Animismo y artificialismo
osaryTesis14 de Marzo de 2014
4.373 Palabras (18 Páginas)665 Visitas
Tema 1. Animismo y artificialismo
LECTURA: LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD Y LA FANTASÍA.
El egocentrismo infantil debe entenderse como la dificultad que tiene el niño para separar el punto de vista propio del punto de vista de otros sujetos.
La distinción entre apariencia y realidad
Se sabe que el juego tiene una enorme importancia en la vida del niño, que le permite resolver conflictos y actuar simbólicamente sobre la realidad cuando no puede hacerlo de forma auténtica. Debido al poder que el juego tiene en el niño proviene que su carácter ficticio no es tan claro como para los adultos. Una de las diferencias entre los pequeños y los mayores es que estos también son capaces de fabular y de imaginar, pero saben distinguir claramente las situaciones.
La construcción de mundos ficticios
La imaginación del niño no es más rica que la de los adultos, sino ,más pobre y depende de los instrumentos intelectuales que los niños poseen, produciéndose en momento y bajo formas que no adopta en los adultos, dando a conocer que los limites no están bien establecidos.
Werner menciona el como la niña aun teniendo conocimiento de que la muñeca es un objeto actúa como si fuera un ser humano, donde lo que está haciendo es establecer una relación simbólica, en la que el objeto, tan solo es el motivo o la ocasión, y la niña, aun sabiendo que es objeto lo trata como si fuera un bebé.
A medida que el niño va creciendo, va siendo capaz de diferenciar de una manera cada vez más clara, la realidad objetiva de los deseos, las imágenes, los sueños, las intenciones, los juegos o los cuentos.
Cohen y Mackeith mencionan las “llamadas paracosmos” que son creaciones que acompañan a los autores durante años, de las que están muy orgullosos, que les importan mucho, pero que confunden con la realidad, dichas creaciones pueden aparecer muy muy pronto, desde los tres años, pero las edades más frecuentes se encuentran entre los 7 y los 12 años y a veces son elaboradas y reelaboradas durante mucho tiempo, caracterizándose por reflejar de forma imaginativa sucesos del mundo real.
En los cuentos se expresan de forma simbólica muchas de las preocupaciones de los niños, pero el orden siempre triunfa y las cosas retornan a cómo deben ser, constituyendo una rica mina para entender los deseos, preocupaciones y la comprensión infantil de la realidad.
Poniéndose en el lugar del otro: el egocentrismo
Piaget (1923) denomino el egocentrismo, cuando las cosas tienen alguna dificultad y la perspectiva de los otros no coincide con la propia, los niños tienden a verla desde su propio punto de vista, sin darse cuenta de que pueden existir otros más.
La naturaleza del egocentrismo
Siendo una dificultad para separar el punto de vista del propio sujeto de los otros puntos de vista incluido el del objeto entendiéndose como rasgo referente a como se conoce la realidad, a como se construye el conocimiento. El sujeto no diferencia su perspectiva a su modo de funcionar de lo que le rodea ya sea la realidad física, psicológica y social. El egocentrismo tiene poca relación con el egoísmo, ya que el egoísmo supone querer las cosas para uno, querer imponer el propio punto de vista, no plegarse a los deseos o a las necesidades de los otros, pero tomando conciencia de que los otros están ahí y el egos centrismo, como fenómeno epistemológico, consiste en la ausencia de la presencia del yo. Según Piaget el egocentrismo aparece en todas las etapas de desarrollo y la superación de un tipo de egocentrismo va unida a la aparición de un nuevo tipo en un nivel superior.
En los niños entre tres y siete años las manifestaciones de este egocentrismo son constantes, y cuando se separa una aparece otra. Al hablar de egocentrismo en el lenguaje se dice que tiene una función comunicativa en donde el niño habla y comenta lo que está haciendo pero sin esperar contestación, no obtener respuesta, sino que ese lenguaje más parece servirle para apoyar su propia acción que para comunicarse con el otro.
En la representación del mundo se habla de que el niño tiene del mundo, los caracteres con que se representa la realidad exterior, están teñidos de ese egocentrismo durante toda la etapa preoperatoria. Piaget lo ha descrito detalladamente en su libro La representación del mundo en el niño, habiendo un egocentrismo relativo al pensamiento y a la actividad psíquica, y es cuando los niños piensan que los nombres son una propiedad de las cosas como su color o su tamaño y por ello no se pueden cambiar.
ARTIFICIALISMO: consiste en concebir que todas las cosas están hechas de la misma forma en que los hombres las fabrican, mediante su acción material, de tal manera que las montañas están hechas por los hombres, que han ido amontonando tierra, y lo mismo sucede con los lagos y ríos, que se hicieron cavando y echando agua. El artificialismo supone extender nuestra forma de actuar a toda la naturaleza y no concebir procesos naturales autónomos.
