Diplomacia En RD
ElsaAr6 de Mayo de 2015
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LA DIPLOMACIA EN LOS AÑOS DE LEONEL FERNANDEZ Y LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO DE DANILO MEDINA
1.1 Gobierno de Leonel Fernández Reyna
Como presidente de la República durante el período 1996-2000, Fernández Reyna desarrolló una dinámica política exterior para rescatar a la República Dominicana de su aislamiento tradicional. En ese contexto, participó en foros internacionales de vital importancia, como son la Asamblea General de las Naciones Unidas, las Cumbres Iberoamericanas y Centroamericanas de Jefes de Estados y de Gobierno y la Cumbre de Las Américas. También visitó varias naciones de Europa, así como Japón y Singapur.
Como gobernante, reforzó los lazos dominicanos con los países del CARICOM y Centroamérica e integró la nación al Grupo de Río y de los países ACP (Países de África, Caribe y el Pacífico). En esa organización fue elegido presidente del año 2000. Bajo su mandato se concertó el Tratado de Libre Comercio con los países de CARICOM y Centroamérica.
En las reservas internacionales logró un incremento de US$200.9 millones en el nivel de reservas brutas y de US$268.8 millones en las reservas netas, en el período 1996-1998. Redujo la deuda externa de US$3,875 millones, monto total en junio de 1996, a US$3,507 millones, para una disminución de US$368 millones, que representa un descenso de 9.5%. En el período 1996-1999, los préstamos de la banca comercial dirigidos al sector privado se incrementaron de RD$34,861 millones a RD$65,271 millones, gracias al mantenimiento de la estabilidad en los índices económicos.
Tras la culminación de su gestión de gobierno en el año 2000, el doctor Fernández continuó sus aportes al desarrollo del país y de Latinoamérica, esta vez como presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), una institución sin fines de lucro dedicada al estudio de los temas vitales para el país y su contexto internacional, la elaboración de propuestas innovadoras de naturaleza estratégica, el diseño de políticas públicas, la mejoría de la calidad del debate nacional y la formación de los recursos humanos.
Leonel Fernández es considerado a nivel internacional como uno de los estadistas latinoamericanos en ejercicio más conspicuos en las palestras internacionales de debate politológico, Fernández, además de sus vínculos a la FUNGLODE, de la que es presidente honorario desde 2004 –año en que la fundación abrió una filial en Estados Unidos, la Global Foundation for Democracy and Development (GFDD)-, y al Centro Carter, desarrolla actividades, presta asesoría o posee membresía en: el Círculo de Montevideo; el Consejo de Jefes de Gobierno Libremente Elegidos, con sede en Atlanta, Georgia; la Junta Directiva de la revista Foreign Affairs Latinoamérica; el Diálogo Inter-Americano, con sede en Washington, DC; el Club de Madrid; y el Center for Strategic and International Studies (CSIS) de Washington, DC. Hasta su desaparición en 2003 estuvo asociado también al Dante B. Fascell North-South Research Center de la Universidad de Miami. En añadidura, preside desde 2000 el Club de Ejecutivos Estados Unidos-Caribe, tutelado por el CSIS, y desde 2002 la Asociación Dominicana de las Naciones Unidas (ANU-RD).
Ante un panorama de crisis matizada por la quiebra de bancos, devaluación del peso, alta inflación y tasas de interés, la pérdida de miles de empleos y la quiebra de cientos de negocios y empresas, el presidente Fernández opta por la Presidencia de la República para las elecciones del 16 mayo de 2004, en la que fue escogido nuevamente, con el 57% de los votos.
Con el desafío de resolver la crisis económica más aguda que haya experimentado la nación dominicana, el 16 de agosto de 2004 el presidente Fernández juró por segundo período. La firma de un Acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional para recobrar la disciplina fiscal, el control del gasto, la creación de nuevos empleos, el incremento de las reservas internacionales, la estabilidad macroeconómica, una activa presencia del país en los foros regionales; la firma de tratados comerciales; el fomento de la educación básica y superior; el respeto a las libertades públicas y los derechos humanos son logros tangibles del cuatrienio 2004-2008, que sirvieron de apoyo a su reelección con el 54 % de los votos en las elecciones del 16 de mayo de 2008.
