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Clima Social Escolar


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2013  •  6.451 Palabras (26 Páginas)  •  659 Visitas

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1. INTRODUCCIÓN.

El futuro de nuestra sociedad pasa por conseguir un sistema de educación y formación del que todos nos sintamos orgullosos y en el que se equilibren y convivan calidad y equidad.

La exigencia de renovación, inherente a cualquier sistema educativo y a la demanda de mejora de la calidad de la enseñanza, se traduce en exigir reformas profundas. La Comisión Internacional sobre educación presidida por Jacques Delors, hizo suya esa exigencia que quedó recogida en el Informe publicado bajo el título, La educación encierra un tesoro, (1996).

Según este estudio, la educación tiene la misión de permitir a todos los ciudadanos enriquecer sus talentos y capacidades. Para ello, y siguiendo lo aportado en el informe, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales:

a. Aprender a conocer1, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión.

b. Aprender a hacer para poder influir sobre el propio entorno.

c. Aprender a vivir juntos para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas.

d. Aprender a ser2 que es el proceso fundamental que recoge elementos de los tres aprendizajes anteriores.

Estos cuatro pilares constatan la creciente exigencia social de más y mejor educación. La educación, hoy día, es considerada como un elemento de desarrollo personal para el futuro de los ciudadanos. Por tanto, y en consonancia con lo anterior, el sistema educativo debe garantizar que todos los ciudadanos adquieran unas competencias3 que les proporcionen una formación plena, les faculte para construir su propia identidad y les garantice su participación activa en la sociedad.

Esta documentación tiene como objetivo que los profesores completen su visión sobre las competencias y que sean capaces de adaptarlas a sus programaciones.

2. COMPETENCIAS EN EL MARCO EUROPEO: El origen del término competencia básica.

El comienzo del uso del término competencia en el ámbito educativo europeo se sitúa en Marzo de 2000, cuando el Consejo Europeo de Lisboa marcó un nuevo objetivo para la Unión Europea: “ser la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de tener un crecimiento económico sostenible con más y mejores trabajos y con una mayor cohesión social ”. Para su logro, los sistemas educativos y de formación deberían adaptarse a la sociedad del conocimiento y mejorar la calidad del trabajo. Uno de los componentes básicos de esta propuesta es la adquisición de destrezas básicas, y para ello se consideró necesario establecer un marco europeo que definiera las mismas, en el contexto de un aprendizaje a lo largo de la vida. Este marco debería de incluir las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), cultura tecnológica, lenguas extranjeras, espíritu emprendedor y habilidades sociales.

Un año después, el Consejo Europeo de Estocolmo, elaboró el informe “Los futuros objetivos concretos de los sistemas de educación y formación”. Este documento identifica tres objetivos estratégicos: calidad, accesibilidad y flexibilidad de los sistemas educativos y de formación. En ese mismo año, se constituyó un grupo de trabajo formado por expertos de los diferentes estados miembros, por cada una de las destrezas básicas, cuyo fin era identificar y definir qué son las nuevas destrezas y cuál es la mejor manera de integrarlas en el currículo, mantenerlas y aprenderlas a lo largo de la vida.

Posteriormente el Consejo Europeo de Barcelona (Febrero 2002) con objeto de alcanzar los objetivos europeos en 2010, aumentó la lista de destrezas básicas pasando a definirlas como alfabetización y alfabetización numérica, competencias básicas en matemáticas, ciencia y tecnología, TIC y uso de tecnología, aprender a aprender, habilidades sociales, espíritu emprendedor y cultura general.

El mandato para definir las destrezas básicas fue dado al mismo tiempo que se llevaba a cabo un trabajo referente a competencias en otros foros internacionales. El proyecto de la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico (OCDE) Definición y Selección de Competencias (DeSeCo) estudió cuáles serían las competencias claves para una vida próspera y para una sociedad con un funcionamiento adaptado a las exigencias del momento. El estudio internacional PISA4 (diseñando y puesto en marcha por la OCDE a finales de los años 80) también enfatiza la importancia de la adquisición de competencias más amplias para alcanzar un aprendizaje exitoso. Además del rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias también evalúa competencias genéricas como la motivación del alumnado, actitudes y habilidad para regular el propio aprendizaje.

En el contexto de estos desarrollos, se hizo necesario tratar la cuestión no sólo de cuáles eran las competencias necesarias en la sociedad del conocimiento, sino también en qué consistirían éstas. Además, el marco de las competencias, tal y como fue planificado por el Consejo de Lisboa, debería ser visto desde una perspectiva de aprendizaje a lo largo de la vida. Finalmente se puso sobre la mesa la cuestión de si sería posible determinar un cierto nivel de dominio de una competencia denominada “básica”.

De acuerdo con el enfoque adoptado por este grupo de trabajo, se define, de modo general la competencia clave del siguiente modo:

“Las competencias clave representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo. Estas deberían haber sido desarrolladas al final de la enseñanza o formación obligatoria y deberían de actuar como base para un posterior aprendizaje a lo largo de la vida”.

