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Terapia Sexual


Enviado por   •  20 de Agosto de 2014  •  2.529 Palabras (11 Páginas)  •  981 Visitas

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Terapia sexual

La terapia sexual es un conjunto de estrategias para tratar disfunciones del desempeño sexual cuando no hay etiología médica (fisiológica), o como complemento al tratamiento médico.

La terapia sexual es un tipo de asesoramiento (counseling) cuyo objetivo general es ayudar a las personas a disfrutar de su vida sexual, En algunos casos, esto implica superar algún tipo de dificultad sexual. Se puede recurrir a terapia sexual simplemente porque queremos mejorar nuestra capacidad para sentir placer a solas o en pareja, para enriquecer nuestra habilidad para dar y recibir placer a través de nuestros sentidos, cuerpo, piel y afectos.

Las mujeres suelen asistir más frecuentemente a terapia sexual para tratar el trastorno hipoactivo del deseo sexual (bajo deseo sexual) y la disfunción orgásmica. En el caso de los hombres, los motivos de consulta más frecuentes son la eyaculación precoz y la disfunción Las mujeres suelen asistir más frecuentemente a terapia sexual para tratar el trastorno hipoactivo del deseo sexual (bajo deseo sexual) y la disfunción orgásmica. En el caso de los hombres, los motivos de consulta más frecuentes son la eyaculación precoz y la disfunción eréctil (impotencia). Resulta notorio que sólo un porcentaje muy reducido de las personas afectadas por dificultades sexuales acude a consulta con un profesional, y un número más reducido aún, participa en el tratamiento.

Es comprensible cierto grado de temor, ya que la sexualidad es un área sensible y muy íntima, y aún son muy pocas las personas que pueden hablar sobre el tema abiertamente y con respeto. Por lo general, cuando se habla de sexo o sexualidad las personas lo hacen sólo a través de chistes, que en realidad es un disfraz para ocultar temores, prejuicios y ansiedades en relación a esta área tan importante de nuestras vidas.

Las dificultades sexuales tienen causas múltiples que pueden estar relacionadas directamente, o bien de maneras indirectas y complejas. Es así como la sexualidad no se refiere sólo a la anatomía y mecánica de nuestro funcionamiento sexual. Tampoco se refiere a la relación sexual o coito exclusivamente, sino que se trata de una compleja trama conformada por nuestras emociones, creencias, afectos, deseos y necesidades, nuestras relaciones interpersonales, nuestra relación de pareja, y todo lo que hemos aprendido de nuestra cultura, familia y sociedad al respecto. Todo esto influye en la manera cómo percibimos y vivimos nuestra sexualidad, es decir, nuestra identidad como personas sexuadas, con capacidad para dar y recibir de manera integral, a través del cuerpo, las emociones y las cualidades espirituales que nos distinguen como seres humanos.

En la terapia sexual se suele atender primero a los aspectos biológicos, a fin de descartar cualquier causa orgánica o fisiológica de la dificultad. Por ejemplo, algunos de los casos de disfunción eréctil pueden ser ocasionados por condiciones físicas como la diabetes, hipertensión o trastornos endocrinos. A la vez que se evalúa el estado físico del paciente, también se exploran los aspectos psicológicos y las relaciones interpersonales, ya que la gran mayoría de las dificultades sexuales se originan de estos últimos factores. Entre ellas, la relación de pareja tiene especial importancia, ya que dependiendo de la dinámica de ésta, la sexualidad se verá afectada de distintas maneras. La pareja es a la vez un importante apoyo, necesario para el proceso terapéutico. La falta de información válida y las creencias erróneas también afectan una sexualidad sana. Otras veces, las actitudes y valores, en especial los religiosos, afectan el libre disfrute de la sexualidad, en especial cuando generan en la persona emociones fuertes como el miedo, la culpa o el temor hacia el sexo.

