ESENCIA DEL DERECHO
leonPOLO4 de Febrero de 2014
4.377 Palabras (18 Páginas)274 Visitas
Presos por siempre
Sociedad
Página: 20 - No.291 o descarga el PDF (0.79 MB).
Descargar PDF (0.79 MB).
El primer penal de cadena perpetua en México
Presos por siempre.
Un modelo único que ayudará a abatir los delitos de alto impacto, como secuestros, extorsiones y asesinatos múltiples, argumentan sus creadoras, las autoridades de Chihuahua. Una bodega de seres humanos sin ninguna esperanza de libertad, replican los críticos. El hecho es que pronto se echará a andar un penal con una característica sui generis: quien entre ahí sólo podrá salir muerto. Ya no habrá segunda oportunidad. Es la primera cárcel de cadena perpetua en México.
Las condiciones serán algo no visto antes en el país: los 501 internos vivirán para siempre en una celda de dos metros de ancho por tres metros de largo. Lo único que los acompañará será una cama, una taza de baño, una regadera y una pequeña mesa donde comerán solos cada uno de sus días restantes.
No podrán hablar con nadie y al único objeto o libro al que podrán tener acceso es a una Biblia. Pasarán 22 horas al día en soledad. Las rejas de sus celdas se abrirán dos horas diarias para ir a un balcón enrejado, llamado “asoleadero”. Pero estarán impedidos de salir a caminar o a practicar ejercicio alguno porque en su prisión no habrá áreas verdes ni espacios comunes.
No habrá jamás visita conyugal y cada 15 días tendrán derecho a una visita, de una hora, pero exclusivamente de familiares directos: nada de amigos o parientes en menor grado.
“Con ellos ya no podemos trabajar en reinserción porque ya no van a regresar a la sociedad”, dice el fiscal Eduardo Guerrero. Quien cruce su umbral ya no volverá al mundo..
Por Zorayda Gallegos
zgallegos@m–x.com.mx • @zogallegos
Ilustración: Marcos González
Cómo iba a saber Eunice Ramírez Contreras que la vida en realidad es un instante, que no importa si uno es de Ciudad Juárez, como ella, o de Pakistán; que a final de cuentas todo se reduce a ello. Que en un instante todo puede transformarse. No lo sabe, de hecho.
Así que ahora, en este octubre de 2012, la podemos ver desplegando de cuando en cuando uno de sus talentos. Maquilla a sus compañeras, les infunde un poco de belleza –tan escasa dentro de estos muros tristes y deteriorados– a fuerza de rímel y sombras. Dispone de poco tiempo para hacerlo, para recorrer el patio y para chismosear, pero no lo sabe.
El reloj vital de Eunice, una atractiva joven de 21 años, se ha detenido y dentro de poco ella no volverá a correr, a sentir la lluvia o la tierra mojada. No podrá casarse ni tener más hijos, llevarlos a la escuela o a pasear; tampoco podrá limpiar una casa que nunca tendrá; ni ir a misa, mucho menos al cine o al mercado. Jamás podrá, como le fascinaba hacerlo, admirarse en un espejo.
No hay mañana posible porque, aunque todavía nadie se lo ha dicho oficialmente, el próximo año vivirá para siempre en una celda más pequeña que la que ahora habita. Lo único que la acompañará será una cama, una taza de baño, una regadera y una pequeña mesa donde todos los días comerá sola.
En esa celda vivirá el resto de su vida. No podrá hablar con nadie y lo único a lo que tendrá acceso es a una Biblia. Pasará 22 horas al día en soledad, en eterno diálogo consigo misma. Durante dos horas al día se abrirán las rejas de su celda. Pero no podrá salir a caminar o a practicar ejercicio alguno porque en su prisión no existirán áreas verdes ni espacios comunes. Tampoco habrá oportunidad de usar sus manos para bordar, tejer o intentar cualquier otra manualidad.