La definición enfatiza que las competencias claves deberían de ser transferibles, y por tanto aplicables en diversas situaciones y contextos, pudiendo ser utilizadas para alcanzar diversos objetivos y resolver diferentes tipos de problemas. Las competencias clave serían un requisito imprescindible para un rendimiento personal adecuado en la vida y en el trabajo.

Los términos “competencia” y “competencia clave” son preferidos al de “destreza básica”, al considerarlo demasiado restrictivo dado que se utilizaba generalmente para referirse a la alfabetización y alfabetización numérica básica.

Se considera que el término “competencia” se refiere a una combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes, y a la inclusión de la disposición para aprender además del saber cómo.

La “competencia clave” se revela trascendental para los siguientes aspectos de la vida:

realización y desarrollo personal a lo largo de la vida.

inclusión y participación activa como ciudadanos en la sociedad.

aptitud para el empleo.

Dado el enfoque elegido, y definiendo las competencias clave en términos generales, no es posible ni relevante, en la mayoría de los ámbitos competenciales, distinguir entre los “niveles básicos” de dominio de una competencia y sus niveles más avanzados. En una sociedad en constante cambio, las demandas que tiene un individuo varían de una situación a otra y de un momento a otro. Por lo tanto, además de poseer destrezas específicas básicas para poder llevar a cabo una tarea en concreto, son necesarias competencias más flexibles, genéricas y transferibles para dotar al individuo de una combinación de destrezas, conocimientos y actitudes que sean apropiadas a determinadas situaciones.

El marco es el primer intento a nivel europeo para proveer una lista global y equilibrada de las competencias claves que son necesarias para la realización personal, social y de empleo en una sociedad del conocimiento.

3. COMPETENCIAS CLAVE PARA UN APRENDIZAJE A LO LARGO DE LA VIDA EN UN MARCO DE REFERENCIA EUROPEO.

Uno de los adjetivos que suele acompañar al de competencias claves es que son transferibles y, por tanto, aplicables en muchas situaciones y contextos, pudiendo ser utilizadas para lograr diversos objetivos, para resolver diferentes tipos de problemas y para llevar a cabo diferentes tareas. Las competencias clave son un prerrequisito para un rendimiento personal adecuado en la vida, en el trabajo y posterior aprendizaje.

La aplicación del marco europeo para las competencias clave se plantea desde diversos contextos educativos y de formación por medio del aprendizaje a lo largo de la vida: la educación general obligatoria, la educación y formación de adultos, la provisión educacional para grupos de riesgo de exclusión social y para los alumnos con necesidades educativas especiales.

En el marco europeo las competencias claves consideradas necesarias para todos en la sociedad del conocimiento son las siguientes:

1. Comunicación en la lengua materna.

2. Comunicación en una lengua extranjera.

3. Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.

4. Competencia digital.

5. Aprender a aprender.

6. Competencias interpersonales y cívicas.

7. Espíritu emprendedor.

8. Expresión cultural.

El cuadro siguiente proporciona las definiciones de las distintas competencias:

Comunicación en lengua materna

Es la habilidad para expresar e interpretar pensamientos, sentimientos y hechos tanto en forma oral como escrita, y para interactuar lingüísticamente de forma apropiada en una amplia gama de contextos sociales y culturales: trabajo, hogar, ocio, educación, etc.

Comunicación en lengua extranjera

Mantiene las características de la competencia anterior, incorporando el entendimiento intercultural. El grado de habilidad variará según las diferentes lenguas y teniendo en cuenta el entorno y la herencia lingüística del individuo.

Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología

Es la habilidad para realizar las operaciones elementales de suma, resta, producto, división y cálculo mental y escrito con el fin de resolver los problemas de la vida cotidiana. Se tiene en cuenta el proceso más que el resultado, y la actividad más que el conocimiento.

Competencia digital

Implica el uso confiado y crítico de los medios electrónicos para el trabajo, el ocio y la comunicación. Estas competencias están relacionadas con el pensamiento lógico y crítico, con destrezas para el manejo de información y el desarrollo eficaz de las destrezas comunicativas.

Aprender a aprender

Comprende la disposición y habilidad para organizar y regular el propio aprendizaje, tanto individual como en grupos. Incluye la habilidad de organizar el propio tiempo, de resolver problemas, de adquirir, procesar, evaluar y asimilar conocimientos nuevos, y de ser capaz de aplicar nuevos conocimientos en una variedad de contextos.

Competencias interpersonales y cívicas

Comprenden todos aquellos comportamientos que un individuo debe dominar para ser capaz de participar de forma eficiente y constructiva en la vida social, y para poder resolver conflictos cuando sea necesario.

Espíritu emprendedor

Comprende tanto la capacidad para inducir cambios como la habilidad para acoger, apoyar y adaptarse a los cambios debidos a factores externos. Implica ser responsable de las acciones propias, el desarrollo de una visión estratégica, marcar y cumplir objetivos y estar motivados para triunfar.

Expresión cultural

Comprende una apreciación de la importancia de la expresión de ideas de forma creativa en una serie de medios de expresión, incluyendo la música, la expresión corporal, la literatura y las artes plásticas.

