Seguridad Ciudadana
hectorloayza8 de Noviembre de 2012
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LA REFORMA POLICIAL PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD CIUDADANA, UNA TAREA FÁCIL DE PROMETER Y DIFÍCIL DE CUMPLIR.
Crnl. PNP Héctor Loayza Arrieta
En los últimos años uno de los problemas más graves que afecta nuestra sociedad es la inseguridad, esto ha motivado que muchos candidatos a la presidencia de la Republica, Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y Congreso de la República, hagan una serie de promesas para llegar al poder, sin embargo aquellos que han logrado llegar a ocupar algunos de estos cargos, siempre han llevado a cabo una serie de medidas improvisadas, lo cierto es que hasta la fecha no hay una política responsable en esta materia, lo que ha motivado nuestro análisis toda vez estando próximos a cumplir treinta años de servicios en la Policía Nacional siempre hemos estado y estamos esperanzados en que se hagan cambios trascendentales respecto a tan importante labor del Estado en la vida cotidiana de los ciudadanos cual es la Seguridad Ciudadana definida por la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana , como “La acción integrada que desarrolla el Estado, con la colaboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia pacífica, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos; tal concepto está estrechamente vinculado con los ideales que tiene una sociedad civilizada y democrática, que aspira al desarrollo económico y social del país, es permitir que cada uno de nosotros, al salir a las calles podamos desarrollar con tranquilidad todas nuestras actividades, es por tal razón que los políticos responsables deben comprender que para fortalecerla no basta solo con buenas intensiones, se requiere de una asesoría técnica, puesto que hoy en día esta labor se ha constituido una especialidad, se requiere manejar estándares internacionales en materia de derechos humanos, de tal forma que al igual que los gobernantes ponen especial cuidado en designar a personas técnicas para el manejo de la economía del país, de la misma manera deben elegir a personas calificadas para conducir la seguridad ciudadana, que tengan conocimientos y experiencia para dirigir y planificar la seguridad de la vida y tranquilidad de las personas. La Seguridad Ciudadana compromete fundamentalmente a cuatro instituciones el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Instituto Nacional Penitenciario y la Policía Nacional del Perú, constituyéndose esta última institución en el primer frente a la cual nos referiremos por cuanto consideramos que es a la que menos se ha prestado atención como a continuación pasaremos a analizar.
En el Perú al igual que en otros países de América Latina se ha intentado realizar grandes reformas policiales para mejorar la seguridad ciudadana, pero tal como indicó José María Rico la precariedad de nuestras democracias constituye un obstáculo para las reformas policiales, tanto porque carecemos de expertos civiles en temas de seguridad con la autoridad y conocimiento necesario para conducir modernos procesos de transformación institucional, lo que no deja de ser sorprendente por el costos que representa la criminalidad…, nuestras democracias terminan por convivir con instituciones policiales sin mayores cambios a fin de garantizar su lealtad.
Pero empecemos por hacer un breve repaso de las denominadas grandes reformas policiales realizadas en nuestro país por Presidentes de la Republica en los últimas tres décadas como mecanismos para mejorar la seguridad ciudadana, podremos apreciar que estos gobernantes, siempre iniciaron el ejercicio de su mandato con reformas en la “POLICÍA” como forma de alardear en el uso de su poder, parece ser una práctica común en los mandatarios de turno, pero veamos un poco de esas trascendentales innovaciones realizadas por últimos gobiernos:
El primer gobierno de Alan García (1985-1990), unificó a las tres instituciones policiales de ese entonces, la Guardia Civil, la Policía de Investigaciones y la Guardia Republicana en un solo cuerpo policial denominado Policía Nacional del Perú, generando más que una reforma o cambio trascendente de la función policial en un caos al interior de esa nueva institución policial, por cuanto no se había planificado absolutamente nada, no había un estudio previo, etc., cada efectivo policial se manejaba conforme a su formación, a sus antiguos reglamentos de sus ex instituciones de procedencia, generándose más conflictos de los que antes había en desmedro de la ciudadanía; la decisión que tomó el entonces Presidente Alan García, consideramos que más que inteligente fue hepática, ya que ésta se realizó por los problemas causados por los celos y disputas entre algunos de los integrantes de estas ex instituciones policiales, situación que fácilmente pudo solucionarse en ese momento con una acción disciplinaria contra los responsables de esos actos; por otra parte el gobierno de García Pérez no solo nos legó el más alto índice inflacionario de la historia del Perú, sino que también permitió que el terrorismo alcanzara un nivel insospechado de crecimiento, que logró cercar prácticamente las ciudades más importantes, efectuando el control territorial en gran parte de la sierra y selva del país; es muy ingrato recordar que la ciudadanía increíblemente en ese entonces, temía acercarse a un policía que estaba parado en una esquina, en un paradero de bus, o de ingresar a una dependencia policial por miedo a ser víctima de un atentado terrorista, es así como desapareció el antiguo “amigo policía” de los niños, para pasar a ser un combatiente y adoptando posturas de un soldado de guerra, como camuflarse (pintarse la cara), usar cananas (cintos llenos de balas cruzadas), llevar un par de granadas en el pecho y un puñal en el correaje; en las comisarías se colocaron tranqueras y trincheras con sacos de arena como si se estuviese en un conflicto de Vietnam o Medio Oriente, desnaturalizándose de esa manera la función policial de servicio a la comunidad.
