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TRATAR CON COMPAÑEROS DE TRABAJO DIFICILES


Enviado por   •  6 de Julio de 2015  •  1.134 Palabras (5 Páginas)  •  172 Visitas

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TALLER

TRATAR CON COMPAÑEROS DE TRABAJO DIFICILES

Cuando en nuestro trabajo debemos interactuar con un gran número de personas, es normal que nos encontremos con gente problemática. En esta nota, algunos consejos para hacerles frente de la mejor manera posible Muchos trabajos en grandes corporaciones, tienen todo lo que desearíamos para nuestra vida: horarios flexibles, un buen sueldo, lindas oficinas, la posibilidad de desarrollarnos en lo que nos gusta y status, pero, sin embargo, no nos terminan de conformar

¿La razón? No podemos soportar a algunos de nuestros compañeros de trabajo, a los que debemos ver -y relacionarnos- de forma diaria. Lo cierto es que las malas compañías, no son tan sencillas de cambiar como los “malos bolígrafos”, las “malas computadoras” o los “malos escritorios”. No, con las personas, nuestra voluntad está limitada por la voluntad del otro, y se debe por lo tanto ser mucho más paciente y cauteloso para lograr nuestros objetivos de cambio.

La gente difícil se encuentra generalmente por todas partes, y dondequiera que uno concurra, pero sobre todo en las grandes empresas, donde hay mayor cantidad de personas por metro cuadrado. La única manera de superar los problemas que esta gente nos acarrea, sin por eso dejar el trabajo, claro, es desarrollar algunas habilidades que beneficien a ambas partes, ya que de nada servirá el enfrentamiento directo, donde ambos perderán tiempo y concentración en el trabajo, lo que afectará su productividad.

En primer lugar, intente identificar quién es el líder de los disturbios en la mayoría de las interrupciones del día. Generalmente, es fácil darse cuenta que muchos de los que molestan, sólo buscan pasar mejor el día, haciendo chistes inofensivos y sin maldad, mientras que el verdadero problema son uno o dos tipos que incitan a las discusiones, o los problemas serios.

Habitualmente, la mayoría de las personas responden al primero de los patrones, es decir que son inofensivos y bastará con ponerle límites para que dejen de distraerlo. Por eso, lo mejor será considerar a esta persona como un tonto y olvidarse de él, salvo para poner límites a sus molestas actitudes. En los otros casos, habrá que tomar medidas de otro tipo. Desde un punto de vista práctico, podría ayudarle mostrarles signos sutiles, diciéndoles, por ejemplo, que están haciendo demasiado barullo, y no le dejan oír el “débil” sonido del teléfono que tiene en su escritorio, cuando se encuentran a su alrededor. Este suele ser un buen truco: se culpa a la débil campanilla o auricular de su teléfono, y no a la persona directamente. La persona sólo le está haciendo más dificultoso poder oír los sonidos del teléfono, por lo que debe alejarse de su persona.

Otra táctica para poner límites a los más ruidosos y molestos, es no chismear en las conversaciones mantenidas en grupo. Puede ayudarle más hablar con esta gente en la cafetería de la empresa o cuando están a solas, para lograr que ellas, una por una, consigan entender su personalidad; de esta manera sabrán qué es lo que le molesta, y tendrán además espacio para plantarle los problemas que usted podría generarles a ellos.

Compartir algunas bromas con ellos durante ese tiempo es la clave. Evite la mayoría de las charla en grupos y se sentirá más seguro para plantear sus verdaderos intereses. Las conversaciones informales suelen servir para ajustar algunas tuercas. Caso contrario, no le quedará otro remedio que hablar con sus superiores.

El otro extremo Así como tenemos al compañero bullanguero y revoltoso,

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