4. LAS COMPETENCIAS BÁSICAS EN LOS CENTROS EDUCATIVOS ESPAÑOLES.

4.1. INTRODUCCIÓN.

La nueva definición del currículo fijada por la LOE5 incorpora el término “competencias básicas” reordenando el sistema educativo y vertebrándolo alrededor del principio de la diversidad. La incorporación de un nuevo elemento prescriptivo obliga a modificar el formato que habían adoptado los diseños curriculares desde la LOGSE y supone asimismo una modificación de los currículos reales de los centros docentes.

Esta decisión, como es de suponer, presenta ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas se podría incluir la necesidad de potenciar el trabajo en equipo del profesorado y enfocar sus enseñanzas hacia situaciones reales6. Entre los inconvenientes se destaca el aumento de la complejidad en los diseños como consecuencia de la incorporación de un elemento nuevo que está destinado a facilitar la integración del resto.

El valor educativo de la incorporación de las competencias básicas en el currículo dependerá de tres decisiones: en primer lugar, del modo en que se establezca la relación entre las competencias básicas y el resto de los elementos didácticos que hasta el momento se habían considerado prescriptivos (objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación); en segundo lugar, dependerá de como se defina el desarrollo del currículo en los centros educativos; y, en tercer lugar, dependerá del modo en que las competencias básicas se vinculen a las evaluaciones diagnósticas de los aprendizajes previstos por la LOE.

Con el nuevo enfoque de competencias, ya no será suficiente con los aprendizajes formalizados en el entorno escolar, sino que habrá que plantear actividades y proyectos en los cuales el alumno con iniciativa se enfrente a situaciones, resuelva problemas, construya cosas reales utilizando los conocimientos y habilidades adquiridas, tanto en el medio escolar como en el sociocultural.

En la nueva sociedad tecnoinformática importan la disposición personal y las experiencias vitales previas y los compromisos futuros del alumno, así como sus capacidades (valores, conocimientos, habilidades). El éxito o fracaso se expresan (y se expresarán) en términos de integración flexible o marginación.

4.2. COMPETENCIAS EN LA LOE

En la LOE, el término competencia, se refiere a la organización y legislación educativa, utilizado como capacidad o posibilidad de actuación específica atribuida a un organismo (competencias normativas y de ejecución de las Comunidades Autónomas, Art. 83.3) o a un órgano, como el Consejo Escolar (Art. 127) o al Claustro de Profesores ( Art. 129 ).

Asimismo, el término competencia (Art. 6.1 de la LOE) se refiere a un elemento del currículo ( junto con objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación), objeto de aprendizaje y desarrollo.

En el currículo de la LOE, competencias son aquellos “aprendizajes que se consideran imprescindibles, desde un planteamiento integrador y orientado a la aplicación de los saberes adquiridos”.

Su inclusión en el currículo obedece a las siguientes finalidades:

Integrar los diferentes aprendizajes incorporados a las diferentes áreas o materias.

Permitir a los estudiantes integrar sus aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos de contenidos y utilizarlos de manera efectiva cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y contextos.

Orientar la enseñanza, permitiendo identificar los contenidos y los criterios de evaluación que tienen carácter imprescindible.

Las áreas y materias que forman el currículo tienen como objetivo que todos el alumnado alcancen los objetivos educativos y, consecuentemente, adquieran las competencias básicas. No obstante, no existe una relación unívoca entre la enseñanza de determinadas áreas o materias y el desarrollo de ciertas competencias.

Cada una de la áreas contribuye al desarrollo de diferentes competencias y, a su vez, cada una de las competencias básicas se alcanzará como consecuencia del trabajo en varias áreas o materias. La incorporación de las competencias básicas en los diseños curriculares puede transformarse en un factor de mejora de los currículos reales de los centros educativos. Y la mejor fórmula para alcanzar este cambio es la de combinar reformas y mejoras. Son muchas las acciones que se habrán de desarrollar hasta lograr que las oportunidades abiertas por las competencias básicas puedan contribuir a la mejora de los centros educativos. Habrá que profundizar sobre la formulación y selección de las tareas escolares, sobre la relación entre tareas y competencias, sobre la capacidad integradora del currículo que pueden llegar a tener las competencias básicas, o sobre la relación entre competencias básicas y el compromiso educativo escuela-familia.

Se entiende por competencias básicas aquellas que debe haber desarrollado cualquier alumno al finalizar la etapa de enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de toda su vida. Es necesario resaltar el carácter básico de las competencias que se han incorporado al currículo. Es decir, reflejan lo qué debe saber y saber hacer un individuo al finalizar la enseñanza obligatoria, para garantizar que al término de la misma todos los jóvenes hayan adquirido aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles para su realización personal, inclusión social y ciudadanía activa, así como para prepararlos para la vida adulta y el aprendizaje permanente.

Las competencias básicas no son independientes unas de otras, sino que están entrelazadas. Algunos de sus elementos se complementan, se entrecruzan, abordan perspectivas complementarias. El desarrollo y la utilización de cada una de ellas requiere a su vez a las demás.

