Unidad 1 De Ingles
adejgama19 de Marzo de 2015
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Unidad 1. Introducción a la traducción
1.1 concepto de traducción
La traducción es la actividad que consiste en comprender el significado de un texto en un idioma, llamado texto origen o «texto de salida», para producir un texto con significado equivalente, en otro idioma, llamado texto traducido o «texto meta». El resultado de esta actividad, el texto traducido, también se denomina traducción. Cuando la traducción se realiza de manera oral se conoce como interpretación. La disciplina que estudia sistemáticamente la teoría, la descripción y la aplicación de la traducción y la interpretación se denomina traductología.
Mientras que la interpretación es indudablemente más antigua que la escritura, la traducción surgió solo tras la aparición de la literatura escrita. Existen traducciones parciales de la Epopeya de Gilgamesh (sobre el 2000 a. C.) a idiomas de Oriente Próximo de la época.
Dada la laboriosidad del proceso de traducción, desde la década de 1940 se han intentado encontrar medios de automatizar la traducción utilizando máquinas (traducción automática) o ayudando mecánicamente al traductor (traducción asistida por ordenador).3 De toda esta dinámica ha surgido la moderna industria del lenguaje, facilitada enormemente por el auge de Internet, que ha creado nuevos géneros de traducción como la internacionalización y localización
Etimología
El término traducción proviene del latín traductĭo, -ōnis, «hacer pasar de un lugar a otro», y lo utilizó por primera vez Robert Estienne en 1539. Leonardo Bruni había utilizado para ese sentido el verbo tradurre ya en 1440. En latín clásico se solía hablar de translatio (traslación), versio (versión) o interpretatio (interpretación), aunque no queda excesivamente clara cuál era la diferencia entre ellos. Están relacionados a su vez con los términos griegos μεταφορά (metaforá, «traslación»), μετάθεσις (metáthesis, «trasposición») y μετάφρασις (metáfrasis, «reexpresión»). La mayor parte de las lenguas europeas modernas utilizan algunas de estas raíces o construcciones análogas, como el alemán übersetzen («pasar a la otra orilla»). En castellano medieval solía emplearse el término trujamán, de origen árabe, referido tanto al traductor como al intérprete.
Definición
Han sido muchos los intentos de definir la «traducción» a lo largo de la historia, aunque han aumentado enormemente desde la década de 1960 y el auge de la traductología como disciplina autónoma. Cinco son los enfoques principales que se han sucedido a la hora de buscar una definición completa:
Actividad entre lenguas: «pasar de una lengua A a una lengua B para expresar la misma realidad» (J. P. Vinay y J. Darbelnet),10 «enunciar en otra lengua lo que ha sido enunciado en una lengua fuente, conservando las equivalencias semánticas y estilísticas» (García Yebra, V.).
Actividad entre textos: «transmitir el sentido de los mensajes que contiene un texto» (Seleskovitch y Lederer),12 «la sustitución de un texto en lengua de partida por un texto semántica y pragmáticamente equivalente en lengua meta» (House).
Acto de comunicación: «reproducir en la lengua terminal el mensaje de la lengua original por medio del equivalente más próximo y más natural, primero en lo que se refiere al sentido, y luego en lo que atañe al estilo» (Nida), un proceso comunicativo que tiene lugar en un contexto social (Hatim y Mason).
Proceso: «analizar la expresión del texto de lengua original en términos de oraciones prenucleares, trasladar las oraciones prenucleares de lengua original en oraciones prenucleares equivalentes de lengua término y, finalmente, transformar estas estructuras de lengua término en expresiones estilísticamente apropiadas» (Vázquez Ayora),16 «operación que consiste en determinar la significación de los signos lingüísticos en función de un querer decir concretizado en un mensaje, y restituir después ese mensaje íntegramente mediante los signos de otra lengua» (Delisle).
Actividad textual, comunicativa y cognitiva: «un proceso interpretativo consistente en la reformulación de un texto con los medios de una lengua que se desarrolla en un contexto social y con una finalidad determinada» (Hurtado Albir).
1.2 importancia de la traducción
En numerosas ocasiones no somos conscientes de la importancia que tiene una buena traducción. El éxito o fracaso de una obra literaria puede depender en mayor o menor medida de la traducción que se haya hecho de ésta. No es costumbre que la crítica se centre en dicha traducción, a la hora de evaluar una novela, sino en los aspectos literarios de la misma. Y cuando un crítico se centra en la traducción, suele hacerlo de pasada; sin considerarlo como algo importante e incluso esencial para el éxito o el fracaso de una obra. Sin embargo, debemos reconocer y señalar que una buena traducción es vital para que una novela, o un poema obtengan un mayor éxito. A nadie nos gusta leer expresiones, o palabras que no encajan en la lengua del siglo XXI. Hay ocasiones en las que nos encontramos con traducciones que no guardan sentido con la palabra original traducida; o que bien pudieran dar cabida a otro elemento lingüístico más apropiado a los tiempos actuales. Y es que la lengua es una herramienta en constante evolución, y para el traductor es su herramienta de trabajo.
