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ELESTADO DE DERECHO

ROSITANAVEZBLAS3 de Noviembre de 2013

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1. EL ESTADO

En primer lugar empezaremos por definir qué se entiende por Estado. La palabra estado, fue utilizada por primera vez por Maquiavelo en su obra El Príncipe para referirse a las formas políticas existentes en la Italia de aquel entonces. Con esta expresión se daba denominación a todas las formas política, ya sean estas republicanas, monárquicas o tiranas. En el acápite II de su obra, Maquiavelo señala: “Digo que en los estados hereditarios y ligados a la sangre son menores las dificultades que surgen para su conservación que en los nuevos, ya que basta tan sólo no pretender cambiar las órdenes de los antepasados, y después, saber contemporizar con los acontecimientos: de modo que, si el príncipe es normal en cuanto a capacidad, siempre se mantendrá en su Estado, si no surge una extraordinaria oposición que lo prive de él; y en caso de que lo sea, le será fácil reconquistarlo”

Tradicionalmente se define al Estado, como el conjunto de personas que ocupan un territorio, tienen un gobierno y tienen una organización jurídica. Raúl Ferrero lo define como “la colectividad Humana organizada políticamente sobre un territorio” El mismo autor, señala que los elementos del Estado lo constituyen El Pueblo, el territorio y el poder.

2. ORIGEN DEL ESTADO

Hablar del origen del Estado es un problema altamente complejo. Sin embargo, existen diferentes teorías que intentan explicar el origen del Estado, y que presentamos a continuación.

2.1. Teoría organicista.

Es una teoría según la cual el Estado es un organismo natural. Bajo esta teoría la sociología del Estado asume la forma de una biología social. Esta teoría podría ser simplemente rechazada como absurda si no fuese por la importancia política que posee. El propósito real de la teoría organicista, del cual muchos de los partidarios de tal teoría no parecen haberse percatado, en modo alguno es explicar científicamente el fenómeno del Estado, sino asegurar el valor de la institución política como tal, o el de un Estado en particular; confirmar la autoridad de los órganos estatales y acrecentar la obediencia de los ciudadanos. Otto Gierke, uno de los más distinguidos expositores de la teoría organicista, revela su propósito real cuando señala la significación ética de tal teoría. El conocimiento del carácter orgánico del Estado es "la única fuente de la idea de que la comunidad es algo valioso en sí mismo. Y sólo del valor superior del todo comparado con sus partes puede derivarse la obligación de los ciudadanos de vivir para ese todo y, en caso necesario, de morir por él. Si el pueblo fuese solamente la suma de sus miembros, y el Estado únicamente una institución al servicio del bienestar de los ciudadanos nacidos y por nacer, entonces el individuo podría, es verdad, ser constreñido a dar su energía y su vida por el mismo Estado. Pero no podría hallarse moralmente obligado a ello. La gloria de un elevado ideal ético, que ha transfigurado siempre a los muertos por la patria, se desvanecería de este modo. ¿Por qué el individuo habría de sacrificarse por el bienestar de otros que son iguales a él?". La obligación moral y jurídica del individuo de ofrendar su vida en ciertas circunstancias, es indudable. Pero también es indudable, en el mismo grado, que la tarea de la ciencia no consiste en asegurar el cumplimiento de esta o aquella obligación, mucho menos mediante la invención de una teoría cuya justificación única residiría en el hecho de que los individuos cumplirán mejor sus deberes para con el Estado si son inducidos a creer en tal teoría.

2.2. Teoría de la lucha de clases.

Esta tesis es sustentada por los representantes de la filosofía marxista, para quienes el estado es un instrumento para ejercer dominio y opresión por parte de la clase dominante sobre las clases dominadas, y así perpetuar su poder. Uno de los fundadores de esta filosofía, Federico Engels, lo fundamenta de la siguiente forma: “…el Estado no ha existido eternamente. Ha habido sociedades que se las arreglaron sin él, que no tuvieron la menor noción del Estado ni de su poder. Al llegar a cierta fase del desarrollo económico, que estaba ligada necesariamente a la división de la sociedad en clases, esta división hizo del Estado una necesidad. (…) Así, pues, el Estado no es de ningún modo un poder impuesto desde fuera de la sociedad; tampoco es "la realidad de la idea moral", "ni la imagen y la realidad de la razón", como afirma Hegel. Es más bien un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurar. Pero a fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna no se devoren a sí mismas y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del "orden". Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más, es el Estado.” Y finalmente sentencia: “Como el Estado nació de la necesidad de refrenar los antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo, nació en medio del conflicto de esas clases, es, por regla general, el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida. Así, el Estado antiguo era, ante todo, el Estado de los esclavistas para tener sometidos a los esclavos; el Estado feudal era el órgano de que se valía la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos, y el moderno Estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado…”

2.3. Teoría del contrato social

Esta teoría fue sustentada principalmente por Tomás Hobbes y Juan Jacobo Rousseau. Esta tesis parte por señalar que el Estado surge como producto de un contrato, de una convención celebrada entre los hombres libres y un hombre o grupo de hombres para que ejerzan el poder y gobierno sobre los primeros. “Es importante anotar que la hipótesis del pacto celebrado por los individuos conduce a Hobbes a legitimar el absolutismo del príncipe, en tanto que a Rousseau lo lleva a afirmar la soberanía popular”. En ambos casos el pacto social que da origen al Estado, tiene como finalidad regular la conducta de los hombres, aunque para Hobbes el hombre es un ser antisocial por lo que para regular su conducta necesita del temor. Tomás Hobbes lo fundamenta de la siguiente manera: “El único camino para erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, asegurándoles de tal suerte que por su propia actividad y por los frutos de la tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos, es conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea de hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a una voluntad. Esto equivale a decir: elegir un hombre o una asamblea de hombres que represente su personalidad; y que cada uno considere como propio y se reconozca a sí mismo como autor de cualquier cosa que haga o promueva quien representa su persona, en aquellas cosas que conciernen a la paz y a la seguridad comunes; que, además, sometan sus voluntades a la voluntad de aquél, y sus juicios a su juicio. Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello en una y la misma persona instituida por pacto de cada hombre con los demás, en forma tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos de la misma manera.”

Por su parte, Rousseau, sustenta su tesis en su obra El Contrato Social. Sostiene que en el origen, todos los hombres eran libres e iguales; pero los más fuertes se impusieron a los demás y crearon la propiedad privada conjuntamente con el predominio político. El primero que cercó un campo y dijo “esto es mío” fue el factor de la infelicidad humana. Por lo tanto dice que la sociedad civil se ha constituido por un pacto tácito acordado con el fin de proteger bienes y personas. Rousseau lo fundamenta se la siguiente manera: “Supongo a los hombres llegando a un punto en que los obstáculos que perjudican a su conservación en el estado de naturaleza logran vencer, mediante su resistencia, a la fuerza que cada individuo puede emplear para mantener dicho estado. Desde este momento, el estado primitivo no puede subsistir, y el género humano perecería si no cambiase de manera de ser. (…) Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes. Tal es el problema fundamenta, al cual le da solución el Contrato Social. (…) Por tanto, si se elimina del pacto social lo que no le es de esencia, nos encontramos con que se redice a los términos siguientes: Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y nosotros recibimos además a cada miembro como parte indivisible de un todo. Este acto produce inmediatamente, en vez de la persona particular de cada contratante, un cuerpo

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