Diversidad Social Y Cultural
gose87030911 de Septiembre de 2013
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LA DIVERSIDAD SOCIAL Y CULTURAL COMO FUENTE DE ENRIQUECIMIENTO
Y DESARROLLO: ASPECTOS CONCEPTUALES
Elena Hernandez De La Torre
Universidad De Sevilla
Fac. Ciencias De La Educación
Dpto. Didáctica y O. Escolar
RESUMEN
La fundamentación y el razonamiento del principio de la diversidad humana es una
cuestión ineludible a la hora de plantearnos el respeto a las diferencias individuales.
Más allá de compromisos éticos y morales, entender la diversidad, la
multiculturalidad y la interculturalidad supone la puesta en marcha de un modo de
vida personal y de reflexión siempre basado en principios éticos de carácter moral,
por supuesto, pero de también de carácter ético, los cuales viven en simbiosis
como si de otra forma de entender el mundo se tratara.
Más allá de histerias sociales y colectivas también acerca de la benevolencia de
pensar en el respeto a las diferencias, en esta comunicación nos planteamos por
qué debemos aproximarnos conceptualmente a ese valor de la “diferencia” como
fuente de enriquecimiento y desarrollo más que como una fuente de racismo y
xenofobia que en nuestra sociedad afloran con demasiada frecuencia.
LA DIVERSIDAD HUMANA
El conocimiento de nuestro origen y de nuestra evolución acerca de la diversidad
humana nos lleva a situarnos en el grupo de los seres vivos como una especie
única e irrepetible. Podemos decir que nuestro grupo zoológico, es decir, los
homínidos, abarca, según las tesis actuales (Francás Portí ,1992), dos géneros:
uno, el Australopitecus; otro, que es el antecesor de los representantes actuales, el
Homo. El “Homo habilis”, por tanto, es el representante de nuestro género más
directo (Tobías, 1985) y ya en ese momento podemos decir que presentaba una
“cultura”, siendo muy probable que dispusiera incluso de un medio de
comunicación. Posteriormente apareció el “Homo erectus”, el cual descubrió el
fuego y que con ello dio paso al “Homo sapiens”, predecesor de nuestra especie.
Sin embargo la especie humana no ha permanecido invariable a lo largo del tiempo,
sino que un órgano denominado “cerebro” y la constitución de una “cultura” son los
determinantes del desarrollo de esta misma cultura y de la educación que hoy en
día poseemos.
Podemos hablar, por tanto, de dos formas de “hominización”. Una de ellas es la que
se denomina “biológica” y que posibilita la cultura, con la adquisición de los rasgos
propios de cada especie y el desarrollo del psiquismo, la conciencia reflexiva y la
inteligencia individual. Esta hominización es fruto de la herencia genética, supone
comportamientos innatos y constituye la base de la hominización cultural.
La otra es la que se denomina hominización “cultural” y conlleva comportamientos
adquiridos, quedando el paso de una a otra sin límites precisos. Fue impulsada por
el descubrimiento del fuego y la aparición de la conciencia reflexiva, posibilitadora
del lenguaje formal, el cual permitió la organización de la sociedad humana y la
aparición de la capacidad de imaginación, precediendo a la revolución neolítica que
dio lugar a la ganadería y a la agricultura.
Posteriormente fue la aparición de la escritura la que marcó un salto en la evolución
cultural, ya que se transmite a la siguiente generación un cerebro funcional y
potencialmente capaz de realizar aprendizajes (herencia genética), así como
aquellas cosas que tendrá que aprender (herencia cultural). En este sentido
Francás Portí manifiesta que “la cultura no se hereda a través de los genes, se
adquiere mediante el aprendizaje a partir de otros seres humanos” (1992).
A pesar de que desde el punto de vista de la sociología puede parecer que las
personas responden a muy pocos patrones determinados, sin embargo la realidad
es muy compleja, heterogénea y diversa, siendo una característica fundamental de
la antropología actual en su discurso el considerar los conceptos de “diferencia” y
“diversidad”.
La Diversidad Humana supone la adaptación del hombre a los distintos medios, y
de ahí proviene la definición de “cosmopolita”. Las poblaciones son distintas y cada
raza se adapta a su medio ambiente, tanto física como culturalmente. Es obvio, por
tanto, señalar, que actualmente la situación es de “diversidad total”, en palabras de
Levontin (1984): “Las diferencias entre seres humanos se desvanecen ante el
inmenso abismo que nos separa de los demás animales, incluidos nuestros
parientes más cercanos, los primates”.