4.3. COMPETENCIAS BÁSICAS Y ORGANIZACIÓN DEL CURRÍCULO.

El desarrollo de las competencias es responsabilidad del sistema educativo y, por tanto, de los centros considerados en su conjunto. De acuerdo con lo dispuesto en la LOE, las competencias forman parte de las enseñanzas mínimas de la educación obligatoria, junto con los objetivos, los contenidos y los criterios de evaluación de cada área o materia. Por lo tanto, no sustituyen ninguno de los elementos que tradicionalmente se han considerado en el currículo, sino que se plantean desde un enfoque más integrador, reformulando estos elementos y orientándose “al para qué” en la educación de nuestros estudiantes.

Las competencias básicas coexisten en el currículo con otros elementos, y por tanto, los Reales Decretos que establecen los currículos no se organizan en términos de competencias, sino que mantienen la organización del currículo en objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación, organización a la que se incorporan las competencias básicas que deben alcanzar los alumnos como un referente que sirve para priorizar y globalizar los anteriores elementos del currículo.

Medios para desarrollar las competencias básicas

En el aula

En el centro

-Las áreas y materias del currículo contribuyen a desarrollar diferentes competencias y cada competencia se alcanza a través del trabajo en varias. Algunas tienen un carácter más transversal.

-Metodología: la forma de enseñar no es indiferente: favorece o dificulta la adquisición de las competencias: potenciando el saber hacer; seleccionando las actividades de aprendizaje; integrando conocimientos, destrezas y actitudes.

-Tutoría/orientación: formas de trabajo, imagen de uno mismo, relación con los demás.

-Normas de organización y funcionamiento.

-Actividades complementarias y extraescolares: utilización de los aprendizajes; integración de conocimientos; relación con otros.

-Uso de la biblioteca, aula de informática y otras instalaciones.

-Ampliar las oportunidades educativas del alumnado y facilitar el desarrollo de proyectos personalizados.

-Mayor colaboración con las familias.

En el marco de la propuesta realizada por la Unión Europea, el currículo de la LOE recoge las siguientes ocho competencias básicas:

Competencia en comunicación lingüística.

Competencia matemática.

Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.

Tratamiento de la información y competencia digital.

Competencia social y ciudadana.

Competencia cultural y artística.

Competencia para aprender a aprender.

Autonomía e iniciativa personal.

Todas estas competencias básicas forman parte de las enseñanzas mínimas de la educación obligatoria, junto con los objetivos de cada área o materia, los contenidos y los criterios de evaluación. No sustituyen a los otros elementos del currículum, sino que los complementan y enriquecen planteando un enfoque integrador.

Es importante incluir en cada Área/Materia, junto a los elementos del currículo, una descripción de la contribución a la adquisición de las competencias básicas.

Dado que las competencias pueden aprenderse, pero no enseñarse de forma directa, el sistema de educación deberá centrarse, en lo que le es propio, esto es, el aprendizaje de valores, conocimientos específicos y habilidades.

En la siguiente tabla se recogen los cinco aspectos fundamentales de estas competencias: descripción de cada competencia y finalidad de la misma, conocimientos, destrezas y actitudes que la integran.

Tabla 1: Descripción de las ocho competencias básicas, recogidas del Anexo 1 del Real Decreto 1631/2006 de 29 de Diciembre de 2006 (BOE de 5 de Enero de 2007) por el que se establece las enseñazas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.

Competencia

Definición y finalidad de la Competencia

Conocimientos

Destrezas

Actitudes

Comunicación lingüística

Utilizar el lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación, interpretación y comprensión de la realidad.

Finalidad: expresar pensamientos, emociones, vivencias y opiniones, dialogar, formarse un juicio crítico y ético, leer y expresarse de forma oral y escrita , contribuyendo al desarrollo de la autoestima.

Está presente en la capacidad efectiva de convivir y de resolver conflictos.

Escuchar, exponer y dialogar, ser competente en la expresión y comprensión de los mensaje orales.

Expresar e interpretar diferentes tipos de discursos acordes a la situación comunicativa.

Dominar el lenguaje oral y escrito en múltiples contextos, y el uso funcional de, al menos, una lengua extranjera.

Comprender, componer y utilizar distintos tipos de textos: leer y escribir.

Habilidad para representar mentalmente, interpretar y comprender la realidad.

Comunicarse en lenguas extranjeras, favoreciendo las relaciones sociales.

Expresar adecuadamente las propias ideas y emociones, y aceptar y realizar críticas constructivas.

Favorecer la expresión oral o escrita, la lectura, la precisión en el lenguaje, y la confianza para saber expresarse correctamente en público y por escrito

Valorar las lenguas extranjeras para poder comunicarse y relacionarse con compañeros/as de otros países y conocer otras culturas.

Matemática

Utilizar y relacionar los números, sus operaciones básicas, los símbolos y las formas de expresión y razonamiento matemático para resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y el mundo laboral.

Finalidad: interpretar y expresar con claridad y precisión informaciones, datos y argumentaciones, para seguir aprendiendo a lo largo de la vida. Cobrará realidad y sentido en la medida en que los elementos y razonamientos matemáticos sean utilizados para enfrentarse a situaciones cotidianas.

Conocer y manejar los elementos matemáticos básicos en situaciones reales o simuladas de la vida cotidiana.

Poner en práctica procesos de razonamiento que llevan a la solución de los problemas o a la obtención de información.

Aplicar principios y procesos matemáticos en situaciones cotidianas.

Seguir determinados procesos de pensamiento (inducción, deducción, etc.).

