¿Cuántos inocentes colados sufrirían la pena de muerte?

¿Cuántos inocentes colados sufrirían la pena de muerte?

Según la Constitución Política de la República de Guatemala la pena de muerte podrá imponerse en el país siempre y cuando sea el último de los recursos para agotarse. Sin embargo, luego del análisis exhaustivo hecho por la Corte de Constitucionalidad salió a relucir que, no solo las personas que matan no entran en la aplicación de dicha disposición sino que se ejecutará en los casos de plagio, desaparición forzada y secuestro, cuando la consecuencia fuese la muerte de la víctima. Ahora bien, si según la constitución las personas que matan no pueden morir ¿qué validez tendría mantener la disposición vigente en las leyes guatemaltecas?

Existen sectores de la sociedad a favor de que se aplique en Guatemala la pena de muerte, pero si ya no recoge el sentimiento de “venganza” que buscan las personas que lo promueven, ¿cuál sería el punto de discusión?

El Presidente de la República, Jimmy Morales, se ha mostrado anuente al tema y ha aclarado que de aceptarse la pena de muerte en el Congreso, él aplicaría la ley tal cual. Sin embargo, la comunidad internacional no solo tiene acuerdos con Guatemala en ese aspecto sino que específica en el artículo cuarto de la Convención sobre Derechos Humanos que no permite que los Estados apliquen la pena de muerte en situaciones no contempladas en el momento de la ratificación. Esto quiere decir que hay un proceso contemplado de limitar o congelar el uso de la pena de muerte y de no expandir su aplicación.

Sí, el pueblo pide la pena capital pero no todos los sectores. La vida es un sentido al cual muchas personas se aferran e inclusive sobrevivientes del corredor de la muerte saben que incluso las personas culpables son dignos de “salvación”, como dice Ricky Jackson quién fue condenado a muerte por el sistema estadounidense por un crimen que no cometió en 1975.

En Guatemala, un sistema judicial que apenas arranca tras los últimos acontecimientos de corrupción y reformas que refuerzan su independencia y autonomía, no significa que errores garrafales en sentencias no se cometan actualmente. Esto quiere decir que, de reformarse leyes y hacer vigente la pena de muerte y que nuestro presidente no dé el indulto presidencial, a pesar que valores cristianos están a favor de la vida, que en Guatemala se aplique la pena capital no quiere decir que se resuelva el problema de violencia que afecta constantemente a la población.

Si bien morirían personas culpables, ¿cuántos inocentes colados se tendrían? El sistema estadounidense aún con años de desarrollo mucho mejor al guatemalteco se equivoca, hay que apelar al número de casos que en Guatemala son injustos y no solo eso en muchos casos si las personas que matan tienen poco respeto por la vida ¿cómo se pretende que tengan temor de la propia?

Apostarle a la vida va mucho más allá de la “venganza” social que personas buscan, hay que recordar que como expresa Ricky Jackson, “Una sociedad no debe ser juzgada por la forma en que trata a los mejores, sino mas bien en la forma en que trata a los peores.”

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