La diversidad, por otra parte, es considerada como “una fuente de enriquecimiento
y de desarrollo” (Etxeberría, 1996), así donde hay variación y diversidad existe la
riqueza; mientras que donde no hay nada más que uniformidad o igualdad, la vida
se empobrece. La diversidad humana es muy amplia y se concreta, por tanto, en
infinidad de aspectos de tipo social y cultural (Alvarez Pérez y otros, 1998).
Esta diversidad es la que se observa en el campo educativo, y así descubrimos en
la escuela variables como el sexo, edad, clase social, raza, dotación, etnia, religión,
cultura, etc. La aceptación de estas variables para la integración de todos en la
escuela es fundamental si se tiene en cuenta esta “diversidad humana”, la cual
considera que la realidad la constituyen infinidad de grupos y sistemas que poseen
características diversas y se diferencian sustancialmente unos de otros.
Lo que se denomina “diversidad humana” se manifiesta en tres órdenes, esto es, el
orden biológico, el orden psicológico y el orden sociocultural y educativo. En cada
uno de estos tres órdenes, la diversidad humana adopta una serie de variables
(Pulido & Carrión, 1998):
a. Las variables de la diversidad humana biológica son variables naturales
b. Las variables de la diversidad humana psicológica son variables
pseudonaturales
c. Las variables de la diversidad humana sociocultural son variables
construidas históricamente
Al hablar de diversidad biológica estamos hablando de un hecho natural, es decir,
es un hecho ajeno a la actividad humana. Esta diversidad habría existido y existiría
aunque no hubiese una inteligencia capaz de captarla. En el mundo de los seres
vivos, la diversidad biológica es el producto y el instrumento de la evolución. En
este sentido, señalan Pulido & Carrión (1995) que “la expresión 'diversidad' designa
una realidad de la naturaleza, mientras que la expresión 'diferencia' designa una
realidad del pensamiento. Esto no debe entenderse como que el pensamiento no
forma parte de la naturaleza, sino que la realidad natural existe independientemente
del pensamiento”.
La diversidad en educación descansa sobre dos elementos básicos, esto es, la
“multiplicidad de inteligencias” y la “multiplicidad de aprendizajes” (Alvarez-Pérez y
otros, 1998). A la “multiplicidad de inteligencias” se accede a lo largo de un proceso
que fue evolucionando desde posiciones clásicas hasta las actuales, las cuales
señalan que cada persona posee unas características diferentes, y que el ser
humano posee una inteligencia factorial constituida por un conjunto de factores muy
relacionados entre sí que conforman el nivel intelectual del sujeto. Estos factores
serían los clásicos referidos a la memoria, razonamiento, comprensión, atención,
etc.
En la actualidad se impone el concepto de la multiplicidad cualitativa de la
inteligencia (Beltrán, 1995), en donde se concibe a la inteligencia como un
entramado complejo de tareas cognitivas que trabajan con cierto grado de
independencia entre si para abordar la resolución de un problema o tarea. Esta
tendencia se desarrolla desde un modelo factorial de la inteligencia cuyo
representante es Gardner (1995) con su planteamiento de inteligencias múltiples,
las cuales concreta en siete áreas: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical,
cinética corporal, interpersonal e intrapersonal. Otro autor que estudia la
composición factorial de la inteligencia es Sternberg (1993), con la “teoría triárquica”
de la inteligencia, la cual hace referencia a la existencia de tres inteligencias en el
ser humano, esto es, la componencial, la experiencial y la práctica. Todas ellas
tendrían un desarrollo independiente y al mismo tiempo interrelacionado para el
desarrollo del aprendizaje.
Realizar un análisis de la diferencia y hablar de ella es hablar, por tanto, de una
construcción cognitiva y de un aprendizaje acerca de y para la diversidad. Por lo
que “diferenciar consiste en percibir, reconocer y nombrar la diversidad. La
diferencia es la representación mental de la diversidad” (Pulido & Carrión, 1995).
DESARROLLO DEL CONCEPTO DE “DIVERSIDAD” SOCIAL Y CULTURAL:
UNIFORMIDAD VERSUS DIVERSIDAD
Para hablar de diversidad es necesario hacer una diferencia entre lo que significa la
uniformidad
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