Una Educacion Fisica Diferente
juc18812 de Agosto de 2011
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UNA EDUCACIÓN FÍSICA DIFERENTE
Llevamos ya unos cuantos años desde que se introdujo en la enseñanza obligatoria la especialidad de educación física, a la par que otras, como complemento a la formación infantil, primaria y secundaria de todos los niños y niñas mexicanos. Se hizo con una intención clara, la de posibilitar la formación integral del alumno/a y desarrollar, en la medida de sus posibilidades, todas las capacidades que configuran la personalidad en el proceso formativo de cualquier niño/a. Es hora de hacer un planteamiento serio de cómo se ve y cómo se entiende la educación física y de sí ha contribuido a cumplir con la intención con la que nació.
Tradicionalmente, se entendía y, desgraciadamente, aún se entiende, la Educación Física como el desarrollo de una serie de aspectos motrices y físicos que capacitan al alumno para una mejor práctica de actividades deportivas. En resumidas cuentas, se trata de favorecer los condicionantes motrices, anatómicos, fisiológicos y físicos del alumno/a, para la mejor y más eficaz ejecución de unos movimientos establecidos, denominados técnicas, que componen la base de unos juegos que se han dado en llamar deportes. Es decir, preparar para ser un buen deportista, entendiendo por ello el que ejecuta bien las técnicas del deporte en cuestión.
Teórica y pedagógicamente se entiende la educación física como el desarrollo de todas las capacidades que giran en torno a la formación corporal, para conseguir el grado más elevado de posibilidades físicas, corporales, expresivas, rítmicas, motrices,....... Y todo ello en función de que sirva de base para el desarrollo de la personalidad, la capacidad intelectual, la capacidad afectiva y la relacional. En suma, para conseguir el desarrollo máximo de las posibilidades de cada persona, independientemente de la ejecución eficaz de cualquier técnica concreta.
Esta formación integral que supone la educación física desde esta perspectiva, desarrolla los aspectos motores, afectivos y relacionales, como base al establecimiento de una serie de capacidades intelectuales. Dentro de éstas últimas están la capacidad crítica y la capacidad de elección. Al desarrollar estas capacidades se está dotando al alumno, en su formación como persona, del recurso de elegir y valorar la actividad motriz que realizará en su etapa de adolescente y de adulto y no sólo la de imitar un modelo motriz (deporte) que es impuesto por la sociedad de forma "hipervalorada". Todo esto supone la transmisión de unos valores, como veremos, muy diferentes a los de la educación física tradicional.
En la educación física de base, entendida según los principios teóricos y pedagógicos, y que es la que propugna el sistema educativo (a pesar de ello no es garantía de que se cumpla) se trata de desarrollar al máximo todas las capacidades que giran en torno a lo corporal y que configuran la personalidad. Ente ellas, como decía anteriormente, están la capacidad crítica y la capacidad de elección. La capacidad crítica se manifiesta y se trabaja, favoreciendo al alumno el desarrollo de sus posibilidades atendiendo a sus características físicas, motrices, afectivas y personales peculiares. De esta manera el alumno/a valora la actividad física en función de cómo aprende, cómo disfruta, cómo le sirve para su crecimiento y de con quién la realiza y cómo la realiza. Así va generando una opinión sobre la actividad motriz, y no se dedica sólo a repetir un modelo. La capacidad de elección surge entonces, en la medida en que se acopla mejor a una actividad motriz que a otra, o simplemente, en que disfruta y aprende más con una actividad que con otra. Esta capacidad de elección se ve completada si la propuesta que se le ofrece es variada y múltiple, tal y como establecen los principios educativos.
Para que esta oferta educativa sea posible es necesario ofrecer, en la etapa de formación física (precisamente la etapa de primaria, la de secundaria) una serie de propuestas motrices variadas y al mismo nivel. Es decir, se trata de desarrollar todas las capacidades, y no sólo la ejecución técnica de movimientos.
JUSTIFICACIÓN
La enseñanza de la educación física es un medio educativo de gran importancia para que las nuevas generaciones alcancen su ideal de vida y participen en la formación de una sociedad más sana, plena y equitativa.
La práctica educativa y el conocimiento sistematizado de los niños y jóvenes han mostrado que el desarrollo físico impacta además de la salud el desempeño intelectual y el logro de las habilidades básicas para el aprendizaje. Con el juego organizado y las actividades de la educación física, los alumnos aprenden a construir y seguir normas, fundando con ello su personalidad ética y social posterior.
