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CULTIVOS DE COCA EN EL DEPARTAMENTO NORTE DE SANTANDER

Karen OrozcoApuntes18 de Abril de 2021

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CULTIVOS DE COCA EN EL DEPARTAMENTO NORTE DE SANTANDER

LEIDY KATERYN HERNANDEZ GOMEZ

KAREN VIVIANA OROZCO MORA

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN Y NEGOCIOS

CONTADURIA PUBLICA

2020

Colombia es un país caracterizado por la diversidad de fauna y flora en diferentes ambientes gracias a la variedad de sus climas tropicales. Entre las características que permiten sus tierras fértiles se encuentra la facilidad de los campesinos que en zonas rurales inician y generan la explotación de los cultivos de coca. Entre los años 1986 y 1995 se consideraba que los carteles colombianos importaban la coca de Bolivia y Perú sin tener en cuenta que en el propio territorio nacional se originaban las grandes plantaciones; entre 1995 y 2000 muere Pablo Escobar y los cultivos de coca se consolidan en diferentes regiones del país, estos pasaron de 50.000 hectáreas a 137.000 a diferencia de Bolivia y Perú que disminuyeron sus cultivos significativamente con 29.400 hectáreas y 73.000 hectáreas respectivamente. Posteriormente, Colombia se convierte en el mayor cultivador de hoja de coca en el mundo. Por su parte a esto se suma la participación de grupos insurgentes como las FARC, ELN, EPL y organizaciones criminales mexicanas que hacen notables las disputas y acuerdos necesarios para la protección tanto de cultivos como de laboratorios de HCL (Ácido Clorhídrico) de forma ilegal donde hay respaldo de entidades propias de los estados de ambos países

En el gobierno de Andrés Pastrana se lleva a cabo el “Plan Colombia” en el cual se permiten los diálogos de paz en el caguán en el año 2001 y es entonces cuando se lleva a cabo la aspersión de cultivos en la cual se vio afectada la extensión de los mismos. En el 2002 tras la ruptura de las negociaciones aumentó la erradicación y está afecto el número de hectáreas cultivadas. Los reportes de la Oficina de la política nacional para el control de drogas (ONDCP) mostraron que los cargamentos interceptados para el año 2006 tenían una pureza del 85%.

En el 2012 los diálogos de paz con las FARC y el gobierno colombiano bajo el mando del expresidente Juan Manuel Santos y la firma de los primeros acuerdos de paz refleja una caída de cultivos dejando de lado la aspersión la cual en el año 2015 se prohíbe del todo por orden de las cortes, y que trajo consigo la  desmovilización de grandes grupos armados de las Farc, pero que a su vez generó la formación de distintos grupos armados de disidentes de la guerrilla en donde el ELN tomó frente a los territorios que más producen cultivo.

Un porcentaje de la economía de Colombia se representa por el mercado de drogas; el mantener los diferentes cultivos y realizar el proceso de producción de las hojas en este caso de la coca, requiere de mano de obra la cual en la mayoría de casos no es calificada. Esta es muy adictiva y más que por la hoja, son los químicos que se utilizan para producir la pasta. Indagando sobre este proceso en un artículo del periódico el Heraldo muestran cómo se lleva a cabo la transformación de la hoja de coca en pasta.

Inicialmente se tritura la hoja de coca en un molino; después, espolvorean cal y un ácido sobre las hojas trituradas, cuando toda la mezcla está homogénea se vierte en un barril de gasolina y es allí donde inicia el verdadero proceso, una vez mezclado y está esté espesa, agrega permanganato de sodio (Sales Ácidas), ácido sulfúrico y amoniaco y para finalizar agrega soda cáustica y bicarbonato de sodio, que es lo que da su particular color blanco. cuando se tiene todo el producto se debe dejar reposar 24 horas para al final obtener la pasta de coca.

Raspar coca es el empleo de muchos colombianos que por este medio logran conseguir bienestar en sus hogares. Los llamados raspachines son quienes se encargan de recolectar las hojas de coca para llevar a cabo los procesos anteriormente mencionados; ganan alrededor de 15.000 y 18.000 pesos por día mas la alimentación; trabajan máximo seis días y buscan otros cultivos para seguir raspando, en ese orden de ideas se puede decir que un raspachin hace por lo menos unos $700.000 al mes y por hectárea de cultivo se necesitan entre 8 y 10 raspachines.

El alquiler de tierras por hectárea tiene un valor aproximado de $500.000 y con 10 mil semillas que costarían $300.000 es suficiente para cultivar en una hectárea, cada cultivo demora 7 meses para el primer corte y durante este tiempo las plantas se fortalecen con químicos; por cosecha se recoge aproximadamente 1.000 y 1.500 gramos de pasta de coca y las ganancias que se generan dan para abastecerse mientras se da la siguiente producción, de aquí que el negocio resulte ser productivo para quienes lo conocen a plenitud.

