Construyendo una nueva cultura de agua

CONSTRUYENDO UNA NUEVA CULTURA DE AGUA

Sin el agua no hay vida, sin el agua nada somos

¿Qué pensamos sobre el agua?

En el enfoque actual sobre el tema de agua y de su uso, en el mundo encontramos sobre todo dos visiones: la mercantil y la social.

Cada visión plantea diferentes medidas para enfrentar la crisis del agua que tiende a agravarse cada vez más; debemos considerar el verdadero valor, por un lado el valor del agua como derecho humano fundamental, el valor del agua como elemento de la sustentación ecológica, el valor del agua como elemento de la cultura de nuestros pueblos, el valor del agua como elemento productivo, en consecuencia es solo sobre la última dimensión de los valores del agua que se podría poner un precio porque hay un trabajo humano involucrado y es en realidad el trabajo humano lo que hace medible, comparable y comerciable a una cosa.

Beatríz Ríos Huarcaya “Regidora de medio ambiente” al visitar la Micro cuenca Chimbao pudo observar que en este último año la laguna Zorajocha se ha secado, por lo tanto manifiesta que se debe trabajar en conjunto con el Gobierno Regional, Gobiernos locales, con las instituciones ONG, autoridades comunales con el fin de proteger las fuentes de agua, nos dice que deben sembrar plantas que ayuden a que haya más agua para que no se produzca el mismo problema como el de la laguna Zarajocha la cual atraviesa por una sequía inmensa.

LA CULTURA DEL AGUA EN EL AMBITO RURAL Y URBANO DE APURÍMAC

Las poblaciones que habitan en la región Apurímac reconocen el papel esencial del agua a través de sus manifestaciones culturales y de su cosmovisión, el agua está en sus mitos de origen y en el centro de sus rituales y creencias que dan sentido a toda su vida. Las fiestas de todos sus santos; al principio de esta estación anual de las lluvias y de las principales siembras anuales y el carnaval en plena estación de lluvias se convierten en las dos grandes celebraciones anuales del agua.

El agua es perseguida como la sangre de la madre tierra, es la fuente que da y genera vida, en resumen recogiendo estas sabidurías el agua para estas poblaciones es como un ser viviente el que se puede criar, con el que se puede hablar y compartir como con los demás seres vivos y humanos.

Según el integrante del Comité Agroecológico Trulipata Jaime Alzamora Barrios manifiesta que el agua que ellos consumen no abastece para satisfacer sus necesidades, por lo que construyen pequeños pozos como reserva de agua.

Otra opinión de William Murrugara Solís Presidente del Comité de Regantes Trulipata señala que obtienen beneficio de los ríos ya que su agua es utilizada para el regadío, consumo de animales lo cual les permite mejorar su calidad de vida, debido a que su producción puede sacar al mercado.

En las áreas rurales la gestión del agua se realiza según los usos y costumbres de las comunidades en base a sus propios mecanismos de distribución y retribución, en la mayoría de los casos sigue teniendo problemas por la escases del agua y un manejo técnico inadecuado y sacar el máximo provecho de la poco agua disponible.

Yuri Carrión Meles Trabajador de la Empresa Municipal de Servicios indica que en la laguna Rontoccocha de la provincia de Abancay cuya altitud es de 4350 m s.n.m en la que realizan una constante limpieza y monitoreo para conocer el nivel de salida y bajada de caudal a la ciudad de Abancay, por lo que esta agua utilizan para el consumo de los moradores.

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¿Cómo está la situación del agua en Apurímac?

El 90% del terreno apurimeño está en los Andes (Nevado Ampay), estas zonas tienen fuertes deficiencias de agua, constituyéndose en las más vulnerables en los efectos del cambio climático. Podemos decir que estamos perdiendo la cultura por el agua y por el medio en general.

En el Cañón del río Apurímac persisten viejos patrones basados en la clásica explotación convencional donde nos creemos dueños de todo, por lo que la crisis más que ser ambiental es una crisis de la sociedad, una crisis de gobernabilidad.

Jaime Pérez Salinas Coordinador del Proyecto de Desertificación y Sequía del Gobierno Regional de Apurímac en la sierra podemos decir que el recurso hídrico se ha venido administrando desde años inmemorables como una Organización Comunal, sin embargo los Comités de Regantes incluso no están reconocidos y aparte de eso no está bien definido la institucionalidad, la gobernabilidad del agua en nuestras comunidades, al mismo tiempo no se considera esa relación cultural que existe entre los comuneros, la gente y el recurso mismo.

Más allá de los factores naturales en nuestro país y la región Apurímac las dos principales dificultades para poder dar solución a tantos y tan graves problemas y poder lograr una mayor equidad y eficiencia en el acceso al agua; son la ausencia de una política y Plan Nacional de Manejo Sostenible de este recurso.

Maribel Guerra Motta Especialista en control de calidad de agua sugiere que debemos dar un buen uso al agua, ahorrando, reutilizar y reparando tuberías ya que de esta manera podemos tener más agua durante el día.

Con una legislación actualizada, coherente y concertada hacia una nueva cultura del agua, recordemos que las Naciones Unidas el 27 de Noviembre del 2002 en Ginebra declaran que el agua es fundamental para la vida y la salud, la realización del derecho humano disponer del agua es impresendible para llevar una vida saludable que respete la dignidad humana, es un requisito para la realización de todos los demás derechos humanos.

La nueva cultura del agua exige un enfoque integral que permite gestionar los ecosistemas acuáticos continentales identificando y tomando en consideración la multiplicidad de dimensiones ambientales sociales y económicas de los valores involucrados al igual que entendemos y asumimos que un bosque es más que un almacén de madera, tenemos que entender y asumir que ríos, lagunas, manantiales y humedales son mucho más que simples canales o depósitos de agua.

Monolito de Savwite- Curahuasi…. Hacia una Nueva Cultura del Agua

Sembrar, cosechar, criar el agua y concertar. La nueva cultura del agua exige nuevos enfoques de gestión interdisciplinaria y adecuadas instituciones públicas de gestión de cuencas. En algunos casos más allá de las fronteras territoriales promoviendo acuerdos e Instituciones Internacionales que la posibiliten. La nueva cultura

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