Identificar la validez de los razonamientos y valorar el grado de certeza.

Comprender una argumentación matemática y expresarse y comunicarse en el lenguaje matemático.

Disposición favorable y progresiva hacia las situaciones que contengan elementos matemáticos así como a su utilización.

Conocimiento e interacción con el mundo físico

Interactuar con el mundo físico para comprender los sucesos, la predicción de consecuencias y la actividad dirigida a la mejora y preservación de las condiciones de vida propia.

Finalidad: Esta competencia se refiere a ámbitos del muy diversos como: ciencia, salud, actividad física, consumo, tecnología, etc.

Desarrollar el pensamiento científico-técnico, planteándose preguntas, razonando sobre la experiencia, realizando inferencias, etc.

Considerar la importancia del uso responsable de los recursos naturales, la preservación del medio ambiente, el consumo racional y la protección de la salud como elemento clave de la calidad de vida de los seres humanaos.

Requiere el aprendizaje de conceptos básicos que permitan el análisis de fenómenos desde los diferentes campos del conocimiento científico, como las transformaciones y cambios que se producen en la naturaleza (sustancias, formas de energía…) y los efectos que pueden producir sobre las personas y el medio ambiente.

En relación con el propio cuerpo, conocer los beneficios de determinadas prácticas como el ejercicio físico, higiene, alimentación saludable y los riesgos del consumo de sustancias tóxicas.

Comprender y resolver problemas sobre el mundo natural y tecnológico

Mantener y mejorar la salud y la condición física propia.

Valorar el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico.

Usar responsablemente los recursos naturales, valorando la incidencia de la acción humana en la biosfera y mantener un régimen de vida saludable, rechazando el consumo de sustancias nocivas.

Tratamiento de la información y competencia digital

Consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar la información y transformarla en conocimiento.

Finalidad: Utilizar las TIC como elemento esencial para informarse y comunicarse. Se utilizará en procesos matemáticos, físicos, sociales, económicos o artísticos

Supondrá manejar estrategias para identificar y resolver problemas habituales de hardware y software. Permitirá aprovechar la información y analizarla de forma crítica mediante el trabajo personal autónomo y en grupo.

Requerirá el dominio de lenguajes específicos: textual, numérico, icónico, visual, gráfico y sonoro y conocer los soportes más frecuentes (oral, impreso, audiovisual, digital y sonoro) en los que la información suele expresarse.

Destrezas relacionadas con la búsqueda, selección, registro y tratamiento o análisis de la información, procedentes de fuentes tradicionales o de aplicaciones multimedia y a partir de ella realizar inferencias y deducciones de distinto nivel de complejidad.

Hacer uso habitual de los recursos tecnológicos disponibles para resolver problemas reales de modo eficiente.

Actitud positiva ante las TIC como una fuente de enriquecimiento personal y social. Interés por utilizar las TIC como herramienta de aprendizaje y de comunicación.

El tratamiento de la información y la competencia digital implican ser una persona autónoma, eficaz, responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información y las fuentes.

Social y ciudadana

Hace posible comprender la realidad social en que se vive, cooperar, convivir y ejercer la ciudadanía democrática en una sociedad plural, así como comprometerse a contribuir a su mejora.

Finalidad: Conocer la evolución y organización de las sociedades, sus logros y problemas, valorar el sistema democrático, así como utilizar el juicio moral para elegir y tomar decisiones, y ejercer activa y responsablemente los derechos y deberes de la ciudadanía.

Conocimiento y comprensión de los valores en que se asientan los estados y sociedades democráticas, con particular atención a los derechos y deberes reconocidos en las declaraciones internacionales, la Constitución española y la legislación autonómica.

Poseer habilidades sociales que permiten saber que los conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia, resolverlos con actitud constructiva y tomar decisiones con autonomía.

Entre las habilidades destacaríamos conocerse y valorarse, saber comunicarse en distintos contextos, expresar las propias ideas y escuchar las ajenas, ser capaz de ponerse en el lugar del otro.

El ejercicio de la ciudadanía implica disponer de habilidades para participar activa y plenamente en la vida cívica.

Demostrar comprensión de la aportación que las diferentes culturas han hecho al progreso de la humanidad.

Ejercer una ciudadanía activa e integradora y demostrar un comportamiento coherente con los valores democráticos.

Cultural y artística

Supone conocer, comprender, apreciar y valorar diferentes manifestaciones culturales y artísticas.

Finalidad: Implica poner en juego habilidades de pensamiento divergente y convergente, encontrar fuentes, formas y cauces de comprensión y expresión. Se trata de una competencia que facilita tanto comunicarse como percibir y enriquecerse con diferentes realidades.

Conocimiento básico de las principales técnicas, recursos y convenciones de los diferentes lenguajes artísticos, así como de las obras y manifestaciones más destacadas.

Tener conciencia de la evolución del pensamiento, de las corrientes estéticas, las modas y los gustos y su influencia en la vida cotidiana.

Se refiere tanto a la habilidad de apreciar y disfrutar el arte como a aquellas relacionadas con el empleo de algunos recursos de la expresión artística para realizar creaciones propias.

