VALORACIÓN DE LA IMPORTACIA DE LA CONVIVENCIA.

VALORACIÓN DE LA IMPORTACIA DE LA CONVIVENCIA.

Durante todo el diplomado hemos hablado mucho de lo que entendemos por convivencia, concluyéndolo como la capacidad que tenemos todas las personas de vivir (compartir-convivir) con otros en un marco de respeto, solidaridad ligado mutuamente para entenderse, valorar y aceptar diferencias cuando las hay.

Ahora, la convivencia escolar se da particularmente dentro del espacio escolar como su propio nombre lo dice, siendo ésta la relación que se presenta los agentes escolares (alumnos, docentes, directivos, administrativos, padres de familia o tutores).

Aunque ocasionalmente no sea tomado en cuenta en la concepción de lo que engloba la convivencia escolar, podemos decir que así como forma parte de la formación escolar, también es un aprendizaje, pues se enseña y se aprende a convivir, y no solo eso, también se pone en práctica en todo momento: desde que los alumnos van camino a la escuela, en la hora de entrada, en los diversos espacios de formación (aula, patio, cancha, en los talleres, biblioteca), en la hora del almuerzo y hasta la hora de salida.

La convivencia escolar es un desafío porque no siempre se logra de manera espontánea. Debemos de alimentarla despertando la confianza, acercándonos a los que la necesitan. No es una tarea fácil, pero nada fuera de lo planteado y no menos importante que todas las áreas de enseñanza y aprendizaje.

Aunque no lo parezca y muchas veces se deja de lado el aspecto de convivencia escolar, ésta es importante en los procesos de enseñanza, siendo un factor influyente de manera directa en los resultados de aprendizaje. Si hay una mala convivencia, no esperemos buenas respuestas en el desarrollo intelectual y afectivo de los estudiantes; existirá la desconfianza, el irrespeto, descompañerismo, la indiferencia, la apatía, tendremos estudiantes inmersos en un clima de tensión. Sin en cambio, si propiciamos un trato armónico, donde prevalezca el respeto, la confianza, la simpatía, la empatía, el desarrollo de valores en el grupo de enseñanza, los aprendizajes se lograrán convertir en significativos para la vida de cada individuo. Dependiendo de la calidad de convivencia, será la calidad de los aprendizajes.

Para lograr que la convivencia escolar se positiva y fortalezca los aprendizajes de tal manera ya mencionada, debe coordinarse la intervención de todos los agentes escolares que ya conocemos, cada uno aportando (valores) elementos que conlleven a una muy buena convivencia dentro del desarrollo formativo.

Los alumnos aprenderán a convivir con otras personas ajenas al seno familiar empezando por su propia autonomía, compartiéndola y relacionándola con la de los demás integrantes de la pequeña sociedad a desenvolverse, todos juntos en un ambiente de solidaridad y cooperación. Todo esto propiciado por los docentes, quienes con anticipación deberán prepararlo en la programación que no esté ajena de la metodología aplicada en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Además también, el colectivo docente convive entre sí, y es en los consejos escolares donde socializa y comparte las experiencias y situaciones obstaculizadoras de resultados para que juntos favorecerlos en un ambiente cálido y de respeto, intercambiando ideas y claro, tomando en cuenta la convivencia escolar en todo su esplendor.

La relación que existe entre maestros y padres de familia siempre estará ligado por el alumno, convirtiéndolos (a los padres de familia) en individuos que día a día, de cierta manera también ejercen la convivencia escolar y nunca dejaran de la lado el diálogo, deben ponerse de acuerdo para formar aprendizajes significativos para la vida del estudiante siempre dentro de un marco de respeto.

Por ello, a manera de reflexión concluyo que la convivencia escolar no es solo una tarea autónoma e individualizada, sino una concepción colectiva entre toda la comunidad escolar. Cada parte hará lo que le corresponde, aunque la tarea docente, aparentemente es la más complicada, la comunicación será el arma más importante y contundente para darle al blanco de la buena convivencia escolar, cada agente en su espacio hará lo suyo; el padre de familia en casa, el alumnos y el maestro en la escuela y en el aula, así también el director y el colectivo docente.

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