Brasil 2003: Metas para la Inflaci n y Din mica de las Deudas
anlecaceEnsayo2 de Febrero de 2022
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707- S20
REV MA YO 18 , 2004
LA U R A A LF A R O
RA FA EL D I TE L L A
Brasil 2003: Metas para la Inflación y Dinámica de las Deudas
El PT (Partido de los Trabajadores) sigue una ideología socialista y el socialismo es el objetivo final del partido.”1
- Lula, 1998.
Yo voy a llamar a los banqueros y les diré: “Miren yo reconozco nuestra deuda, pero entre pagarles intereses a ustedes y llenar los estómagos de la gente, yo me quedo con el pueblo de Brasil. Mientras haya niños muriendo de hambre, no voy a tener los medios para pagar la deuda.”2
Brasil ha cambiado. El movimiento sindical ha cambiado. Yo he cambiado.3
- Lula, 1998.
- Lula, 2000.
En octubre de 2002, por primera vez en la historia del país los brasileros eligieron un presidente izquierdista, Luis Ignacio da Silva (Lula), por primera vez en la historia del país. Se esperaba que Lula, que había surgido de un origen humilde para convertirse en el líder del movimiento sindical y fundador del PT (Partido dos Trabalhadores), anunciara una nueva era en la política brasileña. En su campaña presidencial de 2002, él prometió mejorar las oportunidades para los pobres en una de las sociedades más desiguales del mundo. A pesar de su pasado extremista, durante el cual defendió el socialismo y el repudio de la deuda externa de Brasil, él prometió procurar la reforma social en el marco de la política económica ortodoxa heredada de su predecesor centrista, el Presidente Fernando Henrique Cardoso.
Pero los mercados permanecieron escépticos y les preocupaba la posibilidad de que Lula se hubiera comprometido con el marco de disciplina fiscal, tipo de cambio flotante y metas de inflación sólo para ganar la elección. Entre la creciente incertidumbre que rodeaba los cambios radicales que el PT podría implementar de hecho una vez que estuviera en el poder, en los últimos meses de 2002, el mercado de valores cayó, la prima de riesgo del país aumentó, los precios subieron y la moneda se debilitó enormemente. El Banco Central de Brasil se vio forzado a responder mediante un alza de las tasas de interés a sus niveles más altos en más de tres años.
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El caso de LACC número 707-S20 es la versión en español del caso de HBS número 9-704-028. Los casos de HBS se desarrollan únicamente para su discusión en clase. No es el objetivo de los casos servir de avales, fuentes de datos primarios, o ejemplos de una administración buena o deficiente.
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707-S20 Brasil 2003: Metas para la Inflación y Dinámica de las Deudas
Al asumir el cargo, en enero de 2003, Lula intentó cambiar la percepción del mercado, embarcándose en un agresivo plan para generar un gran superávit fiscal primario que ayudaría a asegurar el pago de la deuda y promover la estabilidad macroeconómica. También implementó un popular programa “Cero Hambre”, y empezó a trabajar en la consecución de importantes reformas a las pensiones, impuestos, y quiebras.
A mediados de 2003, sin embargo, su intento de cambiar la percepción del mercado se puso en peligro cuando el país enfrentó la amenaza de una recesión. Los escépticos empezaron a preocuparse de la posibilidad de que el nuevo gobierno del PT se viera obligado a dar un viraje, alejándose de las políticas ortodoxas, para satisfacer sus promesas de la campaña. Además, después de la morosidad generalizada de Argentina respecto de su deuda pública, a fines de 2001, los observadores estaban poniendo en tela de juicio la sustentabilidad de la situación de deuda de Brasil. Lula estaba bajo intensa presión para entregar resultados de inmediato e implementar medidas que ayudarían a apurar el paso de la economía.
El vicepresidente de Lula, José Alencar, apuntó a la tasa de interés como una medida de ese tipo. Él afirmó que las altas tasas impuestas por el Banco Central de Brasil en un marco de control de la inflación ponían al país en una desventaja competitiva e impedían el crecimiento:
Las tasas de interés deberían ser reducidas de una forma más consistente, dado que ahora estamos empezando a experimentar deflación. Cuando el gobierno acababa de asumir, sí, había un riesgo de que se avivara la inflación, pero ahora la situación ha cambiado. El país necesita volver a una senda de crecimiento, de manera que el actual entorno económico no se agrave aún más. Ya hemos perdido dos décadas, y no debiera permitirse que esto suceda otra vez.
