Corrupción, Elites, Democracia Y Valores.
manuel1819208 de Abril de 2015
2.960 Palabras (12 Páginas)342 Visitas
CORRUPCIÓN, ELITES, DEMOCRACIA Y VALORES
ENSAYO SOBRE LA FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN
A continuació oferim un resum d’un estudi sobre corrupció a les
democràcies liberals i la manera d’abordar-la científicament per estudiarla,
comparar-la i oferir camins de solució.
Corrupción, elites, democracia y valores
Ensayo sobre la fenomenología de la corrupción
1. Introducción y propósitos del presente ensayo
La Corrupción es un tema de investigación sumamente difícil de abordar. Es evidente que
resulta sumamente complicado recoger datos fiables y de manera sistemática sobre
actividades ilegales o producto de corrupción. Lo que conocemos de la corrupción suele
provenir de los escándalos más o menos publicitados por los medios de comunicación, de la
experiencia personal y de inferencias más o menos sustentadas en los dos primeros aspectos
mencionados. Como sostiene Steven Reed, un escándalo nos permite lanzar una breve mirada
bajo la superficie de la política a través de un incidente determinado que se convierte en
público por su tinte "corrupto", pero no existe motivo para pensar que los datos proporcionados
por los escándalos sean imparciales o estadísticamente representativos. Por ello, debe ser
tratada a partir de sus implicaciones fenomenológicas.
2. Aspectos de orden teórico
La Sociología Política comparativa aún tiene que alcanzar acuerdos unánimes sobre la
definición del concepto "corrupción", aunque, para fines del presente ensayo, seguiré el camino
trazado por Gibbons (1993) al identificar como corrupto todo comportamiento que, de
convertirse en conocimiento público, conduciría a un escándalo. Esta definición tiene en cuenta
las actitudes, e implica que un acto pudiera ser corrupto en algunas ocasiones y lugares, pero
no en otros. A menudo, la variación cultural entorpece los estudios comparativos sobre la
corrupción: el comportamiento escandaloso en un país podría considerarse normal en otro.
La corrupción desde una perspectiva comparativa
Punto Indicadores Actitud
publica
1. Las autoridades se desvían de la ley en
aspectos menores para beneficiar a los amigos
Frecuente
2. Las autoridades aceptan obsequios como
muestra generalizada de buena voluntad
Muy
frecuente
3. Nepotismo en designaciones oficiales y
adjudicación de contratos
Frecuente
4. Las autoridades se benefician de decisiones
públicas a través de negocios complementarios
(sobornos políticos directos)
Muy
frecuente
5. Los clientes comprometen el voto de acuerdo
con las directrices del patrocinador
Frecuente
6. Los clientes necesitan la intervención de un
patrocinador para conseguir la «vía de
derecho» administrativo
Frecuente
7. Las autoridades esperan recibir obsequios
(comisiones ilegales) como requisito para
respetar «vía de derecho»
Frecuente
8. Las autoridades toleran el crimen organizado a
cambio de compensaciones
Frecuencia
desconocida
9. Los militantes cambian repentinamente su
fidelidad al partido por razones pecuniarias
Muy
Frecuente
10. Las autoridades y los ciudadanos ignoran
pruebas claras de corrupción
Muy
Frecuente
La tipología citada permite hacer más explícito el carácter subjetivo y volátil de la definición de
la corrupción. La corrupción blanca se emplea para referirse a prácticas que no son
reconocidas como corruptas ni por la opinión pública ni por las minorías. En otras palabras, la
corrupción está tan completamente integrada en una cultura que ya ni siquiera se percibe el
problema. En esta visión culturalista, lo que aquí es corrupción (por ejemplo en los Estados
Unidos) no lo es en otro sitio (por ejemplo en Francia). La corrupción negra tiene el mismo
consenso, pero al revés: todos, minorías y ciudadanos, están de acuerdo en estigmatizar
ciertas prácticas. El desacuerdo aparece en la opción gris: lo que unos definen como
corrupción, otros no lo consideran como tal. Es en este desajuste donde hay riesgo de que
aparezca el escándalo, en el choque entre las percepciones de unos y las prácticas de otros,
como ha ocurrido por ejemplo en el asunto de la financiación de los partidos políticos. La
opinión pública se ha conmovido por las prácticas poco ortodoxas de los partidos, mientras
éstos últimos trataban de justificarse invocando las necesidades de la vida democrática.
