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Tratado De Los Delitos Y De Las Penas

fridasofiamtz21 de Noviembre de 2014

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DE LOS DELITOS Y DE LAS PENAS (BECCARIA)

Es un resumen (demasiado resumido) del libro de Cesare Beccaria “De los delitos y de las penas”

CAPITULO IOrigen de las penas

Este capítulo afirma que los hombres, cansados de vivir en un continuo estado de guerra, crearonlas leyes, buscando mejorar la convivencia.Pero para que la convivencia mejorara era necesario que TODOS cumplieran las leyesestablecidas; por ese motivo se establecieron penas contra los infractores de las leyes.

CAPITULO IIDerecho de castigar

En este capítulo se explica que la pena sólo debe existir si se deriva de la absoluta necesidad.Mientras sea más sagrada e inviolable la seguridad, y mayor la libertad que el soberano conserve asus súbditos, más justas serán las penas.La pena es el derecho a castigar al que no cumpliere con las leyes.La multiplicación del género humano reunió a los primeros salvajes. Estas uniones produjeron laformación de otras para resistirlas, creando guerras.La necesidad obligó a los hombres a ceder parte de su libertad propia; cada uno trata que esaparte sea lo más pequeña posible. Pero la suma de esas pequeñas partes de libertad forma elDERECHO DE CASTIGAR.

CAPITULO IIIConsecuencias

El autor en este capítulo explica las tres consecuencias de las penas.La primera consecuencia es que las penas de los delitos sólo pueden ser decretadas por las leyes;y esta autoridad debe residir UNICAMENTE en el legislador. Ningún magistrado puede decretar asu voluntad penas contra otro habitante de la Nación; como tampoco puede modificarla si laconsidera injusta.La segunda consecuencia establece que el soberano puede formar leyes generales que seanobligatorias para todos los habitantes; pero cuando alguna persona no cumpla con alguna de esasleyes, el soberano no puede juzgarlo, le correspondería ese deber a un magistrado cuyassentencias sean inapelables.La tercera consecuencia es que si se probase la atrocidad de las penas, sería contraria a la justicia.

CAPITULO IVInterpretación de las leyes

En este capítulo el autor se refiere a la cuarta consecuencia, que explica que los jueces criminalesno pueden interpretar las leyes penales, porque no son legisladores.Los jueces no recibieron las leyes como una tradición, sino como la legítima voluntad de TODOS.Cesare Beccaria opina que en todo delito debe hacerse un silogismo perfecto.Hubo muchos casos en donde los mismos delitos fueron castigados con distintas penas debido a laimparcialidad de los jueces, que son los encargados de interpretar las leyes, y dar justicia (dar acada uno lo suyo).La justicia no es del todo perfecta; ya que sus intérpretes son humanos. Por ese motivo, los juecesno pueden interpretar la ley en forma perfecta, pero deben hacerlo lo mejor y más imparcialmenteposible.

CAPITULO VOscuridad de las leyes

En este capítulo se explica que es grave que las leyes estén escritas en una lengua extraña alpueblo, ya que pueden cometerse delitos por falta de entendimiento de las leyes.Cuando más grande sea el número de los que entienden las leyes, menor será la cantidad dedelitos cometidos.

CAPITULO VIProporción entre los delitos y las penas

Este capítulo explica que debe existir una “proporción entre los delitos y las penas”. Esa proporciónse debe a que no todos los delitos dañan de igual manera a la sociedad; entonces cuanto mayor sea el delito, mayor deberá ser la pena correspondiente.Existe una escala de delitos, cuyo primer grado consiste en aquellos que destruyeninmediatamente la sociedad, y el último en la más pequeña injusticia posible cometida contra losmiembros particulares de ella. Por ese motivo, también debe existir una escala de penas, quedeben ser proporcionales a los delitos cometidos.

CAPITULO VII

Errores en la graduación de las penas

Beccaria, en este capítulo, explica que la verdadera medida de los delitos es el daño hecho a lanación. Es decir, cuanto más grande daño se halla hecho a la nación, mayor será el delito, y por lotanto, la pena.Algunos opinan que la graduación de los delitos debe considerarse según la gravedad del pecado.Eso es un error, ya que la gravedad del pecado depende de la malicia del corazón de cada uno; yningún ser humano puede saber que siente el corazón de otro. El único ser capaz de tener eseconocimiento es DIOS.

CAPITULO VIIIDivisión de los delitos

Según Cesare Beccaria, la verdadera medida de los delitos es el daño hecho a la sociedad.Hay distintos tipos de delitos. Si se los clasificara en tres grupos, según la gravedad, podríamosdecir que los más graves son aquellos que destruyen inmediatamente a la sociedad o a quien larepresenta.En el segundo grupo se encontrarían los delitos que ofenden la privada seguridad de un ciudadanoen la vida, en los bienes o en el honor.Y en el tercer grupo estarían las acciones contrarias a lo que cada uno está obligado a hacer o nohacer.

