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CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS HISTÓRICOS QUE MARCARON EL ROL DE LA MUJER EN CHILE


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2019  •  Ensayos  •  1.072 Palabras (5 Páginas)  •  127 Visitas

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CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS HISTÓRICOS QUE MARCARON EL ROL DE LA MUJER EN CHILE.

Eventos, personajes e impulsores primordiales en la carrera hacia la emancipación femenina nacional.

Al hacer un recorrido por la historia de la mujer en nuestro país, nos encontramos con eventos que voluntaria o involuntariamente han contribuido a marcar su presencia en nuestra sociedad que, como muchas, prevalece en el papel del varón como base de su actividad. Nombres como Gabriela Mistral (1889-1957) o Violeta Parra (1917-1967) nos son comúnmente familiares debido a su alcance cultural, sin embargo, al ahondar en los rincones de nuestra memoria histórica podemos encontrar que el rol femenino cuenta con personajes fundamentales de ambos sexos que han impulsado su reconocimiento como independiente.

En 1812 solo un grupo reducido de mujeres de élite tenía acercamientos a la enseñanza, que aún se reducía a colegios religiosos y particulares de niñas. En efecto, solo un 8% de las mujeres de aquella época sabía escribir. No fue sino hasta 1854, durante la regencia de Manuel Montt (1809-1880), con el establecimiento de la Escuela Normal de Preceptoras y 1860 con la dictación de la Ley General de Instrucción Primaria, que el Estado tomaría la administración de una educación pública y libre de discriminaciones de género. No obstante, la instrucción hacia las mujeres, apartando su posición social, era comparativamente moral, religiosa e inclinada hacia la actividad doméstica.

La inquietud por el nulo acceso a la educación superior, motiva a una incipiente toma de conciencia por parte de un número importante de mujeres ya que, si bien bajo el gobierno de Aníbal Pinto (1825-1881) se firmó el llamado “Decreto de Amunátegui” en 1877, el cual permitiría el ingreso de mujeres a la universidad, la educación aún era un derecho reservado solo para aquellas de clase alta y los varones, además seguía presentando densas limitaciones.

En 1881 se fijaron los primeros liceos para mujeres con el propósito de fomentar un florecimiento en sus capacidades y aptitudes, algo que se vio reflejado en Eloísa Díaz Inzunza (1866-1950) y Ernestina Pérez Barahona (1865-1961), las primeras chilenas en titularse de medicina de la Universidad de Chile, lo que también significó un hito a nivel latinoamericano, a pesar de que no era socialmente aceptado de manera plena.

Si bien había profesiones denominadas meramente mujeriles como la pedagogía, abogacía, enfermería y obstetricia, la incorporación a dominios tradicionalmente masculinos y previamente impedidos, como aquellos del campo cultural y artístico, dejaría un extenso abanico de escritoras, pintoras y músicas.

Sin embargo para la aristocracia santiaguina de la época aquello significó una amenaza a las mujeres burguesas, puesto que cada vez aparecían mujeres de clase media-baja con títulos profesionales y perfectamente educadas, mientras que ellas solo recibían enseñanzas religiosas, y aquello suponía una posterior crisis generacional. Es por ello que forman el “Club Social de Señoras”.

Durante la Primera Guerra Mundial en 1914, con los hombres fuera del hogar (mayormente prisioneros e incluso muertos), las féminas de la época fueron vistas en la necesidad de tomar al mando a la familia y a la industria. Aquello puso en evidencia el potencial de las mujeres, lo que significó una completa revolución social y cultural que en poco tiempo empezó a verse con mayor normalidad.

En 1913 comienzan a formarse las primeras organizaciones de mujeres en Chile, los llamados “Centros Femeninos”, en ciudades como Iquique, Antofagasta y las principales oficinas salitreras de la zona. Luis Emilio Recabarren (1876-1924), revolucionario izquierdista, fundador del partido Obrero Socialista y figura importante dentro de la política chilena, apoyó el movimiento feminista alentando su educación y liberación de creencias por medio de su periódico “El Despertar de los Trabajadores”, donde manifestó su respaldo al sufragio femenino siguiendo el ejemplo de las mujeres inglesas.

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