Implica una actitud abierta, respetuosa y crítica hacia la diversidad de expresiones artísticas y culturales.

Valorar la libertad de expresión , el derecho a la diversidad cultural, la importancia del diálogo intercultural y la realización de experiencias artísticas compartidas.

Aprender a aprender

Implica disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera eficaz y autónoma.

Finalidad: Mejorar en la capacidad de enfrentarse con éxito al aprendizaje autónomo. Implica tomar conciencia de que el aprendizaje tiene un coste, pero que éste es asumible y puede ser una fuente de competencia personal.

Esta competencia no se circunscribe a una disciplina sino que afecta al desarrollo del pensamiento, repercutiendo en aspectos personales y sociales.

Requiere el conocimiento de las propias capacidades (intelectuales, emocionales, físicas), del proceso y las estrategias necesarias para desarrollarlas.

Comporta tener conciencia de capacidades como la atención, concentración, memoria, comprensión y expresión lingüística.

Manejo de diversas estrategias y técnicas de estudio, de observación, de trabajo cooperativo, de resolución de problemas y de planificación y organización de actividades.

Habilidades para obtener información y transformarla en conocimiento propio.

Disponer de un sentimiento de competencia personal, que redunda en la motivación, la confianza en uno mismo y el gusto por aprender.

Curiosidad de plantearse preguntas, identificar y manejar diversas respuestas ante un problema para tomar decisiones críticas.

Perseverancia en el aprendizaje como un elemento que enriquece la vida personal y social.

Autonomía e iniciativa personal

Se refiere a la adquisición de la conciencia de aplicación de valores y actitudes como la responsabilidad, la autoestima, la creatividad, la autocrítica, así como la capacidad de aprender de los errores.

Finalidad: Capacidad de elegir con criterio propio y llevar a adelante las acciones propias responsabilizándose de ellas.

Tener una visión estratégica de los retos y oportunidades que ayuden a cumplir objetivos. Ser capaz de poner en relación la oferta académica, laboral o de ocio.

Proponerse objetivos , planificar y realizar proyectos con creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico.

Disponer de habilidades sociales para relacionarse, cooperar y trabajar en equipo.

Autoevaluarse, extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora al realizar actividades.

Actitud positiva hacia el cambio y la innovación de planteamientos, comprendiendo las oportunidades y afrontando los problemas para encontrar soluciones en los proyectos emprendidos.

Los alumnos serán más o menos competentes en cada una de las 8 competencias citadas en función de su personalidad e intereses, y de los aprendizajes adquiridos en el sistema educativo y en el entorno familiar y social. Resulta ingenuo pensar que todos los alumnos pueden adquirir todas las competencias en niveles similares. Cada alumno, presentará un perfil asimétrico en función del nivel diferencial de sus capacidades, así como de la intensidad y mantenimiento en el tiempo de sus motivaciones.

5. COMPETENCIAS BÁSICAS PARA ENSEÑAR

Este nuevo modelo de educación basado en las competencias básicas no será posible sin un modelo de profesor que sea lo más coherente posible con el mismo. Es preciso formarlo, crearlo y generar condiciones diversas que lo hagan posible. Habrían de afectar tanto a la formación inicial del profesorado, como a su formación permanente. Habría de contemplar tanto los aspectos cognitivos y competenciales (metodológicos), como los que atañen al desarrollo de otras competencias más sutiles como son las sociales, personales y emocionales.

Entorno a este tema Perrenoud (2004) identificó 10 competencias básicas que habrían de componer el perfil profesional del profesorado . El referencial seleccionado hace hincapié en las competencias consideradas prioritarias porque son coherentes con el nuevo papel de los profesores, las reformas de la formación inicial, la evolución de la formación continua y los retos de las políticas educativas. Es compatible con los ejes de renovación de la escuela: individualizar y diversificar los itinerarios de formación, introducir ciclos de aprendizaje, diferenciar la pedagogía, ir hacia una evaluación más formativa que normativa, dirigir proyectos de institución, desarrollar el trabajo en equipos de profesores y la responsabilidad colectiva de los alumnos, situar al alumnado en el centro de la acción pedagógica, recurrir a métodos activos, a la gestión de proyectos, al trabajo por problemas abiertos y situaciones problemas, desarrollar las competencias y la transferencia de conocimientos y educar en la ciudadanía.

Tabla 2. Diez dominios de competencias prioritarias en la formación continua del profesorado.

COMPETENCIAS DE REFERENCIA

COMPETENCIAS MÁS ESPECÍFICAS

1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje

Conocer los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje.

Trabajar a partir de los errores y los obstáculos en el aprendizaje.

Implicar a los alumnos en actividades de investigación y en proyectos de conocimiento.

2. Gestionar la progresión de los aprendizajes

Concebir y hacer frente a situaciones de problema ajustadas al nivel y a las posibilidades del alumnado.

Observar y evaluar al alumnado en situaciones de aprendizaje, según un enfoque formativo.

Establecer controles periódicos de competencias y tomar decisiones de progresión.

3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación

Hacer frente a la heterogeneidad en el mismo grupo-clase.

Practicar un apoyo integrado, trabajando con los alumnos con grandes dificultades.

Desarrollar la cooperación entre los alumnos.

