DIEZ PUNTOS PARA ENTENDER EL GASTO EDUCATIVO EN MÉXICO
adriana1221Ensayo16 de Agosto de 2021
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INTRODUCCIÓN
En los ultimo veinte años y a partir de la descentralización del sector educativo, se hizo necesario establecer las normas que regularan el gasto educativo, sin embargo, hasta ahora este panorama no ha cambiado de manera que se observe una mejor calidad, haciendo que el gasto sea ineficiente por una serie de factores entre los cuales se destaca el recurso obtenido por el gobierno federal, el obtenido por los gobiernos estatales e incluso por el sector privado.
Considerando esto, el presente resumen pretende dar con los puntos clave para entender cómo es el proceso del gasto educativo en México, lo que destaca de este y porqué hasta ahora no ha dado buenos resultados, dando así un análisis sobre cómo mejorar este gasto para volver un sistema eficiente al sector educativo.
DIEZ PUNTOS PARA ENTENDER EL GASTO EDUCATIVO EN MÉXICO
La educación es vista como un punto primordial para el buen desarrollo de la sociedad, es donde tendremos a los futuros profesionistas que mejorarán las condiciones de vida de cada uno de nosotros, sin embargo, en México aún no igualamos estos gastos con el de otros países, es decir, no invertimos tanto en el rubro educativo. Esto se puede entender en base a diez puntos claves:
El sistema educativo enfrenta importantes retos en términos de calidad y equidad, lo que amplía las brechas de rezago en el país.
De acuerdo a las naciones que conforman la OCDE, México está en último lugar en cuanto a aprovechamiento escolar se refiere, y en promedio el máximo grado escolar es la secundaria inconclusa, esto hace que el 50% de la población no se le facilite la lectura ni comprenda las habilidades matemáticas básicas, de hecho, en estudios recientes se mantiene que la mayoría de los estudiantes que cursan la secundaria, llegan con tal rezago que su nivel se compara a el de primaria.
Se observa una importante desconexión entre los altos niveles de financiamiento y los resultados educativos derivados de las ineficiencias en el ejercicio del gasto.
Esto se puede traducir a que el financiamiento educativo sigue siendo bajo, esto hace que varias áreas que requieren el financiamiento estén completamente desatendidas, pero se ha comprobado que aún si se elevara este gasto, no se puede saber si de verdad elevaría la calidad educativa ya que no hay manera de saber si este gasto se destina totalmente a la educación.
La mayor parte del gasto educativo se destina a gasto corriente, principalmente al pago de servicios personales.
México destina gran parte de su recurso a pagar sueldos de docentes, y considerando que se tiene exceso de personal dentro de los sindicatos, esto deja muy poco recurso para destinar el gasto a la infraestructura necesaria y a la
creación de nuevas escuelas. Esto no sería tanto problema si el gobierno pusiera las pautas para que estos docentes obtuvieran buenos desempeños y así solventar esos gastos, por lo tanto, no se sabe si en realidad los maestros dentro del aula estén obteniendo los mejores resultados en cuanto a calidad educativa, y así poder sancionar o retirar a los de bajo rendimiento, esto a su vez, haría que bajara el gasto en salarios, y subiera en mejoras educativas.
La actual estructura del gasto educativo plantea insuficiencias para financiar estructura, equipamiento, mantenimiento y operación de las escuelas y centros educativos.
Debido al gran gasto en salarios, esto hace que las escuelas operen con los recursos mínimos necesarios, inclusive, muchas de estas funcionan con recursos propios, algunas no cuentan con salones como tal, no tienen la ventilación adecuada, luz, bibliotecas, o hasta salones regulados, la mayor parte de los maestros de escuelas rurales tienen que verse en la necesidad de sentar a sus alumnos en mobiliario no equipado, ni siquiera pueden contar con pizarrones, trabajan en condiciones precarias, y esto sucede en todas las zonas del país.
La mayor parte del gasto público es financiado por el gobierno federal, mientras que los gobiernos estatal y municipal hacen aportaciones escasas o en diferente proporción.
Aunque la descentralización del sector educativo tiene ya 20 años y esto se refería a que el gobierno federal dejaría de destinar recurso a las entidades y cada una se encargaría de absorber ese gasto, la realidad es que aún en nuestros días absorbe mayormente esos gastos, los cuales no son equitativos en los estados, a unos destina más que otros, igualmente los gobiernos estatales no destinan ese recurso por igual, cada estado sabe en qué proporción hace llegar ese gasto a la educación. Los estados que aportan más recurso propio son: Baja California, Yucatán, Sonora, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato, entre otros.
No hay una redistribución clara de funciones entre órdenes de gobierno en materia de gestión y de uso de recursos.
Cuando se firmó el acuerdo en 1992 para descentralizar el sector educativo, el objetivo iniciar era deslindar al gobierno federal de las entidades para que ellas se hicieran cargo de sus propios gastos, sin embargo, esto hace que los estados no lleven un recuento transparente de cómo manejar esos gastos, además, parece ser que el gobierno federal sigue teniendo el mayor poder en las entidades y aún les dice cómo operar, lo que desemboca en una deficiente coordinación entre estos dos actores.
El uso de recursos educativos no está orientado a resultados y no se cuenta con los indicadores más básicos para valorar el efecto de este gasto.
Como las escuelas no están condicionadas a rendir cuentas, la mayoría entonces no arroja resultados, esto es un grave indicador de que existe ambigüedad para medir el desempeño, es aquí donde no existe una gestión si no hay un punto de partida donde gestionar. Si existiera información confiable, mejoraría la gestión, y por lo tanto, la calidad, no se puede contar algo en fracciones, si no sabemos la suma total de las partes. Por ello, México enfrenta retos como:
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