desde los movimientos sociales por soberanía alimentaria, qué propuestas concretas se reivindican y cómo llevarlas a cabo". En el Foro de Nyeleni se enfatizaron también los vínculos entre el movimiento por la soberanía alimentaria y el movimiento feminista, debido al papel central que juegan las mujeres en el mundo rural. Esther Vivas señala que " Las mujeres tuvieron un papel central como dinamizadoras y participantes en el evento. Un día antes del inicio del foro se celebró, en el mismo recinto, un encuentro promovido por la Marcha Mundial de Mujeres con dos objetivos concretos: poner en común las opiniones de las mujeres sobre soberanía alimentaria y establecer aportaciones conjuntas al foro. Las mujeres reunidas reclamaron el mito de Nyéléni, una mujer campesina maliense que luchó por afirmarse como mujer en un entorno desfavorable. De hecho, el Foro por la Soberanía Alimentaria recibió el sobrenombre de Nyéléni en homenaje a esta leyenda."
LA SOBERANIA ALIMENTARIA FRENTE A LA CRISIS ACTUAL
Agricultura campesina y prácticas tradicionales" Es preciso devolverle a la agricultura, la sacralidad de la que fue despojada por el modelo de agricultura industrial. Es preciso también, retomar el modelo de agricultura tradicional fundado en el uso de abonos e insecticidas naturales, controles biológicos y rotación de cultivos." Con la aparición de la agricultura, hace más de 12 mil años atrás, se inició una transformación decisiva y trascendental en el desarrollo ulterior de toda la Humanidad. Este profundo cambio cultural que la agricultura representa y trajo, vendría a marcar, a partir de ese momento, todas las expresiones concernientes a la vida de todos los seres humanos. Del misterio y seguramente fascinación, que nuestros antepasados más lejanos le profesaron al sol, a las lluvias y al crecimiento y reproducción de los animales y las plantas; se fue pasando poco a poco, a una adecuación e interacción inevitable con el medio natural.
De allí que la agricultura debió, sin duda alguna, influir poderosamente entonces, en la génesis, desarrollo y justificación, de todas las nociones mágicas-religiosas que los pueblos precolombinos fueron forjando y transmitiendo de generación a generación, a lo largo de todo el esplendor que tuvieron sus civilizaciones. Por tanto, la agricultura no se limitó a ser la base fundamental para cubrir las necesidades básicas relacionadas con la alimentación, la provisión de medicinas, combustibles, ornamentos y materiales de construcción; sino que y en virtud de ese extraordinario y decisivo rol que simbolizaba en sus vidas, se valieron de ella para fundamentar una hermosa, rica y maravillosa cosmovisión religiosa.
De ese modo, las civilizaciones indígenas precolombinas que ocupaban las zonas de los Andes y Mesoamérica principalmente, forjaron tanto en la agricultura como en la religión, a dos de sus más importantes legados culturales. La agricultura, que hizo posible adelantar explicaciones elementales de los misterios de la muerte y el sentido y conservación de la vida, asuntos tan apasionados como preocupantes entre los grupos indígenas, influyó decisivamente en la formación y cohesión de las comunidades pre-hispánicas, alrededor de creencias y valores fundamentados en mayor medida, en concepciones animistas y naturalistas.
Sin embargo, toda esta cosmovisión religiosa que nació y se amparó en armónica relación y sustento con las prácticas y fines de la agricultura indígena, en épocas más recientes, ha ido gradualmente desapareciendo y en su lugar se ha venido imponiendo, una agricultura que no necesita invocar ningún Dios, más que el del mercado, para privatizar las semillas, los animales y las cosechas; para destruir los recursos y las bases fundamentales que hacen posible la actividad agrícola; para satisfacer primeramente exigencias comerciales y lucrativas, antes que las necesidades humanas más perentorias.
En efecto, la agricultura que hoy impera en nuestro planeta se encuentra en franco conflicto con los mismos recursos de los que depende para su existencia. Ésta renunció a la visión holística que fue decisiva para los pueblos originarios, que no veían ninguna separación entre el mundo natural y lo humano, para asumir la interacción hombre-naturaleza como una rivalidad siempre permanente. Los procesos agrícolas, lejos de abordarse entonces, desde la óptica de su complejidad intrínseca, fueron reducidos a una uniformidad y a una homogenización sin ninguna justificación válida, más allá de la que proporciona el lucro desmedido.
LA ESTRUCTURA CAMPESINA ANCESTRAL
En Venezuela, desde la conquista, los productores agrícolas han tenido acceso a la tierra agrícola mediante procesos esencialmente no mercantiles (invasión, clientelismo, uso de poder político, etc.). Sin embargo, desde fines de los años cincuenta, se ha desarrollado un mercado de la tierra en el ámbito nacional, al cual los agricultores y ganaderos se dirigen a a realizar sus ofertas y demandas.
Este mercado se compone de tierras privadas así como bienhechurías fomentadas en terrenos públicos. En este sentido la reforma agraria, iniciada en Venezuela hace 41 años, ha jugado un papel relevante al titular las ocupaciones formalmente ilegales herederas de la composición colonial. El desarrollo histórico de la distribución de la tierra en Venezuela dio como resultado un sistema dicotómico de propiedad donde predomino un sistema de plantación-conuco en la región central y un sistema de ganadería intensiva en el hato de los llanos. Las plantaciones orientaban su producción al mercado externo. Estos dos sistemas de producción fueron determinando un patrón de concentración de la propiedad debido a su expansión productiva. Por su lado, la producción familiar campesina corresponde a una evolución de las formas indígenas (áreas de los Andes, y el Macizo Oriental) o de los pueblos de misiones. El sistema de producción campesino, al no tener una vocación expansiva ha visto reducido, en términos relativos, su participación en la tenencia de la tierra.
Este panorama histórico puede considerarse, en términos generales, como representativo de la tenencia de la tierra hasta avanzado el siglo XX, a pesar de la pérdida de vigencia de la hacienda como eje de desarrollo agrícola en la región central a partir de los años veinte.
A partir de 1950, se desarrollan medianas empresas con características tecnológicas nuevas
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