4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje

Fomentar el deseo de aprender, el trabajo escolar y desarrollar la capacidad de autoevaluación del alumno.

Ofrecer actividades de formación.

5. Trabajar en equipo

Impulsar grupos de trabajo.

Afrontar y analizar conjuntamente situaciones complejas y conflictos.

6. Participar en la gestión del centro

Fomentar en el centro educativo la participación de toda la comunidad educativa.

7. Informar e implicar a los padres

Favorecer reuniones informativas y de debate.

Implicar a los Padres en la valoración de la construcción del conocimiento.

8. Utilizar las nuevas tecnologías

Explotar los potenciales didácticos de programas en relación con los objetivos de la enseñanza.

Utilizar los instrumentos multimedia en la enseñanza.

9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión

Prevenir la violencia en el centro educativo.

Luchar contra los prejuicios y las discriminaciones sexuales, étnicas y sociales.

Desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad y el sentimiento de justicia.

10. Organizar la propia formación continua

Saber explicitar sus prácticas.

Desarrollar un proyecto de formación común

Fuente: P. Perrenoud, 2004

6. ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS

A continuación se presentan algunas ideas a tener en cuenta para el desarrollo de las competencias básicas en el aula. No se exponen como un recetario, sino como cuestiones interesantes que puedan servir de ayuda. Incluso podría decirse que no se trata de ideas novedosas sino de actuaciones que todo docente conoce pero que es necesario recordar y plasmar en la programación de aula.

Propuestas de trabajo en el aula:

1. Tener el libro de texto u otro material como referencia principal pero no única.

2. Utilización de las distintas instalaciones del centro (laboratorio, biblioteca, aulas de informática).

3. Elaborar y presentar trabajos utilizando las TIC.

4. Manejar recursos educativos tales como Educarm en la Red u otros.

5. Recurrir con frecuencia a las noticias de actualidad: revistas, periódicos, videojuegos,…

6. Reducir todo lo posible las clases expositivas.

7. Realizar simulaciones.

8. Dar oportunidades para las discusiones.

9. Procurar la organización del conocimiento de forma sistemática, flexible y significativa.

10. Desarrollar actividades en idiomas extranjeros.

11. Seleccionar y resolver tareas variadas, relevantes para la vida, adecuadas a los objetivos que se desean y al currículo y que propicien la adquisición del máximo número de competencias.

12. Buscar siempre la aplicación de los contenidos a la vida cotidiana.

13. Sustituir aprendizajes memorísticos por aprendizajes con sentido (es decir, comprendiendo profundamente).

14. Enseñar a razonar, argumentar, crear, consultar diversas fuentes de información, etc.

15. Seleccionar libros de lectura obligatoria de divulgación y relacionados con el área o materia (como mínimo 2 o 3 por curso).

16. Pensar más en términos de aprendizaje que de enseñanza: ¿qué tipo de aprendizaje hace más competente al alumnado?

17. Trabajar de manera conjunta todo el profesorado en procesos, habilidades, actitudes comunes: orden mental, persistencia en la tarea, capacidad de observar, curiosidad, buscar explicaciones, argumentar, aplicar, planificar, reflexionar sobre lo realizado, etc.

7. ESTRATEGIAS EVALUATIVAS

En el rol del docente tradicional se plantea la evaluación como un elemento externo a la actividad de aprender. Se la ha considerado y se la considera, tanto desde las perspectivas cualitativas como cuantitativas, como un medio por el que valoramos un aprendizaje y, a partir de los datos obtenidos, se inician nuevos aprendizajes o, si es necesario, se realizan actividades de recuperación, de esta forma se resalta el componente punitivo del mismo dejando de lado el formativo, el orientador, etc.

A continuación presentamos algunas ideas a tener en cuenta para el desarrollo de la evaluación con la incorporación de las competencias básicas en el aula. Pretendemos con ellas, completar lo propuesto desde la legislación básica. Como en el epígrafe anterior no se pretende descubrir nuevas actuaciones sino hacer efectivas las mismas en el aula.

Propuestas de evaluación en el aula:

1. Evaluar la aplicación de los conceptos en varios contextos cercanos a los alumnos.

2. Trabajar previamente este tipo de enfoque.

3. Evaluación a través de las tareas utilizadas, empleando en ellas diferentes fuentes de información (trabajos del alumnado, exámenes, observaciones en el aula, entrevistas, etc.).

4. Aplicar los criterios de evaluación más adecuados para el nivel educativo en que se encuentra el alumnado.

5. Pruebas temáticas de evaluación: estímulo (texto escrito, gráfico, etc.) con preguntas (ítems) abiertas y cerradas.

5.1. Características del estímulo:

- Describirán un contexto concreto.

- Presentarán enunciados de manera que despierten interés y motivación en los alumnos.

- Evaluarán uno o varios procesos.

- Darán pie a preguntas realistas y verídicas, se evitarán preguntas rutinarias.

6. La evaluación debe poner a prueba al alumno para que integre conocimientos y habilidades, suscite respuestas complejas y creativas, reorganice conocimientos adquiridos para afrontar problemas planteados, genere respuestas adecuadas a situaciones y simulaciones, etc.

