Supervision Y Desarrollo Profesional

Se define el término “supervisión” como el acompañamiento al docente, y es uno de los pilares de la Gestión Institucional, debido a que se focaliza en el mejoramiento de la didáctica para impactar en los aprendizajes de los estudiantes. Por tanto, esta supervisión conlleva a una evaluación constante que entrega información relevante para evaluar el trabajo docente y aplicar remediales oportunas.

A nivel profesional, podemos afirmar que la supervisión, aporta al Desarrollo Profesional, entendiéndose este como el quehacer de los docentes en relación a la indagación sobre la Enseñanza – Aprendizaje, como investigadores de las ciencias a través de la investigación y aprendizaje, integradores entre el conocimiento de las ciencias y su enseñanza, integradores de la teoría y la práctica situada en el colegio, abiertos al aprendizaje entre pares y colaborativo, planificadores a largo plazo, combinadores de una variedad de estrategias, profesores líderes, fuente y facilitadores de cambios (Ubben, G. C, Hughes, L. W, 2011), de una comunidad profesional de aprendizaje, la cual coloca el “énfasis en el trabajo en colaboración y debate entre profesionales del colegio; una fuerte y coherente atención a la enseñanza y el aprendizaje dentro de este trabajo en colaboración y la recogida de todo tipos de datos para investigar y evaluar el proceso y los problemas de forma continuada” (Hargreaves, A., p. 147 – 148, 2003). Por ello, es importante que el docente elabore y ejecute un Plan de Desarrollo Profesional, puesto que ofrece una estructura para identificar sus propias necesidades y centrarse en ellas, valorando sus propios logros. Por otro lado, tiene el propósito de desarrollar la autonomía en el docente y hacerlo consciente de la necesidad de mantener un grado elevado de control sobre la orientación de su trabajo, de sus aportes y abierto a la crítica, de lo contrario, sería un simple entrenamiento como respuesta a las exigencias a las políticas de evaluación que brinda información a la accountability. (Day, C., 1999).

La visión de cómo podría integrarse la supervisión y el desarrollo profesional, creemos que sería a través de una Supervisión basada en la Clínica y el desarrollo de un Plan de Desarrollo Profesional.

Consideramos que la Supervisión Clínica de destaca por su cercanía, por su relación uno a uno, donde el supervisor participa en un encuentros cara a cara con el docente, para discutir los procesos del aula, a los que ambos han asistido, uno como observador y el otro como profesor. Por tanto, esta supervisión tiene el propósito de indagar y promover la intelectualización y la profesionalización de los diversos agentes de la intervención socioeducativa.

Esta supervisión parte de la creencia en la importancia del trabajo y la colaboración entre los profesionales educadores. Un elemento esencial de este modelo no es el procedimiento concreto de la supervisión, sino en los valores que se sustenta como, la empatía, la confianza, la conexión con el profesional y la colaboración, la cual señala la naturaleza de la relación durante la supervisión porque se han establecido acuerdos para la construcción de un lenguaje y unos objetivos comunes y propios, así como para compartir la experiencia de la realidad supervisada. El servicio, hace referencia a que la relación supervisora es una relación en la que una de las partes aporta habilidades, conocimientos y experiencia a la relación misma. Por último, la ética destaca el carácter ético de la relación supervisora como interacción humana que es. En este sentido el papel de la conducta ética es esencial.

Según Ubben, (G. C, Hughes, L. W, 2011), en la supervisión clínica podemos distinguir cinco pasos, sin embargo, para llevar a la práctica en la realidad Chilena, la supervisión en el establecimientos, suprimiremos la Pre-observación, porque no consideramos necesario tomar acuerdo en la observación, puesto que se entregará una Pauta de Observación, elaborada en conjunto docentes y equipo directivo.

1.- Fase de observación: El supervisor trata de recoger información descriptiva de la práctica docente desarrollada por el supervisando, que posteriormente podrá ser interpretada conjuntamente.

2.- Fase de análisis: Este requiere un trabajo de conjunto de análisis e interpretación de los datos recogidos, en donde las discrepancias no pueden tomarse como obstáculos sino como momentos enriquecedores de la indagación.

3.- Fase de post – observación: es donde los objetivos más importantes de la supervisión clínica encuentran su lugar. La formulación de cuestiones y el dialogo reflexivo y fundamento sobre la realidad docente observada, sitúan al supervisando conscientemente a un compromiso para el cambio.

4.- Fase de análisis de la post – observación: Se evalúa el proceso y el resultado para que el supervisando reflexione como podría mejorar y luego que el docente salga el supervisor debe analizar el proceso y su propio comportamiento y habilidad. El proceso pretende promover las relaciones de instrucción como de apoyo.

A la luz de la fase de post- observación se debe originar el Plan de Desarrollo Personal (Day, C., p. 139, 1999), el cual debe tener los siguientes pasos:

1.- ¿Qué he hecho? El docente registra lo que ha hecho: sus acontecimientos relevantes, reuniones de equipo, el trabajo de desarrollo profesional con otros docentes, etc.

2.- Autoevalaución/revisión de incidentes críticos y momentos clave de aprendizaje: Reflexionar sobre uno mismo y de evaluación cualitativa y cuantitativa, interpretativa. También puede requerir ayuda informal de un “crítico amistoso” o “compañero clave” y quizá suponga teorizar la práctica.

3.- Aplicación al pensamiento y la práctica: Se registra los logros alcanzados. Se debe realizar una reflexión sobre cómo ha cambiado la forma de pensar, la práctica o ambas, a consecuencia de los “incidentes críticos”, el registro de nuevas formas de entender las cosas, conocimientos, destrezas o conceptos, y ejemplos de estos cambios en la práctica. Siempre que se pueda, debe incluirse la verificación de terceros,

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