BARROCO: S. XVII: Barroco católico (España)
Clemente9212Tesis3 de Mayo de 2013
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BARROCO: S. XVII: Barroco católico (España)
El siglo de oro español entra en decadencia después de Carlos V, cuya grandeza opaca a sus sucesores que parecen sombras al lado de él; por lo general dominados por los ministros a los que encargan el manejo del imperio: el duque de Lerma bajo Felipe III, el conde duque de Olivares bajo Felipe IV que accede al trono en 1621 y reina hasta 1665, prácticamente el tiempo en que Velázquez produjo su obra. Las políticas llevadas adelante por el conde-duque fueron casi todas desastrosas para España:
pérdida de alianzas,
pérdidas de tierras (sur de Francia),
enfrentamiento con Portugal,
rebeliones en Nápoles,
independencia de Holanda,
conflicto con Francia por no pagar la dote de M. Teresa, mujer de Luis XIV… todos estos conflictos llevan a España a prácticamente desaparecer del tablero del poder en Europa.
Paradójicamente o tal vez confirmando la teoría de que la creatividad se agudiza en la adversidad, en el ámbito del arte el s. XVII español se revela extraordinariamente rico si bien en el siglo XVIII y XIX fue severamente juzgado como excesivo y extravagante, “una aberración incalificable”. El siglo XX recuperó la admiración por este período.
ARQUITECTURA:
Catedral de Granada de Alonso Cano (yerno de Velázquez, pintor, escultor y arquitecto) muestra del barroco andaluz,
Catedral de Valencia (1703 y ss ) de Conrado Rudolf, un arq. Alemán; para disimular la estrechez del espacio se construyó la fachada con una forma curva y con hornacinas y columnas corintias. La construcción con formas cóncavas y convexas que rompen el plano de la fachada es un aporte italiano, de Borromini y de Bernini.
La basílica románica de Santiago de Compostela fue remozada completamente y para ello se convocó a Peña de Toro que construyó el Pórtico Real de la Quintana (entre 1658 y 1666) para ocultar la cabecera románica del templo con un modelo básicamente clásico y detalles decorativos barrocos.
La imponente fachada del Obradoiro es obra de Fernando Casas y Novoa y se empezó a realizar recién en 1738, última obra barroca que se construye en España y en la que participaron numerosos escultores gallegos. Cada una de sus 4 fachadas forma con sus respectivas plazas magníficos conjuntos urbanísticos. Entre ellas,
la Plaza del Obradoiro,
barroca también es la de la Azabachería, obra de Ferro Caaveiro y Fernández Sarela, modificada por Ventura Rodríguez;
la de Platerías, construida por el Maestro de Platerías en 1103 (siglo XII); y sobre todo,
el Pórtico de la Gloria, obra cumbre de la escultura románica concluido por el Maestro Mateo en 1188 (siglo XII).
En la arquitectura domina la personalidad de José de Churriguera (1665-1725) cuyo apellido sirvió para nombrar al arte barroco español: el churriguerismo. En realidad los Churriguera eran una familia de arquitectos.
Retablo de San Esteban en Salamanca por J. de Churriguera en 1693. Muestra del horror vacui: profusión de adornos y dorados, columna salomónicas recubiertas de hojas, pámpanos, ramas… La escultura se funde en el contexto de contorsión y agitación. El espacio ondula en entrantes y salientes.
De Alberto de Churriguera es la Plaza Mayor de Salamanca, el edificio del ayuntamiento de Andrés de Quiñones, verdadera plaza barroca que se construye a partir de 1724. La plaza mayor de Salamanca no es un cuadrado perfecto (es un cuadrilátero irregular) y ninguna de sus fachadas mide lo mismo. En total la plaza tiene 88 arcos de medio punto con medallones de personajes importantes en sus albanegas. La plaza tiene tres pisos (más planta baja) de altura salvo en el pabellón de las Casas Consistoriales, en el que tiene dos (más planta baja).
ESCULTURA:
La escultura barroca española supo interpretar el mandato de la contrarreforma de producir obras que suscitaran la piedad en los fieles: escultura policromadas de gran patetismo: visiones de la muerte, la miseria, el heroísmo, la gloria; manchas de sangre, heridas abiertas… no hay límites a los recursos para despertar la compasión por el dolor ajeno:
Piedad de Gregorio Hernández (Museo Nac. Escultura de Valladolid) y Cristo yaciente
Juan Martínez Montañés: Crucifijo de la Cartuja de las Cuevas (Museo de los cálices de la Catedral) o la Virgen de la Concepción de la catedral de Sevilla.
PINTURA:
Así como vimos que el expresionismo es un rasgo recurrente del alma germana, para los españoles el rasgo casi permanente es un sentido de la realidad muy fuerte que se suma al celo por defender su individualidad con el mayor ahínco; pueblo que lucha por su propia dignidad pero que sabe también disfrutar de la vida, de sus placeres y que todo toma con pasión.
