Tratado De Los Delitos
barumen17 de Mayo de 2015
958 Palabras (4 Páginas)211 Visitas
Para comenzar con el análisis de la obra de César Beccaria, tratado de los delitos y de las penas, creo necesario primeramente hablar sobre el término Justicia. La justicia es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la sociedad y nace de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes, es decir es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
Una vez aclarado esto, es preciso destacar que todo individuo que viva en sociedad debe estar regido (cuando menos tácitamente) por un contrato social bilateral, en el cual, el individuo se obligue al “buen convivir con sus semejantes” y a su vez, la sociedad, que es representada por el Estado, se obligue a garantizar al primero la invulnerabilidad de sus derechos como ser humano conformador de la sociedad.
Ahora bien, es importante destacar que las Leyes son las únicas que pueden decretar penas para los diversos delitos, ya que sin Leyes escritas jamás habría una sociedad regida por un gobierno que se encargara de supervisar la armonía entre los individuos, es por esto que me resulta fácil deducir que la imposición de penas surgió de la necesidad del género humano para regirse en sociedad.
En la Antigüedad, las penas eran creadas hasta cierto punto de forma errónea, de una manera ambivalente, pues su creación dependía de los principios morales que tuvieran los seres humanos en aquella época, y por ende esta emanación errónea de las penas, convergía en imposición inequitativa de castigos a los delincuentes o infractores, pues muchas veces eran castigados con latigazos, tormentos y pena de muerte, siendo que no había una correcta proporción entre los delitos y las penas, que es uno de los fines que debe perseguir la imposición de penas, ya que la medición de los delitos debe hacerse por el daño ocasionado a la sociedad y no por la imposición de castigos al delincuente, por lo que todo acto que se derive de la absoluta necesidad de castigar debe considerarse tirano.
En mi punto de vista, en la actualidad, falta hacer cambios innovadores e importantes en la imposición de penas, pues hoy por hoy nuestras leyes no están encaminadas hacia la distinción de delitos y penas, sino que solo son una clasificación de los crímenes por el modo de su realización, su especie, su objeto y su grado, dejando de lado la importancia de tomar en cuenta uno de sus fines principales que es la prevención de delitos, es decir, el fin de las penas no debe ser el castigo de un ser humano, ni deshacerse de un delito ya existente, sino que la finalidad de las penas debe ser impedir que se cometan nuevos daños a la sociedad.
Otra de las características que se debe tomar muy en cuenta al momento de la imposición las penas, es que estas, deben de ser impuestas con prontitud, ya que en este sentido, entre menor sea el tiempo en que se tarde el Estado en imponer una pena, mayor será la aceptación de la misma por parte de la sociedad, lo que podríamos entender como causa y efecto, es decir, mientras con mayor rapidez sean impuestas las penas, mayor repercusión causaran en el actuar de los delincuentes, quedando en el entendido que también debe de buscarse un equilibrio en dicha rapidez, ya que tampoco es correcto imponer penas pensando solo en la rapidez y sin pensar claramente en el por qué? el individuo es merecedor de dicho castigo.
Las penas por otra parte deben ser equitativas, es decir debe de haber un equilibrio entre la pena impuesta y el delito cometido, toda vez que, a aquellos individuos que cometan un delito se les debe de juzgar con la misma severidad con que sea considerada la gravedad del delito perpetuado, es decir IGUALES PENAS
...