En la reunión del Banco Central de Brasil, que tendría lugar el 20 de agosto, a pesar del énfasis puesto por Lula en su compromiso con la autonomía del Banco Central de Brasil para establecer la tasa de interés, los críticos estaban exigiendo una reducción de la tasa en la reunión mensual del banco, que debía tener lugar el 20 de agosto. Pero el Banco Central había declarado que relajaría la política monetaria sólo gradualmente, ya que temía que los movimientos abruptos pudieran traer de regreso presiones inflacionarias en el corto plazo y comprometer el crecimiento sustentable en el mediano plazo. También necesitaba mantener su credibilidad respecto a su lucha contra la inflación.
A mediados de agosto de 2003, todos los ojos estaban puestos en Brasil. ¿Reduciría el Banco Central su tasa de interés de referencia (la Selic)a entre signos de que la inflación había sido contenida en alrededor de 15% y el tipo de cambio estabilizado? ¿O se mantendría cauto y buscaría reafirmar su independencia optando por mantener una tasa de interés alta de 24,5%?
Brasil Antes de la Fijación de Metas de Inflación
Como la octava economía más grande del mundo en términos de paridad de poder de compra y el quinto país más grande en términos tanto de población como de área territorial, se consideraba que Brasil tenía un enorme potencial para llegar a ser un poder económico mundial importante. Pero el país parecía tener problemas para lograr que ese potencial se hiciera realidad. Durante casi 40 años, Brasil había seguido una estrategia de substitución de importaciones caracterizada por enormes inversiones gubernamentales que se dirigían a las industrias claves y la protección en contra de la
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a La tasa de interés Selic es la tasa de interés para préstamos de un día para otro entre bancos que utilizan como colateral bonos del gobierno registrados y comercializados en el Sistema Especial de Liquidaçao e Custódia.
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competencia a través de altas barreras tanto tarifarias como no tarifarias. Durante décadas, la estrategia pareció ser exitosa: Brasil creció 7% anual entre 1950 y 1980 (desde 1964, bajo un gobierno militar represivo) y creó un sector industrial grande y diversificado. No obstante, también dejó al país con la mayor deuda externa del mundo en desarrollo y una tendencia a una inflación alta. Cuando se dispararon los precios del petróleo en 1979 y en respuesta, subieron las tasas de interés, la economía brasileña se derrumbó. En 1981, el producto interno bruto (PIB) cayó en más de 4%, mientras aumentaba el déficit fiscal, se disparaba la inflación y caía la inversión, tanto pública como privada. Junto con la mayor parte de Latinoamérica, en 1982 Brasil dejó de pagar su deuda.b En 1985, el régimen militar finalmente perdió su dominio.
Con el retorno a la democracia, las esperanzas de Brasil renacieron. Pero una serie de programas de estabilización que apuntaban a resolver el problema de una inflación de tres dígitos fallaron, y la década de 1980 llegó a ser conocida como “la década perdida”. Finalmente, en 1993, el Ministro de Finanzas, Fernando Henrique Cardoso anunció el Plan Real. Este nuevo plan de estabilización introdujo el real como la moneda brasileña, que estaba vinculada al dólar a través de un ajuste mensual (crawling peg). La inflación cayó de un modo espectacular, desde 50% mensual a mediados de 1994 a aproximadamente 2% mensual a fines de 1994. Sobre la base de este éxito, Cardoso ganó con facilidad las elecciones de 1994.
Cuando Cardoso asumió el cargo, introdujo un modelo de desarrollo basado en la apertura de la cerrada economía brasileña a través de privatización, desregulación, liberalización del comercio y aliento de la inversión extranjera directa (IED). Siguió un período de estabilidad de precios y crecimiento económico, pero fue acompañado por problemas importantes. La apreciación del real llevó a crecientes déficits en cuenta corriente. Además, desde 1995 hasta 1999, persistieron los déficits fiscales primarios no financieros, después de intentos fallidos del gobierno para reformar el sistema de impuestos e introducir reducciones del gasto público especialmente en salarios y pensiones. El desequilibrio externo y los déficits fiscales eran parcialmente financiados por IED, deuda de corto y mediano plazo en el mercado internacional de bonos e importantes flujos de entrada de capital de portafolio, atraído por las altas tasas de interés. Como resultado, la razón deuda pública neta a PIB de Brasil aumentó desde 30% a comienzos de 1995 a 42% a comienzos de 1999. (Ver en Anexos 1-4 los datos económicos básicos).
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