En el siglo XVII Murillo, Ribera y sobre todo Zurbarán preparan el camino para el realismo de Velázquez.
José de Ribera El lisiado, (164 x 92 cm, 1652, Louvre) Ribera había asimilado el naturalismo de Caravaggio en su estadía en la corte de Nápoles, logrando alcanzar una síntesis de color y forma que los impresionistas no dejarían de admirar. El lisiado mira paradójicamente con alegría y confianza, imagen de una componente del alma española que le hace ver la adversidad con crudeza pero con optimismo lleno de nobleza y de dignidad. Este rostro se emparenta con las imágenes de bufones y contrahechos que veremos en V.
El tacto de la serie de Los sentidos, actualmente en el museo Norton de Pasadena, y que se encuentra incompleta.
La mujer barbuda 1631, (Magdalena Ventura con su marido) El lienzo se encuentra en el Hospital Tavera de Toledo (Fundación Casa Ducal de Medinaceli). Es uno de los cuadros más insólitos de la pintura europea del siglo XVII, ya que refleja a la mujer con un aspecto masculino por sufrir hirsutismo. En la obra aflora el drama psicológico de la mujer transformada en hombre y la resignación del marido.
Sileno Borracho 1626, . El lienzo se encuentra en el Museo de Capodimonte en Nápoles. De él hizo Ribera una versión grabada, con ligeras variantes. Este cuadro refleja a Sileno tendido sobre un paño rodeado de diversas figuras : un asno y un joven sátiro con una taza en la mano, otro sátiro que vierte vino en la copa de Sileno, y un tercero. En el suelo se encuentra un bastón, una tortuga y una concha. Algunos autores creen que este cuadro es una interpretación de una bacanal en el curso de un festejo para coronar a Baco, sin embargo otros opinan que refleja el perfil clasicista ya que asocian a Apolo, el dios que en la iconografía renacentista y barroca se asocia con Sileno.
El tenebrismo español que es la adaptación ibérica del caravaggismo, tiene en Zurbarán a su máximo representante. Plato con limones, cesta con naranjas y taza con una rosa, 1633 Museo Norton Simon, Los Ángeles Y Naturaleza muerta (46 x 84 cm.1633, Museo del Prado Madrid ) obras de carácter en su composición y que permiten una lectura de tipo filosófica o metafísica.
San Francsco en oración y San Serapio los monjes se ubican en espacios indefinidos (cueva ¿?’) todo se resuelve en valores lumínicos y monocromáticos. Representación veraz pero sin pintoresquismo, ni patetismo o emocionalismo; todo es austero, con personajes de la realidad, a veces toscos pero siempre inmersos en una atmósfera espiritual.
Santo Domingo en Soriano. Iglesia del antiguo convento de San Pablo el Real (Sevilla) En 1626, el convento de San Pablo el Real, le encargó veintiún cuadros catorce de ellos basados en la vida de Santo Domingo, del que éste forma parte
Exposición del cuerpo de San Buenaventura, 1629, 250 × 225 cm
Museo del Louvre , exponente del tenebrismo de sus inicios, y que luego dejará así como a las veleidades caravagistas . Se destacan en esta obra las caras de los adolescentes situados en la parte derecha del cuadro.
Agnus Dei 1635-1640, no creyó rebajarse al pintar el simple cordero con las patas atadas del Agnus Dei, de San Diego (Fine Arts Gallery). Zurbarán se reveló como un gran pintor animalista. De nuevo se puede apreciar la calidad de la textura de la lana, revelándose una vez más como un extraordinario maestro de las sensaciones táctiles. Remite este Agnus Dei a la simbología pascual, por lo que el sencillo cuadro cobraría una trascendencia religiosa, en su concepción humilde.
La defensa de Cádiz 1634 302 × 323 cm Museo del Prado. En 1634, Zurbarán se encontraba en Madrid, y fue invitado por el rey para que, en unión de otros pintores —entre ellos Velázquez—, decorara el Salón de Reinos del nuevo palacio real del Buen Retiro. De las doce victorias militares del reino, él pintó dos; una se perdió y la otra es La Defensa de Cádiz contra los ingleses (Museo del Prado).
nos detendremos en Murillo para mostrar en primer término e sus obras naturalistas que están en la línea de Caravaggio:
Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de mujeres en la ventana o vendedores de frutas al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Joven mendigo 1670 , Vieja espulgando a un niño (148 x 113 cm, 1670, Alte pinakothek, Munich) Obra sumamente realista, sólidamente construida que denota una fuerte personalidad en Murillo que no se deja tanto ver en sus obras sacras.
A raíz de un par de cuadros que lleva a cabo para la Catedral de Sevilla, empezará a especializarse en los dos temas que más fama le han proporcionado, las vírgenes con niño
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