Los últimos cuatro años de gestión del doctor Leonel Fernández, del 2008 al 2012, estuvieron basados en tres áreas fundamentales: manejo eficiente de la economía, construcción de grandes proyectos de infraestructura y sólidas relaciones internacionales.
El ex mandatario consolidó sus iniciativas con miras al fortalecimiento institucional del país en sus estructuras internas y vinculación a un esquema global que potencie su economía y posibilidades de desarrollo en todos los órdenes.
En lo concerniente al manejo de la economía, la gestión de Fernández logró que la República Dominicana mantuviera la estabilidad y el crecimiento con inflación controlada en medio de una crisis mundial sin precedentes, algo que ha llamado la atención de la comunidad internacional y lo ha hecho merecedor de múltiples reconocimientos.
Como resultado de su estrategia, Fernández también logró, en su tercer mandato, la aprobación de una reforma sustancial a la Constitución de la República, la cual fue proclamada el 26 de enero del 2010.
Entre las principales innovaciones que contiene el documento, se destaca la inclusión del artículo 7, el cual establece que la República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, lo cual significa que se funda en el respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos.
1.1.1 Política exterior
De igual manera, la administración de Fernández elaboró y ejecutó una efectiva estrategia con miras a fortalecer las relaciones internacionales del país y promover la inversión extranjera en la República Dominicana.
En ese tenor, la República Dominicana estableció relaciones formales con la República de Sudáfrica, la Federación de Rusia, la Autoridad Palestina, entre otros.
El ex gobernante también hizo valer su liderazgo internacional para servir de mediador y solucionador de crisis. En esta línea se enmarca su papel protagónico en la XX Cumbre de Presidentes del Grupo de Río, celebrada en Santo Domingo, en la que propició un reacercamiento entre los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela; Álvaro Uribe, de Colombia, y Rafael Correa, de Ecuador.
A lo anterior se añade su papel ante la crisis hondureña, cuando con la mediación del entonces gobernante dominicano, el nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, accedió a la salida del destituido mandatario de esa nación, José Manuel Zelaya, quien fue recibido como huésped en Santo Domingo.
Avances de gran importancia se vieron en la segunda presidencia, el aspecto más destacado de la política exterior de Fernández fue su provechosa asociación a la diplomacia petrolera de Hugo Chávez. Así, en junio de 2005 el mandatario asistió en Puerto La Cruz, Venezuela, al I Encuentro Energético de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe; allí, adoptó el Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe, a través del cual la República Dominicana se convertía en socio preferencial de Venezuela para el suministro de petróleo abaratado con facilidades crediticias o mediante el intercambio de mercancías. Fernández destacó la trascendencia de este convenio multilateral para la República Dominicana, país que no producía hidrocarburos, era un importador neto de energía y ya venía comprando a Venezuela la mayoría de los 165.000 barriles de petróleo que importaba para uso diario.
Por otro lado, en la II Cumbre de Petrocaribe, en Montego Bay, Jamaica, en septiembre del mismo año, Fernández firmó el convenio operativo de su país. Al suscribir Petrocaribe pero descartar cortésmente entrar en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), Fernández volvió a mostrar su lado más práctico, que le permitía aprovechar las ventajas económicas y energéticas que le ofrecía el generoso Chávez sin asumir ningún compromiso de alineación geopolítica, que en este caso conllevaría una militancia contra las estrategias librecambistas y de lucha antidroga con medios militares apadrinadas por Estados Unidos en el continente. Chávez, tan celoso en otros casos, no vio incompatibilidad en la simultánea participación dominicana en Petrocaribe y el CAFTA, y Fernández, que pensaba que América Latina debía trascender la disyuntiva entre "populismos y neoliberalismos", se congratuló por ello.
En cuanto a los tratos con Cuba, alcanzaron la excelencia al hilo de una relación personal con Fidel Castro en la que el viejo comandante se dirigía a Fernández, quien le confesaba su preocupación por el descontrol mundial de los movimientos especulativos de capital y materias primas, y sus enfoques críticos de las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán, con un afecto cuasi paternal.
Sin embargo, Fernández condujo el 7 de marzo de 2008 en Santo Domingo la XX Reunión del Grupo de Río , donde empleó sus buenos oficios para lograr la reconciliación entre Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa por un lado, y el colombiano Álvaro Uribe por el otro, protagonistas de un virulento cruce de acusaciones luego de retirar Caracas y Quito a sus embajadores en Bogotá en protesta por la incursión
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