Un Caso Comun, Nada Especial
ricfer7027 de Noviembre de 2013
674 Palabras (3 Páginas)504 Visitas
Un caso común, nada especial
La lectura demuestra que los problemas no necesariamente son problemas, sino consecuencia de diversas causas. Por ende los maestros debemos ser capaces de analizar y reflexionar las conductas de los niños sobre todo las de aquellos niños que juzgamos como problemas de aprendizaje.
Y es que es muy común, incluso nosotros como docentes en formación, decir a la ligera que ciertos niños tienen problemas de aprendizaje: no saben leer, no saben escribir, no saben sumar; y realmente creo que en primer lugar no tenemos todos los elementos para hacer semejantes acusaciones y en segundo no hacemos un análisis detallado para descubrir cuáles son sus causas o las consecuencias de las actitudes de los niños; es decir, no realizamos lo que el maestro de la lectura hizo con José, y es que es muy importante de donde se deriva el problema o cuál es el problema que deriva a la situación, para que podamos tomar las decisiones adecuadas para poder ayudar a solucionar eso que impide que el niño se desarrolle de forma íntegra y armoniosa dentro de la escuela.
Como ya mencioné antes creo que a los maestros nos hace falta aspectos muy importantes en nuestra formación, es decir, un maestro debe saber sobre psicología y desarrollo infantil, pedagogía, sociología, etc. (ciencias de la educación) para poder saber exactamente lo que le pasa a un alumno, por qué le pasa y cómo ayudarlo, y no andar con suposiciones que en su mayor parte solo perjudican la integridad del alumno.
Al igual que el alumno de la lectura imagine, una atmósfera liberadora, coherente con sus principios establecidos, con maestros entregados, conocedores de su campo, sentí que la normal sería como en la UNAM (por mi experiencia en ella), pero e poco tiempo me di cuenta que los profesores se preocupaban más por su investigaciones, publicaciones, el seguir tomando cursos, etc., que por enseñarnos algo que realmente nos fuese útil, muchos de ellos se limpian las manos repitiéndonos: el alumno aprende con el maestro, sin el maestro y a pesar del maestro; frase que muy a mi parecer muestra mediocridad, porqué si fuese así no existirían las escuelas y no nos aprenderíamos el tan amado discurso de los maestros normalistas acerca de lo que una buena escuela y maestros deben hacer.
Los alumnos somos mañosos, sabemos cómo pasar como alumnos brillantes (no niego la existencia de ellos), el chico de la lectura aprendía de memoria respuestas que le ayudarán a resolver con excelencia los exámenes, a nadie le importaba que las olvidara después; en la normal pasa algo similar hay alumnos que son brillantes acosta de saber que discurso usar dependiendo del maestro, a aplaudir todo lo que diga o haga aunque no se esté de acuerdo, a no omitir opiniones por miedo o por conveniencia, o bien a aprenderse todo lo que se le dice sin tomarse el tiempo a reflexionarlo, analizarlo, criticarlo o argumentarlo, y a ningún maestro le interesa porque está ocupado en cosas de real interés para él. La forma más efectiva de recuperar la relación entre la formación y la motivación de la práctica real, es proporcionando a los alumnos aprendizajes que realmente sean necesarios y les ayude en las jornadas de práctica, para que no se enfrenten con frustraciones o con situaciones en donde no sepan que hacer por falta de información; contratando maestros con experiencia, es decir, que hayan vivenciado el trabajar en una escuela primaria; hacer un cambio en la organización del currículo, tomar en cuenta al alumno en dichas decisiones, porque somos nosotros los que vivimos los pros y contras de la BENM.
Lo más importante es tener un sistema de selección, que no seleccione únicamente a las personas por su nivel intelectual, sino por su nivel de vocación, ya que sin ésta no se puede hacer mucho. Los alumnos deben tener disposición y “sacrificar” muchos hábitos para poder mejorar y su vocación
...