EL MANDO, PIEDRA ANGULAR EN EL ORGANISMO MILITAR

                                EL MANDO, PIEDRA ANGULAR EN EL ORGANISMO MILITAR

                                                       El presente ensayo tiene como finalidad, exponer el cabal pensamiento y valiosas enseñanzas que André Gavet plasmó en su egregia obra “El Arte de Mandar”. Impregnado de profundo sentimiento cívico, el autor, ilustra en las dos partes del texto; lo que él titula como, el arte profesional del Oficial, “El Mando”. Describe en la primera parte del texto sus elementos, origen, carácter de autoridad, componente orgánico, procedimientos, subordinación y represión; mientras que, en la segunda parte de la obra explana acerca de: la función del ejército, fuerza del organismo, ejercicio del mando, carácter del oficial y la génesis del jefe. Cada uno de estos temas orientados a la búsqueda del correcto ejercicio del mando en un organismo militarizado.

Los temas principales de la obra son: el mando y el oficial, entendiéndose este último como “aquel que ha hecho profesión de mandar”, en base a esta premisa se van a desarrollar una serie de subtítulos concatenados y cohesionados entre sí, cuyo fin es guiar a los futuros oficiales por la senda correcta del cumplimiento de su deber para con la Patria. Mandar es gobernar; y solo un disminuido número de oficiales llegan a conseguirlo de una manera satisfactoria, logran este privilegiado estatus, aquellos quienes aplican de forma correcta y natural, las tres cualidades primordiales para la consecución del mando; la inteligencia, el carácter y la abnegación. Para quienes no, el autor los rechaza y denomina en todo momento como “portagalones” y su principal característica es ejercer el mando según sus inspiraciones y lucubraciones diarias, mezclándose en todo y obstruyendo de esta manera, la acción de sus subalternos, destruyendo la disciplina y desmoralizando su tropa aún sin ansías de hacerlo.

Sin lugar a duda aquel que tenga la dicha de impregnarse con las letras de esta aclamada obra, comprenderá las aspiraciones de Gavet al crearla, claro está, dentro del contexto de su época y su peculiar cosmovisión; en consecuencia, entenderá que la decisión más difícil para el oficial es entonces: hacer lo fácil o hacer lo correcto; generalmente, hacer lo correcto amerita mayor esfuerzo y sacrificio. Aquel que decida hacer lo fácil probablemente se convertirá en un “portagalones”; sin embargo, quien oriente todos sus esfuerzos en hacer lo correcto, seguro será un extraordinario oficial y por ende un magnífico líder. Finalmente resaltar que el presente ensayo va a enfocarse especialmente en dos capítulos de la obra literaria: El origen y carácter de la autoridad del mando y el organismo militar.

                                          ORIGEN Y CARÁCTER DE LA AUTORIDAD DEL MANDO

                                                                “Trabajar con el elemento más noble que existe en la naturaleza, demanda el compromiso de evitar el error, ya que un error, puede averiar la máquina perfecta, el SER HUMANO.” El oficial tiene la gran responsabilidad de cumplir con su deber nacional ejerciendo su autoridad de mando sobre seres humanos, el error conllevará al incumplimiento de su misión y peor aún, al desintegro de la confianza por parte de sus subalternos. El éxito del ejercicio del mando por parte del oficial, será el éxito de su tropa en general y no un mérito propio como se pensaría.

Al ejercer el mando sobre seres humanos el oficial debe contar con cualidades primordiales de un líder: la inteligencia, el carácter y la abnegación; de este tridente de aptitudes es menester resaltar la última, aquella fuerza pasional que permita al líder deslindarse de sus propias ambiciones y sobreponer el bien general de su tropa. Altruismo en su máximo esplendor, pues los oficiales son los servidores voluntarios e inteligentes del deber nacional, fuera de las filas un estado de alma incomprendido y calificado como patrimonio de pobres de espíritu, de los humildes, de los pobres diablos; cuan equivocada esta la gente que osa en pregonar semejantes barbaries. El ejercicio del mando goza de autoridad por ser la práctica misma del deber nacional, es la misión profesional del oficial; para ser llevado a cabo, el oficial debe predicar con el ejemplo y someter voluntariamente su actuar al deber nacional militar. Además que deberá ser eficiente en la práctica de este deber, en las condiciones más eficaces, por el personal que le ha sido confiado. Finalmente debe tratar humanamente a la tropa confiada, debe comprender que el único modo de salir victorioso en toda misión encomendada, es llegando al corazón de sus hombres, en un ambiente de confianza y justicia; ganándose su afecto, lealtad y respeto.

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