Tu gobierno te vigila

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“Tu gobierno te vigila”

“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen confiables y el asesinato respetable, y para dar apariencia de solidez al                                                                                                                                                mero viento” George Orwell 

Después de leer la emblemática obra que diera a conocer George Orwell,  famoso escritor de distopías futuristas, puede notar una gran cantidad de paralelismos entre “1984” y la vida actual, aun cuando la mayoría de estos pasan desapercibidos por la sociedad. Es difícil de creer que hoy en día las instituciones gubernamentales recopilen nuestra información personal, e incluso paranoico suponer que pongan en marcha espionaje dirigido a  nosotros, las personas civiles, y que aunque no hagamos nada turbio o ilegal estemos siendo permanentemente vigilados.

Al concluir esta reflexión, acecharon mi mente algunas preguntas: ¿Realmente tenemos una vida privada? ¿Hay alguna forma de garantizar nuestra intimidad?, ¿Hasta qué punto nuestros datos y acciones son del dominio público? De momento mi respuesta fue un rotundo sí, aunque no me convencí de ello y decidí meditar el asunto pero al querer dar respuesta a mis interrogantes fui formulando un sinfín de hipótesis.

Pienso que la vida privada es una facultad que todos los individuos del mundo debemos gozar, pero garantizarla no es una tarea sencilla aun cuando es esencial para desarrollar una vida plena en cuanto a la personalidad se refiere. Al respecto, ¿Existe la posibilidad de que el Gran Hermano, es decir el espionaje masivo, esté presente en la actualidad?, ¿Cómo está camuflado y en qué técnicas se apoya? Diversos investigadores han indagado algunas de estas cuestiones, sin embargo ninguno ha presentado un estudio profundo de las posturas propuestas.

Si las preguntas a supralíneas han quedado ignotas, ¿Por qué George Orwell plantea la vigilancia y control mundial a futuro con tanta certeza en su obra si vivió mucho antes de que los modernos avances tecnológicos cobraran importancia? De forma precipitada pudiéramos pensar que este cuestionamiento carece incluso de sentido, no obstante, en una misiva enviada a Noel Willmett, el autor resalta que los sistemas totalitarios irán en aumento y que la teoría de “el fin justifica los medios” sería adoptada. Sostiene que las economías apuntarán a sistemas centralizados y  que la falta de democracia aunada con el nacionalismo de la población habrían por desencadenar que los Estados “cambien los hechos a su favor” y hagan creer que “dos más dos son cinco”. Después de todo Orwell conoció las distintas facetas de la Europa Occidental al formar parte de la Policía Británica Imperial y al ser enviado como corresponsal a la Guerra Civil Española donde, por cierto, se unió al Partido Marxista y luchó a su favor. Entonces, ¿siempre ha existido el espionaje y control masivo?, ¿ha tenido blancos específicos?, ¿persigue los mismos objetivos en la actualidad?

Considero necesario dar a conocer un pequeño resumen que nos aporte una idea holística del contenido de la obra literaria. En sí, el libro presenta un futuro en el que un Estado totalitario controla exageradamente a todos sus individuos, a tal grado que resulta imposible escapar de su tutela. Nos muestra un contexto en que no existe siquiera un espacio para la intimidad, ya que la vigilancia del Gran Hermano, figura insignia del Partido, es permanente gracias a la telepantallas, aparatos que se instalan en las casas de los ciudadanos y que transmiten todo lo que sucede dentro, pues capturan audio y video simultáneamente.  

Sin lugar a dudas, siento que en su obra, Orwell no exhibe nada irracional para la época que le tocó vivir, ya que en ese tiempo la amenaza totalitaria era algo palpable y se proponía este régimen como una solución para frenar las ideas liberales que iban tomando relevancia. Desde mi punto de vista, el escritor intentó mandar un mensaje sobre los peligros de que el poder se concentrara en un grupo reducido de personas y estas hicieran uso de técnicas de control de masas.

El marco histórico por el que atravesó el autor hace posibles numerosas investigaciones que concuerdan con mis interrogantes, así que el principal objetivo de este ensayo es demostrar que en la actualidad la vigilancia constante ejercida por el Estado es una realidad, por medio instituciones públicas, operaciones de seguridad encubiertas, geolocalización satelital, infiltraciones, etc., a través de internet, teléfonos y plataformas digitales. En pocas palabras, vivimos en un espionaje total.

