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Sistema Penitenciario


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  8.429 Palabras (34 Páginas)  •  244 Visitas

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SISTEMA PENITENCIARIO.

El sistema penitenciario o Instituciones penitenciarias, es el término con el que se designan a las instituciones o al sistema establecido para el cumplimiento de las penas previstas en las sentencias judiciales que son emitidas por los Juzgados correspondientes en la materia; especialmente las penas de reclusión, cuyo propósito, en el derecho penal contemporáneo y el derecho penitenciario, es la reinserción social del condenado. Otro tipo de penas, como la pena de muerte, el trabajo social, la libertad vigilada, etc., tienen una relación más o menos indirecta con las instituciones penitenciarias, aunque también forman parte del sistema penal. Menos relación tiene otras penas, como las denominadas penas pecuniarias (multas) o la pena de privación de ciertos derechos (especialmente el derecho de sufragio).

En un principio, el periodo de la pena pública se consolida con la estabilidad del

estado, en el que las sanciones se imponen mediante un proceso y por medio de jueces. Por la organización política del Estado imperante en la Edad Media, se llegó a un proceso inquisitivo llevado a los extremos. Los Jueces eran manipulados por la sociedad dominante, perdiendo el imputado las garantías procesales. En cuanto a las penas, abunda bibliografía en la que se plasma el rigor inhumano que se practicaba en esos días, describiendo cuadros espeluznantes en la aplicación de castigos. En resumen, las características esenciales de este periodo medieval los cuales eran:

Crueldad excesiva de las penal

Falta de educación de las penas

Desigualdad ante la Ley

Instrucción secreta del proceso.

Dominio de la más completa arbitrariedad judicial

Derecho penal íntimamente ligado a la religión

De este modo el sistema penitenciario se moderniza y se vuelve más humanístico por las medias que se hacinamiento que tenía en épocas antiguas, esto abres paso por medio a precursores como César Bonesana, Marqués de Becaría el cual estos autores se denominan como Moralistas, políticos y juristas denominado así por su obra “Dei delitti e dele pene” por mantener una constante critica de condena a los abusos cometidos en la práctica de la justicia penal, principalmente, en los procedimientos para la ejecución de las penas, por lo que se manifiesta partidario de la prevención sobre la represión de los delitos y del “principio de legalidad”, en toda su expresión. Las ideas de César Besana sirvieron de base a la Escuela Penal Clásica en la cual se determinan como los humanistas de la determinada escuelas penitenciarias.

En este proceso de transformación sobre las diferentes escuelas del derecho penitenciario tenemos a John Howard, a quien se le puede llamar precursor del Derecho Penitenciario, que describe el estado deplorable en que se encontraban las prisiones europeas y propone medidas de reforma a las cárceles que pueden considerarse las bases del moderno sistema penitenciario en las cuales puede mencionar algunas, Higiene y alimentación, Trabajo, Educación moral y religiosa, Régimen celular.

Finalmente, se llega al periodo científico de la pena, así considerado por el método empleado en la investigación que era el inductivo.

Este periodo se caracteriza porque sus expositores, pertenecientes a la Escuela Positiva en el cual se determinan autores como Lombroso, Feri y Garófalo, en el cual se consideran que la pena no debe ser proporcional al daño causado, sino adecuada a cada delincuente según su personalidad. Afirma que la pena no debe considerarse un fin, sino un medio para lograr educar y readaptar al delincuente.

ORIGEN DE LA DE PRICION.

HISTÓRICO.

A través de la historia, las civilizaciones han reaccionado frente al crimen de muy singulares formas. En ese sentido, hasta el siglo XIX, se concebía a la pena como un castigo, por ello Francis Lieber (1834), definía a la penología como la rama de la ciencia criminal que se ocupaba del castigo del delincuente. Las penas variaban de una cultura a otra; por ejemplo para los chinos el destierro temporal y perpetuo, la muerte y la tortura. Los indios pena de muerte, tormentos, destierro y mutilación, es tal que el Código de Hammurabi, prescribió entre otras, las penas de muerte por medio del fuego y del agua. En Israel, el azote público, lapidación, etc. Los espartanos pusieron en práctica penas que revestían tal crueldad, que muchos decidían suicidarse antes que vivirlas, por ejemplo la infamia, paseo sin ropas, heridas, tatuajes con fuego, torturas, coronamiento. Ésta última provocaba el suicidio, pues los condenados a tal pena; preferían optar por él, antes que padecer tan grande infamia.

La Edad Media se practicó, la mutilación de manos, dedos, pies, orejas, lengua y ojos; lo mismo que la castración, la marca y los azotes. En ese sentido; puede verse, que la prisión, no se halla ligada con los orígenes de las penas. La cárcel como castigo de encierro y aislamiento; no tuvo una instalación, como institución punitiva en tiempos anteriores al siglo XVII. Lo que existe son vestigios de la aplicación de la prisión en las edades Antigua, Media y Moderna. Tal es el caso de los romanos que practicaban la prisión para esclavos la cual era cumplida en un lugar de la casa del amo destinada para tal fin. En la época del alto imperio, llegó a tener similitud con lo que en la actualidad se conoce como prisión, incluso, allí encuentra su origen etimológico; pues, se denominaba "cárcel".

La prisión en su origen tenía el fin de custodiar al acusado, hasta la condena. Como lo establece la regla de Ulpiano, con las siguientes palabras: "la cárcel debe ser tenida para custodiar a los hombres, no para castigarlos", esta concepción antes expuesta se mantuvo durante la Edad Media, pues sólo se utilizó la prisión como custodia preventiva, pero la participación de la iglesia en la edad media introduce la pena de prisión, pero obviamente destinada para los delitos eclesiásticos, tales como la herejía; siendo ésta un lugar de penitencia, reflexión y arrepentimiento del que había realizado tales delitos contra la ideología eclesiástica.

El siglo XVI surge lo que se conoció con el nombre de "casas de trabajo"; aparecen como una alternativa que resolviera las necesidades de mano de obra barata y además por la influencia religiosa protestante. Fue la más importante la de Ámsterdam,

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