FINALISMO: se le llama al proceso que las cosas están hechas por el hombre, están hechas para el hombre: las montañas grandes son para hacer largas excursiones y el sol esta para alumbrarnos.
ANIMISMO: es la atribución de la conciencia a la realidad inanimada, pero no porque pongamos en ella la conciencia sino porque no diferenciamos nuestro punto de vista, nuestra conciencia, del punto de vista de las cosas.
En la etapa formal a partir de los 11 ó 12 años el egocentrismo del pensamiento de la etapa anterior se ha superado, pero aparece una nueva forma de egocentrismo, un egocentrismo de tipo social. La conciencia del yo social, del yo como algo individual diferencia de los oros, aparece con gran fuerza ese momento.
Elkind llama fábula personal a la historia que cada adolescente se cuenta a sí mismo y lo específico de sus sentimientos, en donde el cree que le pasan cosas que no le pasan a las demás, que son únicas, y por ello muchas veces se siente incomprendido porque cree que los demás no experimentan ni han experimentado sensaciones o sentimientos parecidos a los suyos.
Otra forma de centración, que nunca ha estado ausente, pero que cobrara más fuerza al aumentar la capacidad cognitiva del sujeto.
SOCIOCENTRIMO: Se refiere a las visiones del mundo y los sentimientos al propio grupo social y tener dificultad para ponerse en la perspectiva de otro grupo social.
En la autoconciencia y el metaconocimiento, quizá muchos adultos no toman en cuenta que cuando les preguntamos algo a un niño entre cuatro y ocho años y no lo sabe, en vez de contestar “no se” nos dice; “ya no me acuerdo”, el niño va aprendiendo cosas pero no tiene conciencia de cuándo y de dónde las aprende, la capacidad introspectiva del niño es enormemente reducida. Cuanto más pequeño es el niño, menos concia tiene de las cosas que hace y de cómo las realiza.
El hombre no solo ha logrado un control muy superior, sino que es capaz de situarse en múltiples niveles de reflexión, pues su nivel de reflexión no sólo permite el control de la propia acción sino que puede elevarse a sucesivas alturas para mirar desde allí qué es lo que hace o lo que piensa. Esa capacidad de reflexión es uno de lo aspectos de lo que se ha entendido por «conciencia». La capacidad de la conciencia es uno de los grandes problemas y ha dado lugar a inmensa cantidad de reflexión.
LECTURA: LOS ORIGENES DEL ANIMISMO INFANTIL, NECESIDAD MORAL Y DETERMINISMO FISICO
Los orígenes del animismo infantil se originan a través de 3 cuestiones importantes:
1. Precisar en qué forma se presentan las manifestaciones espontáneas del animismo del niño.
2. Analizar la única creencia a la vez sistemática y enteramente espontánea que nuestros interrogatorios precedentes han puesto en claro: la creencia de los niños según la cual el sol y la luna los siguen.
3. Examinar qué especie de necesidad concede el niño a los movimientos regulares, a las leyes de la naturaleza.
El animismo espontáneo en el niño, se entiende como la atribución de la conciencia al mundo inanimado, es decir; que le da valor a algo que no tiene vida a algo superficial.
En cuanto a los niños más pequeños, su animismo es mucho más implícito e informulable. No se preguntan ni si las cosas saben lo que hacen, ni qué está vivo y está muerto. Se limitaran a hablar de las cosas en el lenguaje humano, a prestarles voluntad, deseo, conciencia, actividad consciente. Pero el problema consiste en saber hasta qué punto estas expresiones van acompañadas, de creencia o son simplemente verbales, no siendo posible interrogar a estos niños, el único medio para adquirir informes es la observación atenta sobre el comportamiento del niño como sobre sus palabras.
Toda cosa en movimiento es descrita en términos de conciencia, alrededor de los cinco-siete años es cuando los niños empiezan a preguntar acerca de la vida y de la conciencia de las cosas, en el animismo espontáneo de los niños hay dos periodos:
1. Se extiende hasta los cuatro-cinco años, se caracteriza por un animismo integral e implícito: toda cosa puede ser momentáneamente asiento de una intención o de una actividad consciente, a riesgo de las resistencias o de los choques que golpean el espíritu del niño. Pero este animismo no plantea problemas al niño, es natural. Desde los cuatro-seis años las preguntas se plantean a un sujeto y señalan por eso que este animismo implícito está en parte en vías de desaparición y en parte en vías de sistematización intelectual.
2. El animismo de que dan testimonio las preguntas y las expresiones de los niños
...