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Capitulo Cuatro De Dussel Y Caruso El Aula En Edad De Merecer

maxisil12 de Marzo de 2015

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• CAPITULO 4 El aula en edad de merecer: la táctica escolar en el siglo XX La enseñanza escolar de fines de siglo XIX seguía siendo criticada. Parte de esta Crítica seguiría vigente a lo largo de siglo XX. Sin embargo de aquel tiempo hasta nuestra época ha pasado un proceso que volvió natural y universal a la escuela. Hoy en día la mayoría de los chicos y adultos estamos acostumbrados a la experiencia escolar y la percibimos ineludiblemente como parte del crecimiento e integración a la sociedad adulta. Aún aquellos para los que la escolaridad es difícil por motivos económicos la perciben como un bien deseado y relevante. En la actualidad la escuela se convirtió en parte de un aparato masivo, el sistema educativo, y fue el modelo y centro de la cultura letrada. En este siglo se produjo una homogeneización y centralización de las formas de educar en torno a la enseñanza simultánea y método global. El estado nacional, además asumió la función de controlar y dirigir la educación. Se organizó la educación alrededor de canon-patrón dominante provisto por la escuela pública estatal, paralelamente surgió lo que Michel Foucault ha llamado bio-poder, se trata de una nueva estrategia de poder y gobierno. Por tal se entiende un tipo de poder que ya no se aplica sólo al cuerpo individual, como en el caso de las disciplinas, sino que es un poder cuyo objeto es el grupo, más exactamente lo que se denomina “población”. El autor define esta estrategia como una operación para adueñarse de la vida. Los gobernantes observaban que las poblaciones deben ser administradas. Se desarrolla toda una serie de nuevos aparatos para administrar la vida de la gente: aparecen la medicina, las estadísticas de nacimiento y mortalidad, programas sociales, etc. El gobierno se interesa por la vida de sus súbditos y las administra, quiere que vivan más, se alimenten mejor. El estado crece, “crecer” fue la palabra clave de este contexto. Las repercusiones de estas alteraciones produjeron en el aula tres grandes cambios. En primer lugar el docente se convirtió en objeto de disciplinamiento. El estado ve la necesidad de regular su actividad y garantizar que enseñaran lo que el gobierno quería que se enseñara. En segundo lugar, hubo un cambio en las actitudes hacia la infancia: no solo debía ser controlada sino también protegida y “civilizada”. Se hace hincapié en enseñar la higiene y la educación cívica. Por último, la pedagogía asumió una fuerza inusitada: transformada en “ciencia y arte de enseñar”, se convirtió en la base de los dispositivos de control y también en la fuente de muchas posturas opositoras. El triunfo del capitalismo y el bio-poder. En la segunda mitad del siglo XIX, la marca central de la época era “lo transitorio, lo contingente, lo fugitivo” según Baudelaire 1851. La expansión de los ferrocarriles, la conquista de países y reinos de África y Asia, los descubrimientos científicos, la difusión de las letras, fueron elementos que dotaron a las sociedades de una riqueza superior. Entre estos cambios el que se destaca en primer lugar, el triunfo de la burguesía liberal. Un sector que reunía a comerciantes, industriales, elites educadas, empleados públicos, la burguesía fue imponiendo sus representaciones sobre el gobierno, la sociedad, la moral y el Estado. Al ganar en influencia pasó de un momento de agitación y movilización social a un lugar conservador en el mapa social, sobretodo a partir de las revoluciones liberales de 1848, la burguesía asumiría una actitud quietista y temerosa ante la emergencia de una nueva fuerza determinada por el desarrollo industrial: el movimiento obrero. Los partidos

