Uso Y Consumo De Transgenicos
martin_chost17 de Febrero de 2013
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Uso y consumo de transgénicos
El presente ensayo, basado en el análisis del documental francés “El Mundo según Monsanto” de Marie Monique Robin y en la posterior investigación sobre el tema, tiene como objetivo explicar algunas de las ideas expuestas en el mismo, así como discutirlas y enriquecerlas con planteamientos propios con un entorno ético. El tema se desenvolverá en dos variables: “los principios básicos de los transgénicos”, que abordará la definición del término, el caso particular de Monsanto y las políticas internacionales que existen al respecto de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM); y “los riesgos de los transgénicos” que explorará los distintos tipos de peligros que los especialistas en la materia han encontrado, que van desde los ambientales y relacionados a la salud, hasta los socioeconómicos. Estas variables seguirán un patrón de organización comparativo.
“El término ‘transgénico' significa la inclusión de un gen extraño a un organismo” (Tiessen Favier, 2004), esto es, que los también llamados organismos genéticamente modificados u OGM, son los organismos cuyo material genético es manipulado para brindarle un nuevo rasgo o característica con un fin en específico. Esta actividad tiene como antecedente las primeras manipulaciones realizadas por Gregorio Mendel, al estudiar la hibridación de algunas plantas de la misma especie, para éstas presentaran características específicas. Sin embargo, la práctica ha sido desarrollada y ahora se realiza introduciendo genes de cualquier otro organismo viviente a la célula, ya sea para darle una nueva propiedad que incremente la calidad del producto (como color, tiempo de maduración, resistencia a herbicidas, entre otras) o para reducir costos de producción por la resistencia a plagas.
La mayor parte de los centros de investigación sobre los cultivos transgénicos se encuentra en América del Norte y Europa Occidental. La comercialización y la producción de los OGM han crecido considerablemente durante los últimos años. Algunos de los principales cultivos comercializados son el maíz, la soya y el algodón. Entre las principales empresas de la industria de semillas internacional están DuPont/Pioneer, Monsanto/Pharmacia, Novartis, Aventis, Groupe Limagrain y Advanta.
Los transgénicos han sido tema de numerosas polémicas debido a que hay quienes mencionan que no cuentan con la investigación necesaria sobre sus consecuencias genéticas y ecológicas, ya que este tipo de estudios representa un gran gasto para las empresas del ramo y éstas quieren maximizar sus ganancias. Por estas circunstancias, muchos países han generado legislaciones de prohibición de comercialización de estos productos; otros, han exigido la regulación y la etiquetación de los mismos; mientras que algunos más, ni siquiera saben qué productos de los que se consumen en su país han sido modificados genéticamente. Esto último se ha dado a causa del avance vertiginoso en este tipo de tecnologías que supera por mucho el lento avance legislativo y burocrático de muchos países.
Entre los centros de investigación sobre los OGM, destaca Monsanto, una empresa multinacional estadounidense que se dedica a la producción global de tecnologías y productos para la agricultura. Actualmente, el 90% de los OGM cultivados en el mundo le pertenecen. Cabe destacar que esta empresa a lo largo del tiempo se ha considerado como una de las más controversiales debido al pasado de la empresa y a la reglamentación de los transgénicos, que ha sido originada por intereses políticos y económicos más que de un sustento científico. A continuación se explicará un poco su historia.
Monsanto fue creada en 1901 en Saint Louis, Missouri. Antes de dedicarse a la agricultura, se caracterizó por ser una de las empresas químicas más importantes del siglo XX. Se dedicaba a la creación de poliestirenos, aceites, plásticos, agente naranja, PCB y otras fibras sintéticas. Los PCB (aceites químicos utilizados como aislantes en los transformadores eléctricos) tuvieron auge a nivel mundial, hasta que los prohibieron debido a que eran altamente tóxicos y nocivos para la salud. La empresa desechó los PCBs en Anniston, Alabama, consientes de las graves consecuencias que tendrían y ocultó esta contaminación por décadas, debido a que no querían perder su inversión. Tiempo después las personas de ese lugar, presentaron varias enfermedades como cáncer, hepatitis y muchas murieron debido a la intoxicación del PCB. Monsanto pagó la demanda, pero ningún ejecutivo o directivo de la empresa fue acusado o hecho responsable ante tales crímenes.
