Salud, Alteración Y Prevención En Educación Inicial

Pero debe llevarse inmediatamente al puesto de salud más cercano.

Para evitar este tipo de accidente debemos considerar ciertas medidas de seguridad tales como:

- Instalar un Break que se dispare en el momento de producirse una fuga de corriente.

- Mantener los toma corrientes tapados para que los niños no les introduzcan objetos.

- Y sobretodo tener un buen mantenimiento eléctrico y no permitir que se encuentren cables pelados o en mal estado.

Hemorragias.

Son muchas las causas que pueden producir una hemorragia, y lo primero que debe hacerse es colocar un paño limpio sobre la herida y apretar con fuerza para evitar que siga fluyendo mientras el niño es atendido por un médico. Mientras llegan los especialistas se debe colocar el niño con los pies alzados para evitar que entre en show.

Pero también ocurren hemorragias menores como lo son las nasales y en las cuales el niño se debe recostar con la cabeza alzada y colocarle compresas de agua.

Convulsiones

Las convulsiones pueden ser provocadas por muchos motivos, pero en los niños son más frecuentes las ocasionadas por causa de fiebres muy elevadas causadas por enfermedades infecciosas.

Si se presenta este tipo de convulsiones el docente debe tratar de volverlo en sí suministrándole compresas de agua y de inmediato llevarlo al médico.

Los otros tipos de convulsiones deben ser tratados por especialistas.

Si la causa es la epilepsia el docente debe saber como actuar para que no se haga ningún daño el niño.

En mi opinión personal, a los docentes se les deberían exigir tener cursos o por lo menos tener conocimientos de Primeros Auxilios ya que es muy impredecible cuando se trabaja con niños. Los accidentes siempre están latentes en las escuelas a la hora de receso y en la misma aula y si no disponemos de los servicios básico ni de la suerte de tener cerca un centro de salud, esos incidentes se pueden convertir en una experiencia desagradable que pude traer consecuencias fatales.

UNIDAD II: LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS QUE INFLUYEN EN LA SALUD INFANTIL.

El maltrato Infantil

Se define en primer lugar como una acción, una omisión o bien un trato negligente, naturalmente no accidental que priva a todo menor de sus propios derechos y de su bienestar, que amenaza o bien interfiere tanto su desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores pueden ser personas, las instituciones entre otras.

Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples forma que abarca una amplia gama de acciones que causan daño físico, emocional, maltrato institucional o mental en niños de cualquier edad. Sin embargo, el tipo de maltrato infligido varía con la edad del niño. Los malos tratos en bebés y niños en edad preescolar suelen producir fracturas, quemaduras y heridas intencionadas. En casi todos los casos de acoso sexual el agresor suele ser un hombre y la víctima una niña en edad escolar o adolescente. Sin embargo, en los últimos tiempos está aumentando el número de niños varones en edad preescolar que sufren este tipo de maltrato.

Tal vez el tipo más común de malos tratos es el abandono, es decir, el daño físico o emocional a causa de deficiencias en la alimentación, el vestido, el alojamiento, la asistencia médica o la educación por parte de los padres o tutores. Una forma común de abandono entre los niños es la sub-alimentación, que conlleva un desarrollo deficiente e incluso a veces la muerte.

El maltrato físico es aquel que implica el uso de la fuerza física, que va de una cachetada, seguida de distintos golpes, empujones y hasta lesiones graves, que puedan provocarle la muerte al infante. El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil. Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.

El maltrato emocional, generalmente ocasionado por una agresión de tipo verbal, es más difícil de destetar, quizá porque todavía nos aterramos de la violencia física (golpes y demás daños corporales), pero justificamos los ataques verbales, sobre todo cuando se trata de la supuesta educación del niño, ya que muchos padres pueden maltratar al niño y disculpar ese maltrato diciendo que se trata de disciplina.

Los maltratos institucionales son los que se en tiende por malos tratos institucional cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual del profesional que comporte abuso, negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básico del niño y la infancia

El maltrato infantil se subdivide en dos grupos:

1) Pasivo: Comprende el abandono físico, que ocurre cuando las necesidades físicas básicas del menor no son atendidas por ningún miembro del grupo que convive con él. También comprende el abandono emocional que consiste en la falta de respuesta a las necesidades de contacto físico y caricias y la indiferencia frente a los estados anímicos del menor

2) Activo: Comprende el abuso físico que consiste en cualquier acción no accidental por los padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad al menor. La intensidad puede variar desde una contusión leve hasta una lesión mortal. También comprende el abuso sexual, que consiste en cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de un familiar, tutor o cualquier otro adulto. La intensidad del abuso puede ir desde el exhibicionismo hasta la violación. El abuso emocional también entra en esta categoría de abuso activo y se presenta bajo la forma de hostilidad verbal, crónica (insultos, burlas, desprecios, críticas, amenazas de abandono, etc.) y el bloqueo constante de las iniciativas infantiles (puede llegar hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar.

Otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños testigos de violencia, "cuando los niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los

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