Trabajo Colaborativo

En un trabajo en equipo todos y cada uno de los integrantes tiene su lugar, es decir, es relevante. La experiencia, los conocimientos, opiniones, información, etc. que cada quien puede aportar, y el trabajo que pueden realizar, constituyen la riqueza y los recursos de un grupo.

De acuerdo con la concepción de Paulo Freire (pedagogía del oprimido: 1970, 53-55), el sistema escolar:

“promueve una “educación bancaria”, ha inducido a muchos estudiantes a pensar y a sentir que no saben, que son ignorantes, que su experiencia no sirve de nada, que no pueden aprender juntos unos de otros. Creen que solo el maestro o los libros saben, que el conocimiento es algo ya acabado, listo para ser digerido y asimilado, y que todas las respuestas ya están dadas”

Aceptar que se puede aprender no solo de libros y del profesor, sino también de la experiencia propia y de la de los compañeros, es algo difícil. Darse cuenta que el adquirir y transmitir conocimientos es un proceso que se construye a través de la observación, la acción y la reflexión, suele ser desconcertante; sin embargo, esto se necesita para participar constructivamente en un equipo de trabajo colaborativo.

El enfoque que recientemente la educación ha tomado, con base a las competencias, ha ganado importancia en las propuestas pedagógicas actuales, generando diversas concepciones en su estudio y análisis. Básicamente su desarrollo e implementación dentro del aula, se debe asociar al trabajo colaborativo con un sentido constructivista.

Desde el marco constructivista, el aprendizaje colaborativo debe atenderse como una ayuda ajustada y necesaria a los procesos de construcción que realizan los estudiantes durante el trabajo en equipo.

El mundo contemporáneo requiere que las personas aprendan a trabajar juntas para poder procesar información, generar conocimientos, dar y entregar afectos. No basta con tener la intención o la voluntad para hacerlo, el trabajo en equipo responde a un nuevo paradigma y concepto del trabajo, por lo cual sólo es eficaz en la medida que se esté dispuesto a emprender el camino del cambio, que se inicia en el cambio personal de cada uno de nosotros, analizando y reflexionando respecto a nuestros valores y acciones.

Para trabajar en equipo es necesario aprender técnicas y desarrollar habilidades. La imagen de aprendizaje que va con el constructivismo subraya el papel activo, es autorregulado y comprende una gran cantidad de oportunidades para el descubrimiento y la interpretación de los hechos por parte de los alumnos.

No hay que olvidar la realidad, pueden aparecer obstáculos distorsionantes de un buen clima grupal, afectando lógicamente el trabajo en equipo, contribuyendo a plasmar un estilo negativo en este. Estas situaciones operan como obstáculos para la consolidación de un grupo sano, ya que obstruyen la participación amplia y libre, frenan la espontaneidad, irrumpen la seguridad personal en algunos o todos los miembros y producen malestar psíquico, superficial o profundo; en ocasiones dificultando la realización eficaz de las tareas grupales.

Normalmente, cuando el docente desea y planea trabajar en equipos, forma a sus estudiantes en grupos según lo requiera la actividad, luego, realiza una explicación oral de la actividad o quizá se apoya del pizarrón y enseguida destina un tiempo para desarrollar la actividad y otro tiempo para presentarla.

Esta situación denota una falta de conocimiento sobre la estrategia de trabajo en equipo colaborativo, lo que podrá provocar malos resultados de la misma.

Podemos encontrar dos formas de organizar el trabajo. Por un lado tenemos el docente que durante el desarrollo de la actividad en equipo colaborativo no se acerca a escuchar o analizar el desempeño y ritmo de trabajo, tampoco resuelve dudas, no orienta para llegar a sus propios objetivos. Por otro lado, están los profesores que apoyan, tienen la motivación de sacar adelante la actividad y sus objetivos, pero quizá no sea suficiente, ya que van surgiendo factores que impiden la realización de la actividad con base a la estrategia elegida.

La enseñanza mutua no es una idea nueva, en el siglo pasado tuvo su máximo esplendor en la pedagogía inspirada por Lancaster (Giolitto, 1983, citado por Perrenoud, 2004:53).

El profesor tenia cien o doscientos alumnos a su cargo, de todas las edades, y evidentemente no podía ocuparse de todos, ni proponer una lección a un público tan amplio y heterogéneo. Por lo tanto, el grupo se organizaba en subconjuntos, situados bajo la responsabilidad de –submaestros-, que a menudo eran alumnos mayores o monitores sin formación pedagógica. El papel del maestro consistía en hacer funcionar el conjunto, más que enseñar directamente a todos.

El alumno se interesa por trabajar de forma conjunta, quizá porque le es más fácil hacerlo, pero ¿qué pasa cuando no existe una dirección adecuada de los 3, 4 o hasta 7 alumnos que forman un equipo? Sucede que se relajan y dejan todo el trabajo al alumno más dedicado o bien, pueden hacer un trabajo inadecuado, sin esfuerzo, sin los mínimos requisitos que solicitó el maestro; además, se distraen, juegan, utilizan su celular o simplemente platican sobre situaciones externas o diferentes al tema de la actividad. Básicamente, desvían los objetivos que el docente quiere lograr.

Para los maestros que nos avocamos a la educación en el nivel medio superior, es necesario e imprescindible saber, que la estrategia de trabajo colaborativo abona al logro del perfil de egreso (Plan de estudios de bachillerato general D.G.B. 2010: 15-16) esencialmente en tres apartados:

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d) Selecciona, analiza, evalúa y comparte información proveniente de diversas fuentes y aprovecha los recursos tecnológicos a su alcance para profundizar y ampliar sus aprendizajes de manera permanente. […]

g) Reconoce y valora distintas prácticas y procesos culturales. Contribuye a la convivencia respetuosa.

h) Asume la interculturalidad como riqueza y forma de convivencia en la diversidad social, étnica, cultural y lingüística.

El trabajo colaborativo corresponde a un proceso de construcción del conocimiento fundamentado en el paradigma sociocultural de Vigotsky, quien establece la importancia de construir un conocimiento en conjunto con los demás, beneficiando un proceso sociocultural, que vendrá a ampliar y a significar de una manera diferente lo aprendido.

La intervención docente me ha dado la pauta para empaparme de situaciones que han afectado el trabajo colaborativo, y es que docente-alumno son responsables del proceso en la clase y como se determina.

A continuación

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