• 2. liberales perdieron el voto obrero y se conformaron las corrientes socialistas, comunistas y anarquistas. El estado de bien estar aparece como una solución. El propósito de las luchas políticas fue procesar la herencia de la Revolución Francesa. La consigna “libertad, igualdad, fraternidad” quedó como programa democrático, en una Europa cuyas monarquías reaccionaban en contra de estas proclamas. Todo el siglo XIX estuvo marcado por las luchas entre conservadores y liberales, entre monárquicos y republicanos, entre religiosos y laicos. Europa se convirtió en dominadora de casi todo el mundo, a fines del siglo XIX, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal, Holanda e Italia abarcaban casi todo el planeta, el modelo de civilización y cultura europeo, así como la escolarización se impusieron en estas regiones, en ocasiones a sangre y fuego, lo que determinó relaciones desiguales entre diversas regiones del mundo.. Demográficamente este proceso fue acompañado por una explosión de la población, pues a pesar de los problemas, algunas condiciones de vida fueron mejorando_ disminuyó la mortalidad infantil, creció la expectativa de vida. El avance de la medicina y la reforma urbana, (sistemas de cloacas para drenar los residuos) contribuyeron a estas mejoras. La población se movilizó territorialmente, del campo a la ciudad por la producción industrial capitalista. La gente debía acostumbrarse a los cambios que se producían cada día en todos los ámbitos de la vida. El mundo Europeo estaba orientado al crecimiento: crecer se transformó en la nueva lógica de la sociedad y la cultura europea. La vida económica y la extensión del capitalismo cambiaban las expectativas y la realidad de las personas. Comenzó en todo el mundo el proceso de electrificación, la iluminación nocturna hizo posible múltiples actividades, a esto se agrega novedosas formas de comunicación, teléfono, telégrafo, radio, el mundo parecía achicarse y acelerarse a la vez, había más cosas para hacer, más tiempo, las sociedades se hacían más complejas, a este nuevo ritmo se lo denominó “modernidad clásica”. En el curso del siglo XIX, la lógica de la acumulación capitalista, se vuelve general. El capitalismo y su “dinámica creciente” pasa a ser el eje organizador de las sociedades europeas y el sector agrario se vuelve “tradicional”, en una reliquia del pasado. La población pasó de una forma de vida a la otra, este dinamismo volvió inestable al mundo Europeo: crisis económicas mundiales, guerras de mercados, etc. Sin embargo en Argentina es la época de más expansión económica, la explosión de la población y las grandes oleadas inmigratorias. ¿Qué repercusiones tuvieron estos cambios en las formas de gobierno de la sociedad? Las disciplinas son invenciones y técnicas anteriores al capitalismo que intentaban consolidar el poder del rey y la monarquía lo hacían con una lógica “fijista” querían fijar a cada cual en su lugar, disciplinar para que la gente actuara según las ordenes. Pero con la difusión de la reproducción ampliada, surgieron nuevas demandas de gobernabilidad para el aula de la Europa occidental. La forma disciplinaria no se abandonó, pero esta nueva forma de la lógica social, la dinámica creciente de la cultura y la economía, donde el cambio aparece como regla y no como excepción, empezó a construir otra forma de gobierno que integró a las disciplinas en una estructura mayor, abarcadora, acorde con el ritmo vertiginoso de los tiempos. A fines del siglo XIX los efectos del bio-poder se hicieron sentir con fuerza en la pedagogía. Las acciones derivadas la bio-política fueron llamadas por Foucault “regulaciones” se trataba de regular un organismo vivo, que crece y se transforma, lo que en ese momento se empezó a designar como “sociedad”. Si lo que caracterizaba a esa nueva época era el “crecimiento”, ese factor, desde la perspectiva del gobierno, debía ser administrado. La expansión económica, de las posibilidades de vida, empezó a ser regulada. “la reproducción, las tasas de natalidad y de mortalidad, la salud pública, la

• 3. duración de la vida, se convirtieron en el objeto de medidas interventoras y controles reguladores: esto es bio-política de la población (Foucault, 1992, p. 166). La regulación no borra las disciplinas, sino que se preocupa por otra cosa: el crecimiento. Amabas formas se combinaron pero también entraron en contradicción ya que mientras la disciplina daba un molde previo a las conductas, la regulación decía partir de las conductas ya existentes para tratar de darles una nueva dirección. En este proceso tuvieron un papel central las ciencias naturales. La idea de que mediante la ciencia la humanidad podía “descubrir” las leyes naturales y dominarlas se hizo cada vez mas fuerte en el sentido común, se hace hincapié sobre ellas, hay un desarrollo mucho más marcado de las técnicas de observación y de clasificación y una construcción del sujeto a enseñar como una persona que debe ajustarse a leyes “naturales” e incuestionables. Esta afirmación, llevó a enormes desatinos, fundados en lo que se consideró como “conocimiento científico”. Lo importante para los científicos de esa época era analizar las sociedades como producto de regularidades y normas, encontrar las leyes que las gobernaban y explicar por qué a veces las cosas desviaban del camino prefijado: el crecimiento. La regulación se convierte en algo normativo: prescribe cual es la conducta “natural” y esperable, genera y produce lo anormal, la trasgresión, la desviación. En ese acto de producir la vara común. La instauración de la norma excluye a quienes no la cumple. No es casual que sea en esta época donde surge la clasificación de los alumnos según sus capacidades y se confina a los “anormales” en instituciones especiales. El aprendizaje en el bio-poder apareció como algo que no debía ser creado o producido, sino “orientado”. En esta concepción bio-política, el maestro debía facilitar un proceso que ocurriría solo; debía guiar y orientar un camino que ya estaba fijado, como lo estaban las capacidades intelectuales

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