ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

TRABAJO DE GRADO SECCIONES


Enviado por   •  18 de Abril de 2022  •  Informes  •  13.717 Palabras (55 Páginas)  •  50 Visitas

Página 1 de 55

SECCIÓN I

EL PROBLEMA

Situación a Investigar

La sociedad, entendiendo la importancia de formar ciudadanos exitosos en sus vidas personales y útiles a la colectividad social, ha venido creando centros educativos,  con el fin de ofrecer la participación conjunta y concertada de los distintos actores y factores involucrados. De allí que es el Estado el ente rector y responsable de la educación que tiene la obligación prioritaria de ofrecer instrucción básica para todos. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (1948), en su afán por mejorar la calidad de vida de las personas, ha realizado aportes significativos en los derechos humanos. Esta Organización destaca que la educación, la libertad de expresión, la justicia y la paz son derechos inalienables a todos los seres humanos. Se puede agregar, lo que indica el artículo 26 sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos que destaca que “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones” (p. s/n)

 De modo que las autoridades nacionales, regionales y locales responsables de la educación tienen la obligación prioritaria de proporcionar educación; pero, como lo expresa el artículo 7 de la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990) “no puede esperarse de ellas que suministren la totalidad de los elementos humanos, financieros y organizativos necesarios para esa tarea. Será necesaria la concertación de acciones entre todos las formas de educación, teniendo en cuenta el especial papel profesional del personal docente...” (p. 56)

Cabe considerar, que los docentes deben estar comprometidos con su rol y deben ser modelo para convertir los centros educativos en lugares de auténticos aprendizajes, formación, trabajo, participación y construcción; sobre todo ahora que estamos viviendo un mundo donde los  cambios ocurren cada vez más rápidos. En consecuencia, los educadores no sólo deben poder sobrellevar los cambios sino que deben ser capaces de participar en ellos activamente. Al respecto, Pérez (2003) indica que ante esta situación se demanda que “la educación, la escuela y el educador, están obligados a asumir un nuevo rol como actores sociales y como ciudadanos comprometidos en mejorar la calidad de los procesos educativos”. (p.2)

Es en este mismo orden de ideas, en relación con el papel de los docentes, Marchesi y Martín (2008) argumentan que los cambios que están afectando al conjunto del sistema educativo inciden especialmente en la figura del profesor, “quien tiene que encontrar un difícil punto de equilibrio entre las presiones externas y los problemas que plantea su propia comunidad educativa” (p. 65).  Entonces, el profesor  es visto como uno de los principales agentes del proceso educativo; es pieza fundamental para la conformación, creación, elaboración e innovación; dado que es  en el último de los casos, el que implementa en el salón de clase cualquier política diseñada fuera de ésta. En este sentido, el límite de la calidad de cualquier sistema educativo es la calidad de sus profesores.

Sin embargo, pareciera que esta fundamental labor del profesor y de los centros educativos actualmente no se estuviera cumpliendo, porque en todas partes del mundo y en especial en Venezuela, se exponen críticas contra la gestión que se viene desarrollando en los institutos escolares. Precisamente el Informe Final del Foro Mundial sobre la Educación (2000), indica que "los niños abandonan la escuela por diversas razones, entre ellas la percepción por parte de los padres de que la escuela no responde eficazmente a las necesidades del niño ni funciona al servicio de sus intereses”. (p.22).

Visto así,  la escuela según la opinión de Tadesco, citado por Posada (2009) tiende a ser percibida “cada vez más como parte del problema, no de la solución.  Las explicaciones  son varias y bien conocidas: cambios constantes decididos inconsultamente y sin evaluación, desprofesionalización del personal, acentuada en la última década, particularmente en los países en desarrollo, entre otras.” (p.27)

Adicionalmente, cuando fijamos la atención en los entornos educativos uno de los aspectos que hay que resaltar  es que ni alumnos ni profesores nacen en las aulas; todos vienen de contextos particulares trasladando a la escuela historias personales y sociales diferentes, que tendrán que ajustarse a las dinámicas que se promueven en el ámbito escolar. Incluso cuando la adaptación es sencilla y los agentes educativos acomodan sus pautas a las normas establecidas, el conflicto emerge inevitable al entrar en pugna caracteres diferentes en espacios comunes. En tal sentido, Fernández (2002), explica que el conflicto “se trata de un proceso racional donde se producen interacciones antagónicas, en el que unas personas pugnan con otras por la consecución de uno o varios objetivos, por falta de armonía o compatibilidad” (p.133). Lo que significa, que uno de los sujetos o los sujetos mantienen probablemente una situación que obstaculiza la solución al problema. 

Estudios realizados en el 2008 por la Organización de Estados Iberoamericanos para América Latina (OEI) se destacan como un 22,9% de los estudiantes encuestados dice haber sido agredido verbalmente por sus compañeros y más del 50% de los estudiantes latinoamericanos han sufrido alguna forma de agresión directa. El maltrato hacia docentes es también alarmante; cerca del 20% de los docentes han vivido algún tipo de embate y el 2,3% indican haber sido blanco de agresión, pero a su vez no son pocos los docentes que utilizan la intimidación y otras acciones abusivas como una manera de ejercer el poder y la autoridad. Otras cifras de esta organización señalan que uno de cada dos estudiantes aceptó haber insultado a un compañero el año anterior (46%), y uno de cada tres aceptó haber ofendido a otro compañero (32%).

En este mismo orden de ideas, Chalet, citado por Castillo, Rojas y García (2011) indican, que en los ambientes tensos y pocos comunicativos normalmente están generados por alguna de estas circunstancias expuestas:

Cuando a las personas no se les permite expresar su opinión, cuando las personas que hablan monopolizan la conversación, cuando hay individuos excesivamente radicales que se expresan en forma terminante, cuando hay un ambiente competitivo, cuando no se confía en los demás y cuando se juzga a los demás en lugar de escuchar en forma abierta y comprensiva. (p.80)

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (91.1 Kb)   pdf (301.2 Kb)   docx (53 Kb)  
Leer 54 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com