Posteriormente durante los dos gobiernos de Alberto Fujimori Alberto Fujimori, se consolidó la dependencia de la Policía en las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior estuvo a cargo de Generales del Ejercito para de esa manera tener un control de la policía, el cargo de Ministro del Interior se convirtió en la práctica en uno de los más importantes cargos que debía tener un General del Ejército para alcanzar la Comandancia General del Ejército. Es en ese entonces que las Fuerzas Armadas reemplazaron a la policía para hacer frente al narcotráfico, con resultados que, como posteriormente fueron públicos no tuvieron resultados positivos, por el contrario afectaron la imagen de las FF.AA al comprometer a algunos de sus integrantes con actos de corrupción.
Respecto al terrorismo, a la llegada del gobierno de Fujimori la policía ya había aprendido a luchar contra este flagelo, más que por la capacidad estratégica de sus gobernantes, por la ingrata experiencia adquirida en dos décadas de lucha que costó la muerte de más de 1,500 policías y otros 1,500 que quedaron inválidos , luego que fueran víctimas de ataques cobardes en su servicio o en sus precarios locales policiales con el uso de coches-bombas, en emboscadas o ajusticiamientos o asesinatos para simplemente para robarles sus armas principalmente de aquellos que se encontraban solitarios e indefensos, es así como luego de una excelente trabajo de inteligencia la DIRCOTE capturó a Abimael Guzmán Reinoso líder de Sendero Luminoso y toda su cúpula, así como a Víctor Polay Campos líder del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, estas capturas constituyeron un factor fundamental para conseguir la derrota estratégica de la subversión y el terrorismo.
A su turno Presidente Alejandro Toledo en el discurso inaugural de su Gobierno anunció lo siguiente: “para consolidar la transición democrática se requiere mejorar sustantivamente la seguridad pública, para que la población goce de su tranquilidad en su vida cotidiana y tenga garantías adecuadas para todo el desarrollo de sus actividades económicas. Es necesario mejorar paulatinamente, lo niveles de vida y formación profesional”, para efectivizar sus orientaciones, estableció una Comisión Especial de Reestructuración de la Policía Nacional , la cual fue presidida por el propio Ministro del Interior, que se encargó de llevar a cabo el diagnóstico institucional, definir la agenda y el cronograma del proceso de reestructuración policial. Esa Comisión estuvo integrada por civiles y policías, realizó durante cuatro meses un exhaustivo trabajo de diagnóstico y de propuestas, es necesario reconocer que algunas de ellas fueron muy buenas para ansiada reforma policial sin embargo nunca se pusieron en práctica.
El único producto trascendente de esta Comisión fue elaborar un nuevo Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú (Ley Nº 28338), como un intento que se hizo para iniciar el proceso de desmilitarizar a la Policía Nacional y cuyo resultado a la fecha es haber generado una indisciplina total al interior de la institucional policial, y es que en un equivocado concepto de invocar los derechos humanos se tergiversó totalmente los parámetros de la disciplina en la organización policial, es así como en una Conferencia dada por Dr. Marco Ibazeta Marino Ex Decano del Colegio de Abogados de Lima con motivo del I Simposio de la Ley 28338 del Régimen Disciplinario PNP organizado por Tribunal Administrativo Disciplinario Nacional en mayo del 2005, criticó severamente la nueva norma disciplinaria, señalando el servicio policial exigía un tratamiento especial, sus condiciones laborales y riesgos son diferentes a cualquier funcionario público ergo era inaplicable para la organización policial, además
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