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BANCA CETRAL TRABAJO


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  8.809 Palabras (36 Páginas)  •  256 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Resumen Desde mediados del siglo XIX, en México se había tenido la idea de un banco de Estado o único de emisión que funcionara similar a un banco central, no obstante el país pasó por diversas adversidades hasta la fundación del Banco Central, a partir de su fundación también ha encontrado distintas limitaciones, pero con el tiempo ha adquirido un papel cada vez más relevante en la conducción de la política económica del país. Sin embargo es importante saber que obstáculos se presentaron desde la concepción de la idea de una banca de Estado en México, hasta la fundación y primeros años del Banco de México. El presente ensayo tiene por objeto mostrar que la idea de la creación de un banco único de emisión (con funciones de banco de Estado o central) ha ido evolucionando desde mediados del siglo XIX, época en la que se había propuesto al Gobierno la creación de un banco de emisión, no obstante los movimientos armados y políticos implicaron distintos obstáculos a los encargados de conducir la política económica del país, por lo Debate Económico 112 cual se complicó la consolidación de un banco que tuviera las funciones de un banco central, hasta entrado el siglo XX. No se puede entender la historia del Banco de México sin estudiar antes la historia de la banca comercial, por ello la presente investigación se enfocará desde los antecedentes de la banca central y comercial, hasta las reformas monetarias de 1931 y 1932, cuando la Ley Monetaria de dicho año prohibió al recién fundado Banco de México seguir funcionando como banco comercial y enfocar sus funciones en las de un banco central. Introducción Cómo ya se mencionó líneas atrás, no podríamos entender el papel del Banco de México ni su historia, sin primero haber estudiado la historia de la banca comercial en nuestro país; aunque su fundación data de 1925, la idea de un banco central, único de emisión y que fungiera como banca de Estado, se había gestado 75 años antes, en un México que se encontraba latentemente ante peligros de guerras internas o intervenciones e invasiones extranjeras, lo cual haría complicada la consolidación de un banco de emisión y la estabilización de la circulación monetaria. Propuestas las hubo, también se contó con la voluntad de implementar un banco de ese tipo, sin embargo con lo que no se contó fue con la estabilidad política y social que requiere un país para cimentar y llevar a cabo un proyecto de esa envergadura. El presente ensayo está dividido en seis partes enmarcadas lo más posible en periodos históricos, que se componen de la manera siguiente: i) mediados del siglo XIX y Segundo Imperio, antecedentes de la banca de Estado e inicios de la banca comercial; ii) triunfo de la república y Porfiriato, desarrollo de la banca comercial; iii) Revolución Mexicana, debilitamiento de la estructura financiera; iv) Constitución de 1917 y reestructuración monetaria; v) fundación del Banco de México en el marco de la institucionalización callista; y vi) los primeros años del Banco de México y su consolidación como banca central.

DESARROLLO

En los primeros años del México Independiente, el sistema financiero del país estaba dominado por prestamistas y agiotistas, quienes eran los principales financiadores del Gobierno en turno. Sin embargo, a nivel mundial estaba en pleno ascenso la banca comercial que funcionaba en algunos países como banca de Estado. Es por ello que a mediados del siglo XIX, fueron presentadas al ejecutivo y al legislativo propuestas para instaurar instituciones financieras y bancarias como las establecidas en el viejo continente; no obstante, una hacienda y un Estado endeudado, e incluso en bancarrota, aunado a un país que estaba permanentemente en disputas y guerras que provocaban inestabilidad política, frenaron toda aquella iniciativa para crear un banco gubernamental o un banco privado que fungiera como prestatario y tesorero del naciente Gobierno. Desde 1853, se tienen indicios de proyectos para fundar un banco nacional en México, que entre otras funciones tenían contempladas hacer préstamos al Estado y fungir como su tesorero, imprimir billetes, así como hacer el papel de prestatario de particulares en la figura de casa empeño, recibir depósitos etc.

En su proyecto de banco, Manuel Escandón, que era empresario y el principal financiero del Gobierno, propone al presidente Antonio López de Santa Anna, por medio del Secretario de Hacienda Antonio de Haro y Tamariz, la creación de una nueva institución bancaria en la capital de la república, que entre sus principales características y funciones estaba el ser un banco nacional, constituido como sociedad anónima con emisión de acciones al alcance de todo público que las pudiera adquirir al precio de 1,000 pesos cada una, el banco podría abrir cuentas corrientes y recibir depósitos; y empezaría a fungir como un tipo de banco central, ya que también tendría las funciones de dar crédito al Gobierno y la facultad exclusiva de emitir billetes al portador, pero con la reserva de que la circulación de éstos no fuera mayor a la tercera parte de los valores efectivos del banco; así el presidente Santa Anna rechazó la propuesta, y en julio de ese año Haro y Tamariz renunció a su cargo, posteriormente éste apoyaría el Plan de Ayutla con el que se derrocó definitivamente a Santa Anna.

Posteriormente en 1857, y sin una banca consolidada aún, surgen más propuestas para crear una institución financiera que cumpliera las funciones de un banco. Entre ellas la del empresario Patricio G. Cardeña, que el 1° de julio de ese año le presentó al presidente de la república, Ignacio Comonfort, su proyecto sobre la fundación de un banco comercial en la Ciudad de México, que diera como resultado, según Cardeña, saciar una gran necesidad social y reflejara un gran avance en la vida del país. En este proyecto también se propone un banco de emisión de papel moneda, que fuera constituido como Sociedad Anónima, con la participación de accionistas de todas las clases y por último, y más importante, que dicho banco fuera autónomo a la gestión gubernamental, esto debido a las constantes convulsiones, disturbios políticos del país y cambios en el poder (hay que recordar que pocos meses después iniciaría la Guerra de Reforma y faltarían muchos movimientos armados más en México).

Vemos en Cardeña un pensamiento similar al de la economía clásica, en el que argumenta que las grandes empresas no deben estar bajo el control del Estado, sino de los particulares, muestra de ello su propuesta, donde argumenta que: “Cuando todos seamos accionistas de las empresas…todos seremos, por conveniencia propia, acérrimos partidarios de la paz y del gobierno”[1]. Después de la Guerra de Reforma y de la Intervención Francesa, en el marco del segundo imperio mexicano dirigido por Maximiliano de Habsburgo (1863-1867), encontramos también iniciativas de creación de un banco nacional, encabezadas por capitales franceses e ingleses, quienes solicitaban la concesión del imperio para establecer instituciones bancarias que contaran con el monopolio de la emisión de billetes, exención de impuestos, e inclusive derechos de propiedad para los inmuebles que fueran a necesitar dichas instituciones. Dichas propuestas retomaban ideas similares a las presentadas con anterioridad y que al ser emisores monopólicos de papel moneda, financiar al Gobierno y servir de Tesorería, tendrían un papel similar al de una banca de Estado. Archile Fould, Ministro de Hacienda del Imperio, fue quien emitió la primera iniciativa para formar un banco en el Imperio Mexicano, el cual obtendría su capital de empréstitos franceses y que a su vez serían usados en parte para pagar compromisos que tenía el imperio con el ejército francés comandado por el mariscal François Achille Bazaine.

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