Taylor

PROTOCOLO DE LECTURA:

Taylor, F. W. (2003). Principios de la Administración Científica (1911). Bogotá: Edigrama, primera edición en español, p. 17 -110.

Frederick Taylor busca, a través de un método científico, la eficiencia, la eficacia, la potencia laboral, eliminar el tiempo perdido, ahorrar gastos y reducir costos sugiriendo que el principal fundamento de la administración debe ser el éxito productivo basado en una correcta gestión que brinde el máximo de prosperidad recíproca tanto para el empleador como para el empleado.

Para el empleador, el término “máximo de prosperidad” es usado por Taylor, para significar grandes utilidades para la compañía y, el desarrollo de cada rama de la organización a su más alto grado de perfección, de tal manera que la prosperidad pueda ser permanente. Para el empleado significa que reciban salarios más altos de los actuales y el desarrollo de cada individuo a su estado de máxima eficiencia de tal manera que pueda realizar el trabajo lo más eficiente posible acorde a su capacidad natural.

La administración científica se fundamenta en la convicción de que los verdaderos intereses del empleador y empleado son idénticos; la prosperidad del patrón no puede existir si no va acompañada de la prosperidad para el empleado, y que es posible dar al obrero lo que más atesora (altos salarios) y al patrón lo que más busca (mano de obra barata). Según Taylor, cuando un individuo trabaja solo, la mayor prosperidad puede existir cuando dicho individuo ha alcanzado su más alto grado de eficiencia que es cuando rinde su mayor producción diaria. La mayor prosperidad se da entonces como resultado de la mayor productividad de los hombres y de las máquinas del establecimiento, cuando cada hombre y cada máquina están rindiendo la mayor producción posible.

Taylor habla que tanto en EEUU con en Inglaterra el hombre realiza un trabajo lento, donde el individuo sólo trabaja entre un 30% y 50% de la capacidad de su esfuerzo, realizando una simulación de labor; por ello que el autor plantea que el eliminar la simulación de trabajo y las causas del trabajo lento disminuyen el costo de la producción trayendo consigo una ampliación del mercado interno y externo logrando competir con las empresas rivales. Lo anterior daría como resultado la eliminación de las faltas de empleo y la pobreza, consideradas como dificultades sociales; a mayor salario, menos horas de labor, mejores condiciones de trabajo y vida traen consigo la realización de un trabajo más eficiente.

Con el planteamiento anterior, Taylor cuestiona: ¿Porque el hombre no es 100% eficiente en el trabajo? Para lo que responde con 3 causas:

1. El sofisma que aduce que un incremento de material en la producción de cada obrero o máquina trae como resultado la necesidad de menos hombres. En la realidad, toda mejora que aumente la capacidad productiva de los obreros y rebaje los costos no producen desocupación si no más trabajos para hombres. La producción de artículos a menor precio incrementa la demanda por lo que a su vez este incrementa aumenta el trabajo. La idea es trabajar al potencial máximo, no en exceso.

2. Los sistemas deficientes de administración, los cuales obligan al empleado que trabaje con la finalidad de proteger su propio interés. Los patrones ignoran el tiempo que demora realizar un trabajo lo que incita al obrero a depender de la simulación de trabajo a causa la despreocupación, comodidad (holgazanería innata) o los razonamientos (holgazanería sistemática proveniente de los demás).

3. La empleabilidad de métodos empíricos, que conlleva al derroche de los obreros. Los métodos científicos conllevan al ahorro de tiempo y al aumento de producción gracias a la disminución de movimientos innecesarios e ineficientes comprendidos en un estudio completo de movimientos y tiempos realizado por un individuo competente.

Taylor describe como los obreros de todos los oficios han aprendido los detalles de su tarea o actividad a través de la observación y/o enseñanza de un obrero ya formado, pero en la realidad pueden existir diversas maneras y herramientas para realizar la misma actividad donde un método y herramienta puedes ser mejor y más rápida que los demás. El mejor método y herramienta sólo puede ser descubierta a través de un estudio y análisis científico de todos los métodos y herramientas apoyado por el estudio de movimientos y tiempo. Esto implica el reemplazo gradual de los métodos empíricos por métodos científicos en todas las partes mecánicas. El autor nos habla de cómo la ciencia que rige los actos de cada obrero es tan complicada que el obrero más competente es incapaz, de comprender esta ciencia sin la guía y ayuda de sus jefes y camaradas.

El trabajo debe ser efectuado de acuerdo con leyes científicas, de tal manera que se requiere que haya una división equitativa de la responsabilidad entre la dirección y los obreros. La administración deber y ayudar al obrero, y asumir, una parte mayor de responsabilidad que la asumida por los métodos antiguos.

Taylor cita que para ejecutar el trabajo de acuerdo con leyes científicas, la dirección debe estudiar y ejecutar parte del trabajo, así obtendrá el conocimiento que deberá compartir con los obreros a modo de instrucción y ayuda repartiendo las cargas de una tarea o trabajo. Esta cooperación personal estrecha e íntima entre la dirección y los obreros constituye la esencia de la moderna administración científica. La cooperación cordial repartiendo la carga de la labor diaria, hace desaparecer los obstáculos que se oponían a la obtención del rendimiento máximo de cada hombre y de cada máquina. Los obreros ahora comprenden que un aumento en la producción por obrero ocupado trae como resultado el empleo de un mayor número de ellos.

Así mismo, el autor explica que la Administración científica consiste en ciertos principios generales, en una cierta filosofía que puede ser aplicada de muchas formas y cualquier descripción de lo que un individuo o conjunto de individuos considera como el mejor mecanismo para aplicar estos principios generales no debiera ser confundida con los principios mismos. Debe entenderse que ningún sistema de administración, ningún recurso individual, puede asegurar una prosperidad a los obreros y a los patrones, esta depende de factores que escapan al dominio de un grupo de hombres o de un país, que siempre se sucederán periodos en que ambas partes deberán

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