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Somos Los Cubanos Que No Se Fueron


Enviado por   •  1 de Febrero de 2014  •  853 Palabras (4 Páginas)  •  188 Visitas

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La frase que sirve de título se la escuché a Martha, mi hija, hace algunos días. Conversábamos acerca de las dificultades crecientes que debemos de vivir los venezolanos hasta para las cosas más nimias, como comprar harina Pan, y ella propuso ese símil. Cada vez más nos parecemos a los cubanos que decidieron —por comodidad, por temor a lo desconocido, por estar de acuerdo con Fidel, o porque sencillamente no conseguían unos neumáticos para hacer una balsa— quedarse en la isla. La consecuencia, igualito que allá: que cada día aumentan, junto con las escaseces y las dificultades para todo, las sartas de mentiras que descaradamente sueltan los gobernantes para tratar de hacer ver que es normal eso de tener que madrugar y hacer una cola para comprar un pollo nicaragüense relleno de hormonas, y que la falta de alimentos es causada por una fulana ‘guerra económica’ que no existe sino en la mente de ellos. La realidad es que se debe a la ineptitud de los que no saben y la corrupción de los que sí. Que es la característica de esos regímenes totalitarios que dicen —de labios para afuera— creer en la democracia pero que están dispuestos a cualquier cosa por eternizarse en la manguangua.

opinan los foristas

La nieta mayor terció para completar el parangón: los cubanos que se marcharon primero fueron los que tuvieron que luchar más duro para poder sobrevivir en un país y una realidad muy diferentes a los que conocían. Hoy, muchos son adalides empresariales; otros, profesionales exitosos, y todos — incluidos los menos preparados— viven con más salud, educación, seguridad y confort que en el lugar de donde salieron. Igual está pasando con la emigración venezolana de hoy —que, más que emigración, es fuga de cerebros, otro delito por el cual debieran pagar los capitostes causantes del éxodo—; todos están contribuyendo con sus conocimientos, su vigor y esfuerzos a enriquecer las economías de unos países menos ciegos que el nuestro en eso de lograr el desarrollo.

Los que nos quedamos aquí, vemos como cada vez nos parecemos a la Cuba muerta-de-hambre que generaron Fidel y sus conmilitones. Con una diferencia: aquí, la demagogia gobiernera construyó (en vez de un ‘hombre nuevo’) unos individuos —no me atrevo a decir ‘ciudadanos’— anárquicos que se creen que están autorizados para todo, que no respetan las leyes ni, mucho menos, las reglas de convivencia. Porque, según ellos, ‘estamos en democracia’. Como si la democracia fuese equivalente a caos, anarquía, irrespeto a los demás. El régimen, desde el inicio, instauró esas perturbaciones para ganarse el voto de eso que ellos llaman ‘pueblo’ pero que en mucho no pasa de ser horda. En ellos delegaron la atribución de meterle miedo al verdadero pueblo, obligarlo a mantenerse puertas adentro, aterrorizado. Y a quienes denunciamos estas cosas y exigimos que haya, en verdad, el Estado de

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