La coca está afincada en los territorios de las comunidades que históricamente han sido más afectadas por factores externos tales como, el origen de grupos al margen de la ley (FARC, EPL, RASTROJOS, OTROS) la violencia, el desplazamiento y la falta de respaldo del estado por la protección de los derechos de todas estas poblaciones de bajos recursos y con poco acceso a la educación; los departamentos principales que más han dan origen a este fenómeno son: Norte de Santander, Nariño, Putumayo y Antioquia. Los cuales representan el 63% del aporte de estas actividades ilícitas del total del país según el monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2016.

Por otra parte, en relación al conflicto con el narcotráfico Ortega Carlos (2020) mencionó que el gobierno del presidente Iván Duque indicó que para este año se proyecta una erradicación forzada de cultivos de hoja de coca con el fin de exterminar 130.000 hectáreas lo que significa un 62.5% más que el año 2019 (80.000) hectáreas. Se contempla que dentro del plan de erradicación forzado se priorice en la primera fase a Nariño y putumayo, dejando vulnerabilidad en los demás departamentos (Norte de Santander) y cifra que respalda esto es la reportada por el Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia y del Derecho que hasta octubre 31/2019 se encontró que en 6 de los 10 municipios que tuvieron el mayor número de hectárea de coca en el 2018 no hubo intervención alguna por parte del Estado. En los que cabe destacar los municipios de Tibú, Sardinata y el Tarra ubicados en Norte de Santander, el Tambo en cauca y zonas como Sur de Córdoba y sur de Bolívar donde los niveles de erradicación no se efectuaron o fueron muy bajos y los cultivos vendrían con un fuerte aumento.

Teniendo en cuenta la información recolectada y conocedores del impacto que genera el nombre de Colombia en cuanto a las drogas y la exportación ilegal de las mismas a nivel internacional; enfatizados en uno de los departamentos que presentan cultivos de coca referidos a este como Norte de Santander, se quiere plantear cifras de cultivos, regiones específicas (Ciudades, Municipios, Veredas, Corregimientos, etc.) del mismo en las cuales se presenta mayor cantidad de plantaciones, como ayuda al desarrollo económico de la región, porque a pesar de ser ilegal, genera ingresos que mueven la economía local, departamental y estatal del país de igual forma el impacto ambiental que generan los mismos sobre las tierras y el medio.

Norte de Santander para el 2018 se presentó  un mayor número de áreas sembradas con 9.000 hectáreas adicionales concentradas en diferentes municipios en donde se destacan los municipios de Tibú, Tarra y Catatumbo; según la base de los censos realizados por la oficina de las naciones unidas contra la droga y el delito (UNODC) Tibú fue la región con mayor presencia de cultivos ilícitos de hoja de coca con un total de 16.096 hectáreas; la tendencia a esta concentración y consolidación de estos cultivos implica una mayor dependencia de las comunidades por la producción ilegal de estas actividades en zonas permanentemente afectadas, (comerciantes de sustancias químicas, raspachines, transportadores, entre otros) en donde la economía ilegal prima por encima del estado ya que se obtiene un sustento para las familias que están en un desequilibrio por los problemas que originan el narcotráfico y un factor alto de inseguridad por la toma de zonas territoriales a cargo de los distintos líderes de la guerrilla y paramilitares que afecta directa e indirectamente a las comunidades que quedan en medio de las disputas de estos grupos ilegales.

Antecedentes

A nivel nacional existen diferentes pensamientos relacionados con el impacto que causan las plantaciones de cultivos de coca en el desarrollo económico de un país, además del posicionamiento y la fuerza de poder que han ido percibiendo las guerrillas de Colombia en zonas de escasa fuerza militar. En primer lugar, se expone lo mencionado por (Carvajal y Cajiao, 2015) en su investigación “las FARC hoy en el Catatumbo”.

“El objetivo de las FARC en el Catatumbo fue “utilizar a Norte de Santander como punto culminante para el dominio de la cordillera Oriental y así comunicar el Ecuador con Venezuela, a través de la creación de una cadena de frentes”. Lo que buscaban era implementarla como zona de retaguardia aprovechando su topografía y su carácter fronterizo, y aprovechar su favorabilidad para el negocio del narcotráfico. A su vez, esta región resultó de gran importancia ya que se basaba en economías campesinas, con altos niveles de descontento, abandono del Estado y lucha popular producto de la colonización petrolera. Puntualmente, Tibú contaba con una ubicación propicia para la realización de actividades ilegales como el narcotráfico, el tráfico de armas y el contrabando, factores necesarios para la financiación de la estructura armada del grupo; y las condiciones idóneas para que las FARC lograran construir sus bases sociales”.

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