DESVENTAJAS DE LA LEY DE APOYO HUMANITARIA APROBADA DURANTE LA EMERGENCIA SANITARIA

DESVENTAJAS DE LA LEY DE APOYO HUMANITARIA APROBADA DURANTE LA EMERGENCIA SANITARIA

Una de las principales actividades afectadas durante los momentos más críticos de la pandemia, sin lugar a dudas fue el ámbito laboral, pues se decretó el cese de todas las actividades laborales en empresas públicas y privadas a excepción de aquellas que se dedicaran a la producción de alimentos, medicinas y otras que desarrollaran actividades estratégicas. Este decreto provocó el cierre de muchas plazas de trabajo, despidos intempestivos, baja de salarios mensuales, cambio de jornada laboral presencial a virtual.

Si bien las medidas admitidas en cada uno de los artículos de la Ley Humanitaria fueron aprobadas con el fin de precautelar la salud y bienestar de los ecuatorianos no se tomó en cuenta que la mayoría de la población no cuenta con los ingresos suficientes para lo que se venía en el futuro. Para marzo de este año se sabía que existe un 5.8% de personas desempleadas, 22,6% de personas subempleadas y 34% de la población posee un empleo adecuado. (Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2021). Lo que quiere decir que ahora muchas familias aún no logran recuperar su estabilidad tanto económica como laboral debido a la continua ola de contagios por Covid-19.

Una de las poblaciones que consideramos fue la que recibió el golpe más duro de esta enfermedad es aquella que se dedicaba a labores informales o trabajo ambulante, pues estas familias dependían exclusivamente de las ganancias generadas durante el día para solventar sus necesidades básicas, con el decreto de estado de excepción la gran mayoría de estas familias no tuvo ningún tipo de ingreso económico, a esto se le suma las cargas familiares que cursan la educación básica y superior, ya que si apenas conseguía el dinero suficiente para sobrevivir el día a día ahora el cambio de modalidad educativa que proponía el estado los obligaba a requerir de servicio de internet y de un celular o computadora.

Las consecuencias educativas las sufrieron todas las familias ecuatorianas que no contaban con servicio de internet ni mucho menos de una computadora, por lo que muchos niños también quedaron fuera de las actividades y clases educativas. Según datos del año 2013 solo el 18,1% de los hogares ecuatorianos poseen al menos 1 computador, el 86,4% al menos un teléfono, el 28,3% poseen acceso a internet de los cuales el 37% corresponde a la zona urbana y tan sólo el 9,1% de la zona rural posee internet en sus hogares. (Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2013)

Todo esto nos indica que durante la elaboración de esta Ley de Apoyo Humanitario no se tomaron en cuenta estos factores de importancia significativa puesto que un gran número de familias ecuatorianas no poseía antes de la pandemia los ingresos y las comodidades necesarias para vivir un cambio de normalidad tan drástico como el que nos llevó a vivir esta enfermedad, y que durante y hasta el día de hoy no han logrado estabilizarse, por lo que han tenido que recurrir a medidas desesperadas para sobrellevar todos los gastos adicionales por servicio de internet y de equipos tecnológicos, en el sector urbano talvez se ha logrado mantener la calidad de vida debido a la disposición reformatoria sobre la implementación del teletrabajo, pero en el área rural son pocas las personas profesionales que pueden acceder a esta forma de trabajo, la mayoría de la población se dedica a otras actividades como: agricultura, ganadería, servicio doméstico, etc. Por lo que sus ingresos bajaron significativamente debido a la falta de movimiento. A esto también se suma la falta de ofertas laborales para poblaciones de todas las edades ya sea por falta de experiencia, falta de un título profesional, poca actividad comercial de la empresa, reducción de recursos humanos, etc.

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