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Bullyin Escolar


Enviado por   •  5 de Marzo de 2013  •  6.906 Palabras (28 Páginas)  •  484 Visitas

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La escuela y el bullying en la Educación Primaria

Jose Miguel Gutiérrez Pequeño

malayo@soc.uva.es

Escuela Universitaria de Educación de Palencia. Universidad de Valladolid. España

Resumen

El objetivo de nuestro trabajo es conocer la incidencia del bullying en el alumnado de Educación Primaria en Castilla y León. Nuestro estudio es una reflexión sobre la violencia escolar desde un punto de vista sociológico, dedicando especial atención al grupo de iguales y a la familia, como agentes de socialización primaria. Para ello hemos realizado un estudio de caso con escolares de 5º y 6º de Primaria, que nos ha proporcionado información sobre el alumnado de Castilla y León. En una primera parte, hemos propuesto un marco teórico para definir el problema del bullying y conocer su significación escolar y social. El análisis del grupo de pares nos ha revelado la importancia que tiene para el alumnado el sentirse aceptado y socialmente integrado. Además hemos comprobado como los alumnos comparten sentimientos, actitudes y valores. El análisis sociológico sobre la violencia escolar nos ha permitido conocer las diferentes características del alumnado implicado en el maltrato entre iguales. Toda esta investigación nos ha conducido a unas conclusiones sobre el bullying en Educación Primaria en Castilla y León, que nos ha llevado a proponer una serie de orientaciones para la comunidad educativa, tanto para las familias, el profesorado y el alumnado.

Palabras llave: socialización, grupo de pares, familia, bullying

La escuela y el bullying en la Educación Primaria

El maltrato entre iguales, intimidación o bullying es una de las situaciones de la vida diaria en los Colegios de Primaria de nuestro sistema educativo. El fenómeno social de la violencia es mucho más amplio que el problema institucional de la violencia en el centro educativo; la violencia está en la calle, en la vida doméstica, en el ámbito económico, político y social en general. Lo que ocurre en los centros escolares no es más que un reflejo de lo que sucede en la vida pública y privada en todos los aspectos. Pero nosotros fijaremos nuestra mirada dentro de los muros de la institución educativa, para analizar las malas relaciones y los abusos entre compañeros/as que en ella acontecen.

La escuela es un reflejo de la sociedad en la que está inmersa. Por tanto, los comportamientos que los niños y niñas desarrollan en la Educación Primaria son un fiel reflejo de lo que sucede en el mundo social que les rodea. Algunos sociólogos de la educación han hablado de la escuela como una microsociedad (Jackson, 1994). Por tanto los sentimientos, actitudes y diferentes posicionamientos ante los problemas de la convivencia diaria son una copia, más o menos clara, de lo que perciben a su alrededor.

La violencia que se concreta en malas relaciones interpersonales, falta de respeto, agresividad injustificada, prepotencia, abuso y malos tratos de unos hacia otros, es en sí misma, un fenómeno social y psicológico: social, porque surge y se desarrolla en un determinado clima de relaciones humanas, que lo potencia, lo permite o lo tolera; y psicológico, porque afecta personalmente a los individuos que se ven envueltos en este tipo de problemas. Consideramos que están implicados en estos problemas, y que en alguna medida son víctimas de ellos, tanto los niños/as que son cruel e injustificadamente agresivos con otros, como los que son víctimas directas de la crueldad y la violencia de los agresores. Así mismo, son víctimas del fenómeno de la violencia, los niños/as que, sin verse involucrados de forma directa, lo están de forma indirecta, porque son observadores y sujetos pasivos de la misma, al verse obligados a convivir en situaciones sociales donde esos problemas existen. Finalmente, el profesorado y todas las personas que forman parte de la comunidad educativa, ven alterada su función profesional y social cuando deben enfrentarse a situaciones que desbordan sus planes y deterioran las condiciones humanas en las que deben ejercer su actividad.

Veremos hasta qué punto el complejo mundo de las relaciones sociales en el centro educativo, estructurado en microsistemas de influencia mutua, es, de alguna manera, el ecosistema en el cual debe desarrollarse la función instructiva y educadora a realizar por la institución educativa. Nos centraremos en el microsistema que forman los alumnos/as entre ellos: lo que llamaremos, en este contexto, las relaciones de los iguales.

La violencia: una enfermedad social

Las situaciones de abuso y maltrato entre escolares son un hecho en todas nuestras escuelas. Los medios de comunicación se encargan -en ocasiones de forma insistente- de hacernos llegar la voz de alarma por la escalada de agresividad progresiva que se va viviendo en los centros educativos.

Un informe del Ministerio de Educación y Cultura recoge (Diagnóstico del Sistema Educativo, MEC, 1998) algunas de las conductas “alborotadoras” de los escolares, destacando por su elevado índice de ocurrencia las siguientes:

 Alborotar fuera del aula, como la falta más recurrente e inocente: gritos, empujones.

 La falta de respeto entre compañeros también es habitual (subirles las faldas a las chicas, ponerles motes ofensivos, burlarse de la debilidad).

 Alborotar en clase. Distraer a los compañeros o al profesor. Aprovechar la ausencia del profesor para descolocar el mobiliario, borrar la pizarra o lanzar cosas por la ventana.

 Las agresiones morales que abarcan los insultos, las descalificaciones y las amenazas.

 La falta de respeto hacia los profesores. En algunos casos no pasa de ser una bravuconada, pero, en otros, el alumno se encara con el profesor y le amenaza seriamente, cuando no le agrede abiertamente.

Es indudable que estas situaciones provocan un gran desconcierto entre los profesionales de la educación pero quien inevitablemente lleva la peor parte es aquel que es victimizado. Probablemente, en la mayoría de estas ocasiones el agresor está activado por sentimientos desagradables en los que “el blanco” no es el responsable, sino el elemento que proporciona el escape.

Estas conductas se desarrollan en ambientes sociales determinados. Sabemos que son de suma importancia las variables

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