CAPITULO IXDel honor

En este capítulo se explica que hay una diferencia entre las leyes civiles y las de honor.Las leyes civiles son aquellas que defienden las cosas y bienes de cada ciudadano.En cambio, las leyes de honor, son aquellas que defienden el mismo honor de las personas. Unclaro ejemplo de un delito de honor, es el racismo o discriminación a un individuo por tener otrocolor de piel, religión, nacionalidad, etcétera.

CAPITULO XDe los duelos

En este capítulo se explica que de la necesidad de los sufragios de otros nacieron los duelosprivados. Estos tuvieron su origen en la anarquía de las leyes.

CAPITULO XIDe la tranquilidad pública

Este capítulo explica que entre los delitos de la tercera especie se encuentran aquellos que turbanla tranquilidad pública de los ciudadanos.La función de los policías es evitar que se turbe la tranquilidad pública; pero los policías no puedenobrar con leyes arbitrarias, ya que si eso sucediera se abriría una puerta a la tiranía.Se deben manejarse con un código que circule entre las manos de todos los ciudadanos, de modo,que los ciudadanos sepan cuando son culpables, y cuando son inocentes.

CAPITULO XIIFin de las penas

En este capítulo, el autor explica que el fin de las penas no es deshacer un delito ya cometido, yaque eso sería imposible de lograr.Las penas son las legítimas consecuencias de los delitos. Nadie puede ser penado sin haber cometido un delito.Entonces, el fin de las penas es lograr que el individuo que cometió un delito, no vuelva acometerlo, y tratar que los ciudadanos no cometiesen delitos.Hay diferentes formas de penar al reo; y se buscará la menos dolorosa para el cuerpo del reo, y laque haga una impresión más eficaz y durable sobre los ánimos de los hombres.

CAPITULO XIIIDe los testigos

En este capítulo se explica que como dice el artículo 18 de nuestra Constitución Nacional, “ningúnhabitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior del hecho delproceso”. En ese juicio debe comprobarse que el ciudadano cometió el delito por el que se lo juzga.Se comprueba con la presencia de pruebas y testigos que lo afirman.Cualquier hombre racional puede ser testigo.Es necesario que siempre haya más de un testigo, porque si uno afirma y otro niega, no hay nadade cierto, y prevalece el concepto que todo hombre es inocente hasta que se demuestre locontrario, como establece el aforismo “indubio pro reo”.

CAPITULO XIVIndicios y formas de juicios

Este capítulo explica que cuantas más pruebas se traen, es mayor la probabilidad del hecho, yaque la falsedad de una prueba no influye sobre la otra.Existen dos tipos de pruebas: las perfectas y las imperfectas.Las pruebas perfectas son aquellas que con la muestra de una sola basta para determinar que elindividuo fue culpable.

En cambio, las pruebas imperfectas son aquellas que no demuestran con exactitud que el individuofue culpable. Es necesario para penar al individuo la suma de pruebas imperfectas que fuerannecesarias para lograr una prueba perfecta.De las pruebas imperfectas que el reo pueda dar alguna explicación y no lo hace, se convierten enpruebas perfectas.

CAPITULO XVAcusaciones secretas

En este capítulo se explica que las acusaciones secretas son desordenes evidentes, y en muchoscasos, admitidos como necesarios por la flaqueza de la constitución.Cualquiera que puede sospechar ver en el otro un delator, ve en el otro un enemigo.

CAPITULO XVIDel tormento

Este capítulo explica que ningún individuo puede ser llamado reo o culpable hasta que lodemuestre la sentencia del juez.Como lo establece el artículo 18 de la Constitución Nacional, “quedan abolidos para siempre lapena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes; no está permitidotorturar a un reo para saber si cometió más delitos (que no se han probado), ni para saber quienesfueron sus cómplices. Eso debe averiguarse con los testigos y las pruebas.Por ese motivo, las pruebas en las que el individuo, estando torturado, declare haber cometido undelito, no son válidas.

CAPITULO XVIIDel espíritu de fisco

Se explica que anteriormente casi todas las penas eran pecuniarias.El objeto de las penas era un litigio entre el fisco y el reo; un asunto privado, más que público.El juez, era más que un protector de las leyes, un abogado del fisco. Y cuando el reo se declarabaculpable, automáticamente se declaraba deudor del fisco.

CAPITULO XVIIIDe los juramentos

En este capítulo se explica que los juramentos que se le exigen al reo es una contradicción entrelas leyes y los sentimientos naturales del hombre.Se dice que es una contradicción por que se le pide al reo que diga la verdad, cuando

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