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EL ANTIGUO ORIENTE, HISTORIA SOCIEDAD Y ECONOMÍA


Enviado por   •  17 de Abril de 2016  •  Documentos de Investigación  •  2.844 Palabras (12 Páginas)  •  536 Visitas

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MARIO LIVERANI. EL ANTIGUO ORIENTE, HISTORIA SOCIEDAD Y ECONOMÍA. CAPÍTULO 4.

‘REVOLUCIÓN URBANA’:

El lento desarrollo de la colonización agrícola, de las técnicas artesanales, el comercio a larga distancia y los centros ceremoniales abrieron paso a algo nuevo: en la Baja Mesopotamia, y sobre todo en el centro urbano de Uruk (período <>, c. 3500-3200; período <>, c. 3200-3000) se produjo lo que Gordon Childe[1] denominó la ‘Revolución urbana’. ¿Verdaderamente se trató de una ’revolución’? Dice Liverani que el término fue criticado, sin embargo, para él es acertado porque se trató de cambios que afectaron a todos los aspectos de la civilización (demográficos, ideológicos, socioeconómicos y tecnológicos) y que se dieron de una manera muy acelerada, casi como un ‘salto’. Tal es así que, toda la estructura de la civilización se transformó y se instauró una nueva manera de organización. Otra de las cosas que Liverani procura asegurarse antes de entrar a desarrollar en qué consistió esta ‘revolución urbana’ es de afirmar que este acontecimiento no fue posibilitado por factores primarios y derivados; que no fue, por ejemplo, el factor tecnológico el principal (por ejemplo la nueva organización de la explotación de los recursos) y el demográfico un derivado (por ejemplo la concentración urbana), o el organizativo el principal (por ejemplo la especialización laboral) y el demográfico el derivado. ¡No! ¡Nada de eso! El tipo aclara muy bien que la ‘revolución urbana’ se trató de un “…mecanismo de tipo sistémico, cuyos factores [Tecnológico, Demográfico, Organizativo] interaccionaron entre sí…”[2]  Entonces, empiezan a aparecer las características que implicaron esta ‘revolución’: Innovaciones tecnológicas. Concentración urbana[3]. Especialización laboral. En el interior de cada comunidad: Estratificación social. Formación de clase política dirigente. Papel sociopolítico de la ideología. Y en el marco de las relaciones exteriores: Estados ciudadanos. Estados comarcales. Estrategias de competencia por el acceso a los recursos y el control del territorio.

[Queda atrás la idea de comunidades en aldeas autosuficientes –en las que cada núcleo familiar podía, por ejemplo, extinguirse y esto no derivaba en consecuencias para las demás-. Es cierto que durante el Neolítico y el Calcolítico existían diferencias de grado –familias más ricas o numerosas que otras y, por tanto, aldeas más grandes y prósperas que otras. Es cierto también que existían especializaciones –de personas o comunidades enteras-, aunque más cierto es que estas especializaciones tenían un ‘carácter ocasional y distribución irregular’.]

La lógica es la siguiente: el desarrollo de innovaciones tecnológicas provocan el aumento de productividad agrícola que a su vez estimulan esas innovaciones tecnológicas. El aumento de la productividad asegura a las comunidades tener excedentes alimentarios gracias a los cuales pueden mantener especialistas a tiempo completo sin que estos tengan la necesidad de producir alimento para sobrevivir. Esto no puede suceder si no hay un ‘polo redistributivo central’. Entonces, se organiza, se sistematiza la separación entre producción primaria de alimento y técnicas especializadas, y se polariza esta separación. Se concentra a los especialistas en poblaciones proto-urbanas y se deja la tarea de la producción de alimento a las aldeas dispersas. Esta complementariedad entre poblaciones más grandes con especialistas y aldeas dispersas dedicadas a la agricultura pronto pasa a jerarquizarse: aldeas productoras de alimento estructuralmente tributarias de la ciudad que contiene a los especialistas y que ‘devuelven’ con productos especializados y servicios. Y si bien este mecanismo solidario y bidireccional supone organicidad y ventajas para el conjunto, son los especialistas los que en verdad poseen más prestigio.  De hecho, “…en el vértice del núcleo especializado y urbano se sitúan quienes desempeñan funciones administrativas (escribas, administradores, supervisores, etc.) y ceremoniales (sacerdotes)…[4]

DESIGUALDAD:

Hay una tendencia hacia la desigualdad. Las decisiones antes se tomaban dentro de cada núcleo familiar y ahora se toman jerárquicamente por individuos especializados, y afectan a todos, y deben ser aceptadas por todos –por convicción o coacción-.

GRANDES ORGANIZACIONES:

Como ya se dijo, la existencia de los excedentes desencadenó un nuevo ordenamiento social. ¡Ojo! No hay excedente si no hay un desarrollo especial de la producción agrícola. Ahora bien, como dice Liverani, “…la existencia de unos excedentes capaces de mantener las <> y a sus miembros especializados.[5] ¿Qué son estas ‘grandes organizaciones? En las ciudades hay algo que se identifica con lo que nosotros llamaríamos Estado: ‘grandes organizaciones’[6] (Templos –residencias divinas- y Palacios –residencias reales-) y en las aldeas no. En el Templo reside el ‘Jefe simbólico’ y se entra ahí para actividades de culto, en el Palacio reside el ‘jefe humano’, el Rey con su familia real y su corte. Esa diferencia entre Templo y Palacio no anula las afinidades: en ambos lugares se realizan actividades administrativas, y se acumulan  los excedentes en los que se basa el mecanismo redistributivo. En la ciudad, entonces tenemos un complejo formado por el palacio/templo, edificios complementarios especializados y las viviendas del personal dependiente (clero, administradores, mercaderes, artesanos y guardias) Eso se llama ‘sector público’ y en las aldeas está ausente.

ESPECIALISTAS Y PRODUCTORES:

Los especialistas no tienen medios propios de producción, trabajan con los del palacio y son mantenidos por el palacio mediante un sistema de raciones o mediante asignaciones de tierras. Por lo tanto, los especialistas son lo más selecto del estado, desde el punto de vista socioeconómico y político, pero jurídicamente y económicamente son <> del rey (o del Dios), y forman parte del estado en la medida en que son mantenidos por él y se benefician directamente del mecanismo redistributivo. En cambio, el resto de la población, formado por las familias de os productores de alimento, es <> en el sentido de que detenta sus propios medios de producción (tierras, ganado) y trabaja para su propio sustento; pero es tributario del estado, al que debe ceder sus excedentes alimentarios.[7]

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