La educación física tiene como meta la formación de sujetos, no de objetos, ni mecanismos de precisión; de ahí que esté profundamente marcada por un fuerte componente afectivo subjetivo, tanto en quien la imparte como en quien la recibe.
La Educación Física ha sido y debe ser un medio esencial para la formación integral de los niños y jóvenes de México. En la clase de educación física ellos se sienten felices de participar, capaces de dominar su cuerpo. Sin embargo, hay factores que obstaculizan una prestación del servicio más eficiente. Entre ellos tenemos los siguientes:
Al inicio del siglo XXI deberemos contar con una educación física capaz de integrarse y dinamizar los aprendizajes de los niños de México, así como enseñarles a estimarse, a respetar normas y a formar equipo. Los maestros de educación física están al servicio de las escuelas de México, por lo que la escuela del siglo XXI debe tener en la educación física uno de sus elementos fundamentales. Para ello:
En educación preescolar deberemos lograr que las dinámicas realizadas con los niños les faciliten la apropiación de su esquema corporal y apoyen además el desarrollo de su maduración motora gruesa y fina y sus relaciones espaciales.
En educación primaria, tendremos que consolidar y aumentar las habilidades, destrezas y hábitos adquiridos en preescolar y favorecer la práctica de actividades predeportivas y de deporte escolar, así como las relacionadas con el fomento y cuidado de la salud.
En educación secundaria, además de los aspectos referentes al desarrollo corporal de los jóvenes, la educación física deberá superar su capacidad para formar sujetos que establezcan y obedezcan normas y sepan participar en equipo.
Deberemos garantizar la aplicación de los contenidos educativos del programa de educación física en preescolar, primaria, secundaria. Para ello, será necesario estrechar la vinculación con los demás servicios.
Mediante la planeación de la clase de manera conjunta y de reuniones técnicas, se fomentará la cooperación entre el profesor de educación física y el profesor de grupo, a fin de reforzar mutuamente los aprendizajes propuestos por los programas de estudio de la educación básica.
ENFOQUE
La educación física está considerada como asignatura integrante de los planes de estudio de los distintos niveles de educación básica y representa una disciplina que contribuye al desarrollo armónico del individuo, mediante la práctica sistemática de la actividad corporal.
Está orientada a proporcionar a los niños y jóvenes elementos y satisfactores motrices en relación con sus necesidades, intereses y capacidades que puedan ser manifestados durante su participación en los diferentes ámbitos de la vida familiar, social y productiva.
En la historia de la educación física en México se ha trabajado con los niños y jóvenes siguiendo diferentes enfoques, cada uno representativo de una determinada tendencia curricular.
A partir del año de 1940 predominó el enfoque militar caracterizado por la rigidez del trabajo docente; los alumnos debían acatar y cumplir órdenes bajo un estricto control; su máxima expresión eran las marchas y evoluciones con un evidente grado de sincronización de los movimientos.
En 1960, prevalece el enfoque deportivo. Su finalidad principal era la competencia, por lo que el proceso enseñanza-aprendizaje se centraba en fundamentos deportivos y complementariamente en actividades recreativas, situación que promovió la selección de talentos deportivos.
Para 1974 el enfoque curricular es psicomotriz; en él los alumnos debían cubrir como mínimo ocho unidades de aprendizaje definidas por objetivos, la preocupación de los maestros se centraba en aplicar métodos de educación psicomotriz que contribuían al desarrollo físico e intelectual de los alumnos.
Para 1988 el enfoque curricular cambia al modelo orgánico funcional donde prevalece el trabajo estructurado por objetivos en ocho unidades; se da mayor importancia al desarrollo de las habilidades motrices, relacionando los contenidos con el funcionamiento de órganos, aparatos y sistemas del cuerpo humano, de tal manera que para el alumno era necesario relacionar los conocimientos adquiridos con el funcionamiento de su cuerpo.
El planteamiento actual surge en 1993 con el enfoque motriz de integración dinámica en el cual el movimiento corporal de los alumnos es básico para que éstos adquieran aprendizajes significativos, aprovechando al máximo los beneficios que la actividad física tiene para el desarrollo de las habilidades, destrezas hábitos y actitudes relacionados con el movimiento corporal.
El
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