El espionaje se refiere al conjunto de técnicas y practicas asociadas a la obtención encubierta de datos o información confidencial. Para su puesta en marcha, estas operaciones se basan en la infiltración y la penetración. A nivel mundial, es un fenómeno común, más no reconocido explícitamente sino que en las legislaciones nacionales se conoce como “operaciones de inteligencia” que tienen el objetivo de salvaguardar la seguridad nacional.

Eduard Snowden, quien fungió como analista de inteligencia de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA),  en 2013 filtró documentos donde sostiene que su país puso en marcha operaciones masivas de espionaje alrededor del mundo, incluido a sus aliados. De acuerdo con la publicación, la NSA obtiene información en cuatros ejes básicos: acceso a datos de empresas de internet como Facebook, Google y Yahoo; interceptando comunicaciones globales que viajan en cables de fibra óptica; escuchas telefónicas que recolectan y analizan datos, y espionaje dirigido a oficinas importantes, como ONU, Unión Europea y las embajadas de todos los países. Según Snowden, la Agencia de Seguridad sigue un registro de llamadas telefónicas, correo electrónico y tráfico por internet de todas las personas, no hay distinción. “Aun si no estás haciendo nada malo, estas siendo visto y grabado”, comentó.

Al escuchar esta interesante postura es necesario aportar el siguiente ejemplo del libro:

“….en el pasado ningún Estado tenía el poder necesario para someter a todos sus ciudadanos a una vigilancia constante. Sin embargo, el invento de la imprenta facilitó mucho el manejo de la opinión pública, y el cine y la radio contribuyeron en gran escala a acentuar este proceso. Con el desarrollo de la televisión y el adelanto técnico que hizo posible recibir y transmitir simultáneamente en el mismo aparto, terminó la vida privada. Todos los ciudadanos, o por lo menos todo a aquellos ciudadanos que poseían la suficiente importancia para que mereciese la pena vigilarlos, podían ser tenidos durante las veinticuatro horas del día bajo la constante observación de la policía y rodeados sin cesar por la propaganda oficial, mientras que se les cortaba toda comunicación con el mundo exterior.” Página 201.

Con esto supe que en el libro, el Gran Hermano obtiene los datos de cada uno de los habitantes de Oceanía, superpaís ficticio donde se desarrolla la obra, a través de la tecnología de punta optimizando así los recursos del Partido y obteniendo mayores beneficios aunque para lograrlo tenga que violar la Intimidad de los individuos. Al respecto, el derecho a la intimidad forma parte de la primera generación de Derechos Humanos, en virtud de que fue reconocido antes del nacimiento de los derechos sociales; hoy incluye la prohibición de intervenciones telefónicas, revelar información personal y realizar grabaciones no autorizadas. En nuestro país, teóricamente, el Artículo 16° constitucional garantiza el derecho a la intimidad de todo mexicano al castigar la intromisión de terceros en las comunicaciones privadas, sean de forma escrita, telefónica o por cualquier otro medio.

A pesar de ello, de acuerdo con Animal Político, una revista especializada en la política de México y miembro activo de  Méxicoleaks, nuestro país es el principal cliente de una empresa que vende software para espiar. La lista de clientes es amplia, puesto que incluye desde instancias como el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN-Secretaría de Gobernación), la Policía Federal y la Marina Armada de México hasta Procuradurías, Gobiernos de diversos Estados e incluso Petróleos Mexicanos. Estas dependencias gubernamentales pagaron alrededor de 100 millones de pesos en los últimos cuatro años a la empresa italiana Hacking Team, por el software “Remote Control System”, programa que se instala en teléfonos celulares y permite extraer información de ellos.

Bajo esa misma tesitura, de acuerdo con el Código Nacional de Procedimientos Penales, las Agencias del Ministerio Publico, Fiscalías Estatales y Órganos de Inteligencia están facultados para realizar intromisiones en comunicaciones privadas. No obstante, Raúl Ramírez Baena, director ejecutivo de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, dedicado a la defensa y promoción de los derechos humanos en el estado de Baja California, señala que estas acciones forman parte de una serie de medidas implementadas por el gobierno para limitar las garantías básicas, al tratar de regular los comportamientos, interferir en comunicaciones privadas o geolocalizar un teléfono celular sin dar mayores explicaciones. Acorde con su opinión, uno de los principales motivos para estar preocupados es que las corporaciones policiacas y los Agentes del Ministerio Público encargados de ejecutar las intervenciones en comunicaciones privadas son instancias llenas de corrupción e incluso vinculadas con el crimen organizado. “Estamos frente a un Estado semiautoritario donde los derechos humanos cada vez se restringen más”, señaló.  

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