Como Procurar El Cumplimiento De Las Leyes En Honduras

Ha sido un proceso lento y dificultoso el que ha atravesado la humanidad para llegar al punto en que nos encontramos actualmente; vivimos en un mundo que, a pesar de todo, hay mayor igualdad, donde no solo se respetan los derechos humanos sino que se reconocen, lo cual es un gran avance en comparación con nuestra civilización de hace mil años donde no había mas ley que la que el rey o el emperador impusieran.

El ser humano de hace miles de años, ese ser humano que estaba en sus primeras etapas de evolución y por lo tanto, era primitivo, no había siquiera desarrollado por completo sus habilidades para comunicarse entre ellos mismos y estaba muy distante de inventar el método de la escritura y la expresión artística. Sin embargo, aún que eran seres primitivos que todavía no tenían pensamientos existenciales y filosóficos, que solo se preocupaban por la caza para el alimento y el abrigo para su supervivencia, que no pensaban como seres individuales sino de manera colectiva, aun en aquel entonces existían normas y leyes, aunque no fueran escritas y no se llevara a juicio si estas se irrumpían, sobre las modalidades que debían seguir para poder seguir perteneciendo a esa comunidad.

A medida que fuimos evolucionando y empezamos a vivir de manera organizada como sociedad, comenzó la transformación que siglo tras siglo nos llevó a la estructura y organización social de la que formamos parte en la actualidad. Si bien nuestro sistema no es, ni por cerca, perfecto, sí es mejor que el que teníamos hace mil años o hace trescientos años.

Nuestro régimen en la actualidad consta de normas y leyes por las cuales nosotros como sociedad nos guiamos y tomamos como pautas de conducta que debemos adoptar e implementar para ser aceptado por los demás miembros de la sociedad. El ser humano es un ser social y estudios científicos han demostrado que necesitamos de la interacción social para poder desarrollarnos correctamente, sin embargo, no todos queremos regirnos bajo las políticas impuestas en esta sociedad controlada y planificada.

El hecho que vivamos en una cultura donde se han alcanzado reconocimientos sobre igualdad de géneros, derechos humanos y laborales, consciencia sobre el cuidado del medio ambiente, respeto a la mujer, prohibición a la explotación infantil y abolición de la esclavitud, entre otros, no significa que comprendamos correctamente por qué razón debemos y no debemos regirnos bajo las leyes impuestas por nuestra sociedad.

Una ley, no importa si el gobierno o el sistema dice que es necesaria y obligatoria, tiene validez para nosotros solo si nuestras normas morales y nuestra ética coincide con dichas leyes. Una ley no puede tener sentido para nosotros si no concuerda con nuestros propios valores, moral y ética; es aquí donde surge el problema de si la ley impuesta por el sistema gubernamental está siendo fiel a sus creencias e ideología, porque si no lo es, ¿deberíamos seguirla igualmente?, ¿o no?

Primero, debemos tener en cuneta que una ley no busca tener coincidencia con la moral de cada individuo, sino que se apega a los derechos e intereses colectivos de una sociedad, por lo tanto, la ley es un ente mediador que busca juzgar con parcialidad las situaciones, para que los seres humanos podamos vivir de manera civilizada.

Para que la sociedad cumpla las leyes de un gobierno tiene que empezar con la educación de los individuos. Sin duda la educación en derechos humanos es la vía más racional y prometedora para aprender y tomar conciencia acerca de los valores y principios que enaltecen la dignidad del ser humano, destacar la importancia que han adquirido para regular de mejor forma las relaciones del Estado y la sociedad, comprender de qué manera los derechos humanos se han transformado en una fuente de inspiración para construir

respuestas adecuadas a la creciente complejidad sociopolítica, a los continuos cambios sociales, a las nuevas demandas que se exigen al sistema educativo y determinar las responsabilidades que corresponden al Estado en este escenario.

Desde la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se produce una respuesta educativa, de un lado porque el derecho a la educación forma parte del propio articulado de la Declaración y, de otro, porque la implantación universal de los derechos humanos queda vinculada a la acción educativa de los mismos. La formación en derechos humanos ha adquirido un carácter trascendentemente

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