La traducción es una nueva forma para el contenido de la obra traducida. El contenido de dicha obra debe ser el mismo. Debe ser exacto. Y es aquí donde radica la importancia, y al mismo tiempo la dificultad de la traducción literaria. Cuando el traductor tiene que expresar en su propia lengua los sentimientos, ideas, o explicaciones que el autor original ha creado. De este modo el traductor debe buscar y encontrar el término lingüístico que más se aproxime al original, ya que de otro modo no estará recogiendo el sentimiento del autor. Por ello es muy difícil expresar el mismo sentimiento, y el mismo sentido del original, en la lengua a la que traducimos. La traducción se acercará en todo lo posible al original, y cuanto más lo haga más éxito cobrará ésta. Alcanzarla es prácticamente imposible, aunque hay numerosos ejemplos de ello. Pero también le es imposible, o muy difícil hacerlo al escritor, frente a sus propios lectores, y en su propia lengua: la de transmitir a éstos la idea que él ha preconcebido en su mente. La emoción que él ha experimentado al crear esos personajes, o esa trama que luego plasma en el papel. La manera en como el autor se identifica con la trama, con los personajes, en definitiva con la propia creación. Ni siquiera es capaz de hacerle sentir a dos lectores distintos lo mismo. Pese a todo, la traducción es hoy en día de vital importancia para la literatura, ya que en ocasiones nos ha sacado a la luz obras desconocidas, que gracias a su traducción se han hecho públicas. Algunos teóricos de la traducción y algunos traductores, han señalado como meta deseable que el texto de llegada, o traducido produzca en los lectores el mismo efecto que el original en los suyos. Pero ello plantea serias dificultades como ya hemos señalado dependiendo de cada lector. Al hablar de la calidad del texto traducido nos encontramos con otro tema espinoso: la aceptación por parte del autor de esa traducción. El autor debe ser consciente de que cuando su obra se traduce a otra lengua su texto original va a verse alterado. Si no lo acepta, sufrirá un desengaño a la hora de leerlo en otra lengua. En ocasiones se puede traducir el texto original de manera literal, porque ambos expresan lo mismo. El problema radica cuando no existe un término equivalente en la lengua a la que se traduce, para el original. Es entonces cuando hay que dar un rodeo; o emplear alguna expresión que puede cambia o alterar algún matiz del original. En otras ocasiones se han dado casos de que el original no guardaba relación con el texto traducido. Si podemos leer un texto en versión original, y posteriormente su traducción podemos llegar a la conclusión de que pese a ser el mismo, no hemos sentido los mismo. En este sentido planteamos la siguiente cuestión: ¿traducción literal o traducción oblicua?.
La traducción literal puede ser considerada como un “procedimiento de traducción” perfectamente legítima, si existe una correspondencia de estructura y significado entre la lengua de partida y la de llegada. En esos casos la traducción no debe alterarse. Sin embargo, son muy pocos los casos en los que la traducción literal se da en una novela. Hay casos en los que una traducción literal no capta el mensaje del original; no expresa el mismo significado que el del original y por lo tanto no vale. Si es válida para documentos técnicos, científicos, jurídicos... pero no en el caso de una composición literaria: (novela, poesía o teatro).
En el caso de la traducción oblicua o libre, ésta debe atender siempre al mensaje, al contenido y las ideas del original. Para lograrlo el traductor debe apartarse de la forma original del texto, y adaptarlo a la lengua a la que lo traduce. En el caso de la poesía las transmutaciones suelen ser mayores que en la prosa, ya que a la hora de adaptar el lenguaje de la poesía a la fonética de la lengua a la que se traduce es una tarea bastante ardua. A veces llega a ser imposible al tratarse de dos sistemas lingüísticos imposibles que no coinciden casi nunca. En el caso de obras como The Bruce (poema épico que narra las hazañas del rey escocés Robert Bruce y su victoria sobre los ingleses en la batalla de Bannockburn); o La Chanson de Roland o El poema del Mío Cid el lector sabe que va a encontrarse como palabras, expresiones y estructuras arcaicas
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