La terapia sexual suele ser un proceso terapéutico directivo, es decir, en el que el terapeuta indaga y analiza junto al cliente todos los aspectos antes mencionados, y lo refiere a un médico para que realice todos los exámenes necesarios para descartar cualquier causa fisiológica de la dificultad sexual. Tras el análisis, el paciente realizará algunas tareas en solitario y otras junto a su pareja, si la tiene en ese momento. No es necesario estar en pareja para participar en la terapia sexual.

Evaluación

La terapia sexual requiere una evaluación rigurosa que incluye el examen médico y el psicológico. La razón de ello radica en que las disfunciones sexuales pueden tener base somática, base psicógena o ambas. Un ejemplo claro es la disfunción eréctil (a veces aún llamado "impotencia"), cuya etiología puede incluir, por un lado, problemas circulatorios, y por otro, ansiedad de desempeño.

Historia

Los investigadores William Masters y Virginia Johnson son considerados los padres de la terapia sexual. Su aporte se deriva de su estudio en vivo y directo de coitos, algo inusitado, con lo cual destruyeron muchos mitos (que inclusive médicos y sus textos tenían) respecto al tema tabú que había sido hasta entonces. Agregaron muchos conocimientos de fisiología del acto sexual y de tratamiento.

Posteriormente Shere Hite contribuyó con observaciones y estudios que incluían el papel de los significados personales (cognición, emoción, actitudes) y culturales (estereotipos, expectativas), con lo cual inclusive corrigió algunas distorsiones de la investigaciones de Masters y Johnson, por ejemplo con respecto al orgasmo vaginal y al homoerotismo.

Estrategias de tratamiento

Focalización sensorial: Una serie de ejercicios, durante los cuales se enfatiza las caricias sensuales no genitales. Es importante destacar que durante la implementación de esta estrategia, aunque haya excitación sexual, no ha de procederse genitalmente. Durante una segunda fase, las caricias llegan a los pechos y a los genitales, pero aún no hay coito.

Placereado (pleasuring): Es muy parecida a las fases avanzadas de la focalización sensorial. En él, uno de los miembros de la pareja acaricia los genitales de la otra sin haber coito. A discreción del terapeuta, puede variarse con uno de los miembros de la pareja auto-administrándose las caricias. Cabe notar que el placereado no sólo se puede usar de modo terapéutico, sino también como una forma de mejorar la comunicación sexual de una pareja sin que haya disfunción.

Apretón: Técnica que se usa principalmente para tratar la eyaculación precoz. Consiste en apretar el pene erecto justo debajo del glande, de una forma particular, para provocar que se pierda un poco la erección y así retrasar la llegada de la eyaculación.

Técnica de parada-arranque de Semans, aplicada también a la eyaculación precoz.

Maniobra del puente o Ténica de apuntalamiento: Para tratar la anorgasmia coital, el tratamiento busca el placer orgásmico clitorídeo, luego combinarlo con el coito, y así, asociar el orgasmo que la mujer presenta, con el orgasmo buscado (coital).

Tratamiento de Hulbert y Tratamiento sexual y marital de Zimmer: para el bajo deseo sexual femenino.

Terapia sexual racional-emotiva: Durante la misma época que Masters y Johnson hacían sus investigaciones, Albert Ellis empezó a publicar (1958 y años siguientes) una serie de escritos donde se proponían estrategias cognitivas y conductuales para la superación de dificultades. Consiste en la identificación y modificación de ideas irracionales y mitos por medio de técnicas de reestructuración cognitiva, técnicas de ataque a la vergüenza, ejercicios conductuales de riesgo controlado, asertividad, comunicación, etc.

Ejemplo de enfoque clínico

Cuando una persona llega a la consulta de un psicólogo expone toda una serie de motivos por los que considera que tiene un problema sexual. En la mayoría de los casos el problema está en que alguno de sus genitales "no funciona como debería."

Pongamos por ejemplo el caso de un hombre cuyo pene no tiene la erección que debería, o una mujer cuyo sistema sexual no "funciona" en la cantidad que debería y dice manifestar un bajo deseo sexual.