El neoliberalismo observa a la corrupción como una de las manifestaciones de los mercados
negros originados por el exceso de intervencionismo estatal. Cuanto más interviene el Estado,
más reglamenta y más fomenta la invasión de las burocracias, más riesgos hay de que se den
procedimientos y mercados paralelos, origen de comportamientos delictivos. Por el contrario,
los que no están convencidos de la perversidad intrínseca del Estado o de los méritos
evidentes del mercado, insisten en otro aspecto: el debilitamiento de la ética pública, la
deslegitimación del Estado como encarnación del interés general, la disolución de los valores
colectivos por la búsqueda del beneficio y la defensa de intereses egoístas y privados. Hay que
señalar, con relación a la definición dada por el Neoliberalismo, los siguientes aspectos:
a. Los mercados negros son Mercados Negros Internacionales. Estos implican la
realización de actividades totalmente ocultas; es decir, implican Corrupción Negra.
b. Los Mercados Negros no son los únicos productores de corrupción internacional,
también los son los organismos financieros internacionales, especialmente los
conocidos como Inversionistas Buitres; esto implica Corrupción Gris.
c. Por último, las grandes corporaciones que abren oficinas de representación local desde
la cual pactan con las elites, de manera privada y al margen del estado y del sistema
legítimo con la finalidad de ganar licitaciones, también implican Corrupción Negra.
Es obvio que la decrepitud del Estado contribuye definitivamente para la mantención de varios
tipos de corrupción. Pero este mismo Estado ha sido mantenido durante largo tiempo por la
elite como medio para impulsar sus planes de enriquecimiento ilícito. El Estado es el punto de
unión de lo público y de lo privado, utilizado por la elite, especialmente en los sectores en los
que el gestor público no está sometido a unas reglas totalmente obligatorias, para sostener un
sistema oculto.
Las relaciones de corrupción a nivel internacional son especialmente complejas en la medida
en que mezclan intereses privados legítimos (los de la empresa) o menos honorables (los de
los intermediarios) con los intereses de socios político – administrativos que pueden actuar en
nombre de los intereses públicos considerados legítimos (apoyo a la exportación, defensa de
intereses nacionales) o bien como partes directamente interesadas en el intercambio delictivo.
La multiplicación de los intercambios internacionales, ciertamente, contribuye a la prosperidad
mundial y al crecimiento de los países en desarrollo. Pero como establece Heidenheimer, "esta
evolución, más o menos positiva, se sitúa en un contexto político y comercial doblemente
insatisfactorio. Por un lado, estos intercambios económicos dan lugar, cada vez más, a una
verdadera guerra económica en la que los argumentos de venta no responden más que en
parte a las reglas del mercado: intercambios de contratos a cambio de protección militar o
política, comisiones, corrupción de los directivos de las empresas, de la administración o de las
minorías políticas. Además, por un efecto de boomerang, los corruptores occidentales se
convierten a su vez en corruptos al aceptar donaciones o aportaciones para sus campañas
electorales o incluso permitiendo que los que se han beneficiado con sus prebendas, les
paguen. La corrupción no es un camino de sentido único, de la empresa occidental corruptora
hacia los países compradores corruptos. Con frecuencia, con demasiada frecuencia, la
corrupción se practica en el seno de una compleja red en la que el intercambio corrupto es
multidireccional y sistemático".
Heidenheimer continúa diciendo que: "por otra parte, a diferencia de la situación que prevalece
en la mayoría de los Estados --por lo menos en el plano jurídico --el intercambio corrupto
internacional se desarrolla en un universo en el que el Estado de Derecho es más una loable
aspiración que una realidad. Sólo se puede reprimir la corrupción por medio de las
legislaciones nacionales. Aparte de que siempre es difícil probar el delito, es iluso esperar una
gran eficacia de la represión cuando a veces los dirigentes de más alto nivel están ellos
mismos en la primera fila de los actores de la corrupción".
Añade que "la internacionalización de los intercambios comerciales va acompañada por la
internacionalización de los
...