Tendencias arquitectónicas contemporáneas

Tendencias arquitectónicas contemporáneas

La identidad de una institución educativa refiere a las cualidades específicas que la distinguen de otras, ejemplos de estas son la historia, los modelos educativos o planes de organización, los personajes que a su vez poseen cierto apego o identidad hacia la propia institución, su filosofía y su sistema de valores; pero el elemento más importante dentro de la institución educativa es la identidad propia del alumno o estudiante para con ella, la cual en el caso de este proyecto se observa no está definida por no decir que no existe tal.

La Universidad de Valle de México surge a principios de los años sesenta y luego del éxito obtenido en su primer campus comienza a integrar más plantillas de estos en distintos lugares de la República Mexicana, lo cual comienza a crear una partición de identidad, una disociación entre un campus y otro generada por las distancias, por las distintas culturas específicas de cada zona en la que un campus se desarrolla; en 2003 es inaugurada la Universidad del Valle de México campus Toluca, el cual es el objeto sobre el que se desarrolla este proyecto, específicamente dentro de la división académica de la Escuela de Arquitectura.

Este proyecto plantea primero conocer el área de estudio (la escuela de arquitectura), los fenómenos que acontecen al interior de esta, desde sus rasgos más básicos y particulares a los complejos colectivos, su organización y las relaciones que de esta organización surgen, derivado de esto se puede definir entonces la identidad de la Escuela, el apego a la identidad de sus estudiantes y académicos ó, la falta de este. En segundo lugar y a partir del análisis del primero, se pretende generar una propuesta arquitectónica, dirigida a ser el edificio de la Escuela de Arquitectura.

Para llevar a acabo esta propuesta conceptual  se consideran cinco marcos, los cuales analizan distintos ámbitos para el correcto desarrollo de este proyecto; los marcos anteriormente nombrados son:

1. Marco filosófico-conceptual-ideológico: Está definida por tres componentes que son la cosmovisión, la emancipación y la epistemología.
2. Marco urbano-contexto: Se concibe como la forma en que se inserta en la ciudad, como se desarrolla en su entorno y como lo transforma.
3. Marco función-relación: Plantea el cómo de las actividades tanto al interior como al exterior del proyecto arquitectónico, por esto considera áreas y sus relaciones.
4. Marco formal-compositivo: Significa como conjuntar los tres puntos anteriores en un volumen espacial, el concepto arquitectónico que rige la forma.
5. Marco tecnológico-constructivo: La propuesta de como se va a llevar a cabo el marco formal, de es posible que pueda ser construido.

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   Cosmovisión (fenomenología)

Actualmente las Universidades se ven condicionadas por la sociedad en que se desarrollan, en consecuencia reproduce las tendencias características de ésta. Así la educación superior fluctúa entre la satisfacción de las demandas del mercado laboral y la búsqueda de nuevos perfiles profesionales que respondan a las necesidades sociales, reales o imaginarias, pero convencionalmente reconocidas.

Dentro de la Escuela de Arquitectura (y fuera de ella) se genera sin duda un intercambio cultural, un trueque simbólico de conocimiento en todas sus manifestaciones, dado entre alumnos, docentes, administrativos y la sociedad civil; sin embargo este intercambio se ve interrumpido por procesos burocráticos, regímenes institucionales que son casi fascistas, pocas o nulas oportunidades de diálogo, intereses monetarios y de comercialización de conocimientos, lo que solo nos ha llevado a lo que somos ahora, ya mencionado antes: El reflejo de una sociedad de consumo, pero que además de consumir, satisface y crea nuevas necesidades inútiles para las personas. Por ejemplo, la Escuela de arquitectura de la somos parte, hoy es seducida por la idea de que la tendencia a la que apunta la arquitectura es la sustentabilidad, que es entendida en esta institución como el uso de toda la tecnología que todas las corporaciones venden, lo que significa que en realidad no saben lo que la sustentabilidad es, y que solo lleva a nuestros compañeros a un consumismo sinsentido. Otro ejemplo que nos deja claro esto es la tendencia a la imitación de estilos arquitectónicos, lo que no quiere decir que aprehendan el elemento fundamental del estilo sino que visualmente “copian” las características de este, es por eso que cuando la tan esperada muestra magna llega, en los stands podemos apreciar un proyecto con formas más bien orgánicas, pero que es de carácter absolutamente privado, lo que es una contradicción, precisamente, biológica. Vistos estos dos ejemplos queda claro que hay una crisis de identidad, y que esta es producto de una bien llamada “modernidad liquida” creada por Zigmunt Bauman, que describe al individuo como falto de identidad por la razón de que trata de poseer una, de introducirse a la globalidad.

Umberto Eco se haría la siguiente pregunta y la respondería así:

«¿Hay algún modo de sobrevivir a la liquidez? Lo hay, y consiste justamente en ser conscientes de que vivimos en una sociedad líquida que, para ser entendida y tal vez superada, exige nuevos instrumentos. El problema es que la política y en gran parte la intelligentsia todavía no han comprendido el alcance del fenómeno.»

Dicho lo anterior, quienes formamos parte de la Escuela de Arquitectura, tenemos ante nuestros ojos nuevas e históricas demandas que satisfacer, llámense sociales, políticas y hasta económicas, sin olvidar lo que es realmente importante para la evolución y el desarrollo de la sociedad, sin embargo pareciera que actualmente solo importan cosas como las fronteras entre lo privado y lo público, la evidencia entre posesión material y lujo apartados de la pobreza y el estancamiento del desarrollo social y que, la arquitectura o mejor dicho los arquitectos son los culpables de esto, por ello a continuación se desarrolla la emancipación de este sistema ideológico.

Emancipación:

La emancipación no es producto de la generación espontánea, si no que como muchos ámbitos en los que el hombre se desempeña, conlleva un proceso, de este el primero es conocer el fenómeno que nos rodea, lo cual hemos descrito en la cosmovisión, y una vez sabemos de que nos liberaremos, podemos trazar diagramas, salidas o rutas alternativas de esta realidad que nos constriñe. El más importante de los ideales modernos de los que nos liberamos es del absoluto, de la concepción anticuada de como se concibe (antes de proyectar) un espacio, del estudio del lugar, del impacto de la obra; y una vez conocidos esos puntos, llevar a cabo (ahora sí) un proyecto formal, y aquí caemos en otro absoluto que es la representación de este. La muerte del absoluto es entonces el primer avance hacia esta nombrada emancipación. Afortunadamente para quienes hoy trabajamos en este proyecto, hay a nuestra disposición una cantidad enorme de tecnología, tecnología que puede ayudarnos a trascender los absolutos antes mencionados, desde nuevas propuestas formales, a la creación de nuevos materiales o incluso de sistemas constructivos.

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