Parece que hay "algo sexual" que no funciona. Y que un psicólogo/médico ha de "arreglar". En función de a quien, la visión comienza a ser diferente:

Terapias psicológicas centradas en el supuesto "mal funcionamiento sexual"

Terapias farmacológicas.

En el primer caso, será EL PSICÓLOGO el que le ofrezca toda una serie de técnicas de comprobada efectividad que parecen funcionar muy bien. El problema entonces parece estar resuelto y la cuestión bastante fácil. La sorpresa del psicólogo está en que en muchas ocasiones algo falla porque la persona no avanza en solucionar su problema, o su pareja no está satisfecha aún habiendo solucionado el supuesto problema sexual, o el propio paciente tampoco lo está, o vuelve a acudir al terapeuta al cabo de un tiempo, o acude a otro terapeuta para solucionar definitivamente su problema.

Si acudimos a un profesional que pueda medicarnos como el MÉDICO GENERAL que suele ser el que atiende estas demandas nos pautará alguna solución farmacológica con ansiolíticos, antidepresivos (susceptibles de ocasionarnos una adicción y un menor deseo sexual a la larga) o con los famosos fármacos ( Susceptible de ocasionarnos numerosos efectos secundarios así como darnos la sensación de que "sin ella no soy nada")

Los errores en los que puede caer un profesional de la salud están en las siguientes cuestiones:

¿Nos hemos planteado el error de base con el que la persona ha llegado a consulta? A saber, el hombre del ejemplo anterior que no mantiene la erección está concibiendo las relaciones sexuales desde un punto de vista genitalizado, desea tener una erección más firme y le hemos ayudado a conseguirla, pero ¿este hombre sigue pensando disfuncionalmente sobre la sexualidad? , ¿sigue creyendo que la satisfacción de sus relaciones depende de su pene?, ¿que él es el responsable de que la relación vaya "bien"?, ¿que para que las cosas sean mejores en el sexo todo es cuestión de un pene firme?, ¿que su compañera por fin tiene lo que desea (un pene en erección para poder penetrar). Al fin y al cabo todo es sexo y pene. Y a este error ha podido contribuir el psicólogo y el médico

¿Nos hemos planteado que al darle a nuestro paciente lo que desea, un pene más firme, pero no modificar aquellas cuestiones relativas a la forma errónea desde la cual observa las relaciones sexuales (si no tuviese esta concepción errónea no tendría el problema), es muy probable que vuelva a manifestar ese mismo problema u otro similar dentro de las patologías sexuales? Es fácil que nuestro hombre sufra de nuevo un problema de erección al comenzar una relación sexual, si por ejemplo cambia de pareja?

¿Hemos observado su "necesidad de aprobación" ("¿necesito que mi pareja piense bien de mi"?) y cómo esa forma de pensar es muy probable que la manifieste en otros ámbitos de su vida? Porque si no modificamos esa tendencia general, los ejercicios de "Focalización Sensorial" solo habrán sido un parche a su problema (aunque el paciente se quede satisfecho solo será algo temporal)

Y si nosotros los psicólogos vemos esa tendencia a necesitar la aprobación de los demás: ¿el paciente la conoce y la reconoce? ¿sabe cambiarla?

¿Hemos reconciliado el lenguaje masculino con el femenino? Porque es distinto, y seguramente lo será siempre. Cómo el hombre expresa la erótica y cómo expresa el hombre la afectividad, puede ser diferente a cómo lo expresa la mujer; y ningún enfoque es mejor que el otro, solo es cuestión de entenderse, no podemos esperar que el otro sea como yo. Nuestro hombre del ejemplo es fácil que piense sobre cómo afecta su problema a su compañera ("va a pensar que soy poco hombre, un impotente"), pero está claro que no está en lo cierto, que no conoce la forma de pensar de su mujer, la cual seguramente no esté tan preocupada por la firmeza de la erección de su marido como por cuestiones del tipo ¿por qué intenta penetrar tan rápido?, ¿por qué me evita?, ¿qué el pasará?¿por qué se enfada tanto?". Le preocupará verle frustrado y ansioso en las relaciones sexuales que tienen. La mujer está viendo una parte emocional al asunto, el hombre no de la misma forma.