7. Es preciso evaluar aprendizajes autónomos en escenarios diversos, poniendo los aprendizajes en situación.

8. Utilizar la modelización: visualizar en otros la competencia que el aprendiz quiere desarrollar para que los aprendizajes progresivos le vayan acercando al logro.

Por otra parte, las evaluaciones externas:

9. Aportarán valor como elementos de contraste a los agentes educativos.

10. Buscarán también integrar los aprendizajes escolares y socioculturales (internos y externos).

Hoy el aprendizaje y la evaluación deben tomar en consideración el desarrollo personal y académico del propio estudiante, es decir, sus expectativas, su niveles iniciales, sus estilos de aprendizaje, sus ritmos e intereses, sus necesidades y proyección futura, etc. Desde esta perspectiva, el reto de la evaluación es cómo debe plantearse para ser congruente con las teorías que se propugnan para un aprendizaje significativo y respetuoso con las peculiaridades individuales y culturales del alumnado y sus necesidades.

Tabla 3. La evaluación del alumnado a la luz de las actuales concepciones sobre el aprendizaje.

TEORÍAS DEL APRENDIZAJE

IMPLICACIONES PARA LA EVALUACION

El conocimiento es algo que se construye. El aprendizaje es un proceso de creación de significados a partir de la nueva información y de los conocimientos previos. Es un proceso de transformación de las estructuras cognitivas del estudiantes como consecuencia de la incorporación de nuevos conocimientos

1. Promover acciones evaluativas que ponga en juego la significatividad (funcionalidad) de los nuevos aprendizajes a través de su uso en la resolución de problemas, aplicación a distintos contextos, en la construcción de nuevos conocimientos.

2. Evitar los modelos memorísticos en los que sólo se pone de manifiesto la capacidad para reconocer o evocar.

3. Promover actividades y tareas de evaluación que tengan sentido para el alumnado.

4. Utilizar una gama variada de actividades de evaluación que ponga en funcionamiento los contenidos en contextos particulares y diversos. Lo importante es contextualizar, es decir, variar tanto cuanto sea posible los marcos en los que se evalúa.

5. Evaluar el mismo contenido con distintas técnicas: una actividad de evaluación es parcial en cuanto a la naturaleza y amplitud de relaciones del significado que explora, es previsible que el alumnado disponga de otras relaciones significativas que no quedan recogidas en el instrumento o procedimiento de evaluación.

Hay variedad en los estilos de aprendizaje, la capacidad de atención, la memoria, el ritmo de desarrollo y las formas de inteligencia.

1. Promover distintas formas de evaluación y tareas alternativas donde el estudiante pueda elegir.

2. Dar oportunidades para revisar y repensar.

3. Proporcionar diferentes “tempus” de evaluación, si fuera necesario, negociándolo con el alumnado.

4. Utilizar procedimientos que permitan al estudiante aprender a construir su forma personal de realizar el aprendizaje, a manejar autonómicamente procedimientos de evaluación y corregir los errores que pueda detectar.

Las personas tienen una ejecución mejor cuando conocen la meta, observan modelos y saben los criterios y estándares que se tendrán en cuenta.

1. Promover que el estudiante haga suyo los objetivos del aprendizaje y los criterios que se van a utilizar para evaluarlos.

2. Proporcionar una amplia gama de modelos de ejemplo sobre trabajos de los alumnos y discuta sus características.

3. Hablar sobre los criterios que se utilizan para juzgar la ejecución y los estándares de logro.

Se reconoce que el conocimiento y la regulación de los propios procesos cognitivos son la clave para favorecer la capacidad de aprender a aprender. Es importante saber manejar su propio proceso de aprendizaje.

1. Promover la autoevaluación, que el estudiante piense acerca de cuánto aprende bien/mal, cómo establecer metas y por qué le gusta o no hacer ciertos trabajos.

2. Estimular procesos de coevaluación entre el profesorado y el alumnado y entre estos entre sí.

La motivación, el esfuerzo y la autoestima afectan al aprendizaje y al desarrollo de la persona

1. Atribuir los fracasos y los éxitos o las razones temporales y externas a factores internos y perdurables.

2. Establecer relaciones entre el esfuerzo y los resultados.

3. Valorar el error como un paso necesario para el aprendizaje.

4. Que en las pruebas de evaluación se presenten situaciones lo más parecidas posible a la realidad y que tengan sentido para el discente. De igual forma que sirvan para futuras proyecciones.

5. Incorporar, de manera natural, tareas de evaluación durante el proceso de enseñanza-aprendizaje que puedan servir al estudiante para tomar conciencia de lo que ha aprendido y de las dificultades o lagunas que todavía tiene.

El aprendizaje tiene aspectos sociales. El trabajo en grupo es valioso.

1. Favorecer trabajos de evaluación en grupo.

2. Organizar grupos heterogéneos para que el intercambio entre estudiantes sea más rico.

3. Dar importancia tanto al producto como a los procesos de los grupos solicitando al estudiante su valoración.

4. Facilitar que el estudiante asuma distintos papeles en las evaluaciones de grupo.

5. Plantear la evaluación en grupo cuando la situación de se trata se asemeja a situaciones de la vida real

Fuente: Cabrera, 2001.

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