Diplomacia

DIPLOMACIA

El contenido de esta nota trata de abordar esta problemática a través de dos principios de la diplomacia, que reviste distintas acepciones de acuerdo con el mayor o menor grado de inclusión de objetivos y prácticas que a través de ella se desarrollan.

Se podría decir que la definición más concisa acerca del concepto y sentido del término diplomacia es la aparecida en la Satow’s Guide, refiriéndose a que la Diplomacia es el empleo de la inteligencia y el tacto para la conducción de las relaciones oficiales entre gobiernos de Estados independientes; o más brevemente, la conducción de los negocios entre Estados por medios pacíficos.

En suma a esto, la diplomacia es un concepto con entidad propia y queda definido por rasgos como una actividad que utiliza la inteligencia y el tacto en la conducción de las relaciones exteriores de un Estado o bien asi una conducción realizada en forma pacífica; que cuenta con unos órganos especializados, que sigue unos procedimientos definidos y cuenta con la figura del diplomático como elemento esencial, aunado a esto trata de proteger los intereses del Estado y sus ciudadanos, y que requiere un auténtico conocimiento y una sólida información de la vida internacional.

La práctica diplomática se remonta hasta la Grecia clásica, dándose su evolución paulatinamente de acuerdo con el proporcional incremento de las relaciones internacionales, proceso que se intensifica en nuestros días. La importancia de la práctica diplomática radica en la versatilidad de las funciones desempeñadas por la figura de los embajadores residentes, cuyas funciones giran en torno a la generación de información fidedigna, la minimización de las fricciones potenciales y el fomento de las relaciones amistosas entre los Estados soberanos.

Podemos distinguir, afines prácticos, la práctica diplomática contemporánea en cuatro formas: la diplomacia bilateral, la d. ad hoc, la d. directa y aquella llamada multilateral.

Etimología y evolución de diplomacia

Un diploma era un documento oficial, “una carta de recomendación o que otorgaba una licencia o privilegio” remitida por la autoridad suprema de una entidad política soberana a las autoridades de otra, para informarles que el poseedor desempeñaba funciones de representación oficial y para solicitarles ciertos privilegios para el funcionario en la jurisdicción del destinatario. Dicho documento se caracterizaba por estar doblado, y en algunas ocasiones cosido4 en razón de que el contenido era una comunicación privada entre el remitente y el destinatario. El documento se entregaba doblado, y contenía una recomendación oficial –con ciertos poderes– para aquellos funcionarios que se dirigían a otro país o provincia de un Imperio. El portador del ‘pliego’ o diploma era ipso facto un diplomático. Siglos más tarde, en su tránsito por el francés y el inglés, el término diplomacia amplió su alcance a otras actividades que guardaban relación con el manejo de documentos oficiales entre soberanos. En Francia, la diplomacia hacía referencia a todos los documentos solemnes emitidos por las cancillerías, especialmente aquellos que contenían acuerdos entre soberanos.

Hay múltiples paradigmas (Pearson & Rochester, 2000) para explicar tanto las relaciones internacionales, como su historia pero se consideraran para este efecto idealismo, realismo, neorrealismo; realismo estructural y liberalismo en relaciones internacionales. Se toma en cuenta estos paradigmas ya que aparte de ser preponderantes son los más activos en

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