¿Se están teniendo en cuenta las emociones de la mujer? La mujer de nuestro hombre se sentirá a lo mejor poco deseada por él, y esto a su vez deteriora aún más la relación de pareja. La mujer no es solo una parte más de nuestros ejercicios de Focalización Sensorial, no solo es la ayudante que necesitamos para llevar a cabo unos ejercicios. ¿La estamos teniendo en cuenta?

¿Vemos cómo se desdibujan las fronteras entre la terapia sexual y de pareja, las fronteras entre la terapia de pareja y la individual? Las cosas son más complejas de lo que parece. Todo está demasiado entrelazado para establecer límites claros.

La cantidad de sesiones necesarias suele variar, estimándose en promedio, mínimo unas 6 sesiones, aunque por lo general el proceso completo suele durar mínimo 12 sesiones. Después de terminado el proceso terapéutico, siempre es beneficioso asistir a sesiones de seguimiento para reforzar y mantener en el tiempo los cambios.

Tras la terapia sexual, la persona aprende a aceptar mejor su cuerpo, y su capacidad de sentir placer y de compartirlo con otro. Desarrolla expectativas realistas sobre el encuentro sexual y es más sensible a sus propias necesidades como a las de su pareja. En general, aprende a dar y recibir placer erótico, desde un estado de apertura, comunicación, confianza y gozo, y se libera de los prejuicios, el temor, la culpa o el sentimiento de vergüenza.

Kama Sutra

Para otros usos de este término, véase Kama sutra (desambiguación).

El Kama sutra es un antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual humano.

काम-सूत्र, en escritura devánagari.

kāma-sūtra, en el sistema IAST de transliteración sánscrita.

Pronunciación: kámasutra.

Etimología: ‘aforismos sobre la sexualidad’: kāma es ‘placer sexual’ y sūtra, ‘hilo, frase corta’.

Considerado como el trabajo básico sobre el amor en la literatura sánscrita, fue escrito por Vatsiaiana. El título completo es Vātsyāyana kāma sūtra ('Los aforismos sobre la sexualidad, de Vatsiaiana’). Cronológicamente se sitúa al autor en el periodo Gupta (que se desarrolló entre el 240 y el 550 d. C.).

A lo largo del tiempo se han publicado diversas versiones. Originalmente, cualquiera de las versiones con ilustraciones (dentro del libro o en la portada) se dibujaron a mano; en la actualidad existen versiones con ilustraciones fotográficas reales e incluso con videos eróticos educativos.

Posiciones y maneras de hacer el amor

Vatsiaiana creía que hay 8 maneras básicas de hacer el amor y 8 posiciones principales. El Kama sutra tiene un total de 64 "artes", nombre que da el autor a la combinación de una manera de hacer el amor con una posición. El capítulo que enumera las múltiples artes es el más conocido, y es un error muy común confundir éste con el Kama sutra cuando en realidad es sólo una parte de él. Cabe mencionar que el hacer el amor es el arte de jugar el uno con el otro, descubrir cuáles son los puntos más sensibles de la pareja con la finalidad de que sienta placer y siempre tenga en cuenta cuál es la diferencia entre ambos.

Placer y pecado

El resto del libro ofrece consejos sobre cómo ser un buen ciudadano y muestra algunas ideas sobre las relaciones entre hombres y mujeres. El Kama sutra define el sexo como una "unión divina". Vatsyayana creía que el sexo por sí mismo no era algo "malo", pero practicarlo de manera frívola sí era pecaminoso. El Kama sutra ha ayudado a muchas personas a disfrutar del arte del sexo a un nivel más profundo, y puede considerarse una guía técnica para el disfrute sexual, así como un esbozo de las prácticas sexuales en la India durante esa época.

La traducción al inglés más famosa es la de Sir Richard Francis Burton, que data de 1883. Otra traducción importante es la de Indra Shina, realizada en los años setenta del siglo XX.

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