Después de varios años, Monsanto se convirtió en una empresa agricultora. Y así como el caso de los PCBs, existen varios que nos hacen dudar sobre la credibilidad de esta empresa. El herbicida Roundup, impulsó el éxito de la empresa, ya que este era un producto “biodegradable”, eliminaba las malas hierbas por completo, y ahorraba tiempo y dinero. No obstante, se comprobó que este herbicida no era biodegradable, ya que solamente lo es en un 2% y después de 28 días. Asimismo, se demostró que este era tóxico y que producía alteraciones en la división celular, lo que induce las primeras etapas de la aparición del cáncer. Este acontecimiento no se hizo público debido a que detrás de todo esto, estaba el desarrollo de los transgénicos.
Además de los herbicidas, Monsanto produjo semillas genéticamente modificadas para ser resistentes al Roundup. Las semillas se lanzaron al mercado, sin haber hecho pruebas científicas necesarias, puesto que esto significaba un gasto mayor para la empresa. Asimismo, La FDA (Food and Drug Administration) decidió no crear una regulación especial para los transgénicos, puesto que el gobierno no quería crear nuevas leyes. Esta mencionaba que no era necesario que los transgénicos fuesen sujetos a una reglamentación específica. Igualmente, la FDA argumentaba que los alimentos transgénicos eran similares a los de una planta convencional, a lo que le llaman como equivalencia sustancial, donde los genes modificados son solo aditivos alimentarios. Detrás de todo esto, lo único que les interesaba era sacar al mercado sus productos lo más rápido posible, pasando por alto la reglamentación de los alimentos transgénicos.
Además de la producción de semillas, la FDA, autorizó las hormonas del crecimiento bovino, con las cuales se obtiene un 20% más de producción láctea. Sin embargo, las hormonas causaron enfermedades de reproducción, infección en las ubres, y cambios fisiológicos en el animal. Al encontrar pus o antibióticos en la leche, se producía cáncer de mama, de colon o próstata en el consumidor. Igualmente, existen más casos en los que Monsanto ha ocultado información sobre las consecuencias que tienen sus productos OGM, y ha evadido las constantes demandas por parte de los científicos, y ciudadanos. Y así es como los transgénicos se han esparcido alrededor del mundo. En la actualidad, existen 100 millones de hectáreas donde se siembran los OGM, donde el 70% son resistentes al Roundup y el otro 30% son manipulados genéticamente para fabricar un insecticida BT.
Para contar con un control de los productos, en Estados Unidos, los alimentos transgénicos están protegidos por la ley de patentes, debido a la gran inversión que se realiza para producirlos. La ley menciona que las personas no tienen derecho a guardar los granos para el año siguiente. Es por eso que Monsanto cuenta con detectives privados, para investigar a los agricultores y demandarlos por no seguir sus reglas.
Entre los años de 1995 y 2005, Monsanto comenzó a adueñarse de productoras de semillas no transgénicas como la soja, maíz, legumbres, sorbo, para así convertirse poco a poco en un gran monopolio y adueñarse de la base de la alimentación. En India, Monsanto se adueño de la mayor parte de los cultivos del algodón. Los campesinos en este país, reciben una oferta muy reducida de semillas BT, sin embargo los agricultores se vuelven dependientes totalmente de la empresa, ya que necesitan comprar sus abonos, insecticidas, semillas, etc. Al no obtener los ingresos adecuados, los campesinos se endeudan debido a la acumulación de intereses. Desafortunadamente, ante la desesperación se han ocurrido 680 suicidios.
Es importante destacar, que a pesar de dar a conocer varios documentos de Monsanto que muestran la escasa investigación científica de sus productos y las graves consecuencias que tienen en los consumidores, los animales y el medio ambiente, esta empresa sigue en pie y creciendo cada día más.
A pesar de las oposiciones por miles de científicos al uso de los OGM estos han prosperado en el ámbito político de varios países, donde se han desarrollado leyes especiales para estos productos. Transcurridos 16 años desde su salida agresiva a los mercados internacionales, el 80% de todas las plantaciones de GMO se encuentran diseminadas por el territorio de 4 países: EE. UU., Canadá, Brasil y Argentina. Los países europeos tienden ahora a prescindir de los productos con GMO o, al menos, a no aumentar los volúmenes de su producción. Alemania ha querido ir más allá y en 2012 eliminará el cultivo de vegetales transgénicos. El único cultivo transgénico que seguirá sembrándose en la Unión Europea será el maíz, que se encuentra en su mayoría en España. La superficie total de campos de vegetales transgénicos se extiende por 29 países y abarca 169 millones de hectáreas, de los que 69 están en EE. UU.
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