Las autoridades de justicia de Chihuahua han decidido que no tiene derecho a nada de eso, que no puede readaptarse y que ya no habrá modo, en un hipotético futuro inexistente, de cruzar el umbral para regresar al mundo. Eunice ya no puede reinsertarse a la sociedad. No habrá segunda oportunidad. No la merece, argumentan, porque ella tampoco les concedió esa oportunidad a sus múltiples víctimas.
Así que Eunice vivirá de otra manera: en una medida necesaria para su proceso de “contención”, será sacada de su celda 120 minutos al día y llevada a una especie de balcón enrejado, llamado “asoleadero”, donde tendrá contacto con el sol que pueda colarse entre el concreto y el metal. Ese será su único acercamiento a la luz natural.
Tal vez ahí se pregunte, una y otra vez, cómo fue que determinó incorporarse a la banda de El Arqui, cómo fue que decidió, joven y guapa, empatar su trabajo de edecán y modelo con el de secuestradora.
Y aunque ahora está en prisión, puede ser que estos de octubre sean sus mejores días de encierro. Porque allá, a lo lejos, avanza rápidamente la construcción de esas 502 celdas, hileras de cuartos gélidos, minúsculos, en sombras, donde habitará gente como ella: presos condenados a vivir en una cárcel hasta que mueran.• • • • •
Eunice y otro medio millar de presos, hombres y mujeres, serán distribuidos en las 502 celdas de un modelo de reclusión único en México, denominado “área de alta seguridad para prisión vitalicia”, que se construye dentro del Cereso 1 de Chihuahua.
Es un modelo con un reglamento rígido y un sistema de ultra seguridad, más estricto que el de cualquier otro reclusorio del país, incluidos los de máxima seguridad, explica Eduardo Guerrero Durán, director de la Fiscalía Especializada en Ejecución de Penas y Medidas Judiciales de Chihuahua.
“Es un penal dentro del mismo penal, totalmente aislado, con bardas, torres de seguridad, comida especial y personal exclusivo para esa área. Tiene un centro de monitoreo y medidas de seguridad especiales”, detalla el funcionario en entrevista con emeequis.
El esquema está basado en los sistemas penitenciarios de Estados Unidos y los penales de máxima seguridad del gobierno federal: “Hemos tratado de hacer una homologación entre los dos sistemas y tomar lo mejor de cada uno de ellos y echarlo a volar”.
El área de prisión vitalicia se encuentra en construcción. Antes de que se iniciaran los trabajos, esta sección del Cereso 1 se componía de dos edificios rectangulares con una extensión de casi 600 metros cuadrados cada uno, donde actualmente están recluidos los internos más peligrosos y quienes recibieron cadena perpetua.
A la fecha existen 88 celdas de máxima seguridad y una zona de custodia, consultorio, jardín y un “asoleadero” para los sentenciados. Para edificar la “prisión vitalicia” se efectuarán algunas demoliciones y se construirán 501 celdas distribuidas en seis edificios –de tres niveles cada uno–, denominados módulos. En la planta baja y en el segundo nivel se localizarán 188 celdas, respectivamente; en el tercero habrá 125.
Cada uno de los módulos termina en los extremos con los llamados “asoleaderos”. En la planta baja habrá un área de detención, custodia, monitoreo, cocina y locutorios. El costo inicial de este penal vitalicio será de 228 millones de pesos.• • • • •
Eduardo Guerrero Durán –un hombre de cabello relamido y acento norteño– habla del proceso de reingeniería ejecutado en el sistema penitenciario de Chihuahua como el artista que diserta sobre su gran obra o el científico que detalla un experimento.
El fiscal conoce las cifras de memoria. No revisa información ni pide corroborar datos a su asistente, como lo hacen algunos funcionarios, y presume que están a un paso de obtener la certificación de la Asociación de Cárceles Americanas. “Vamos a ser el primer estado en México que se va a certificar; en Estados Unidos, 60 por ciento de los penales no han podido alcanzar esa certificación”.
Después, se detiene en los pormenores del área de prisión vitalicia: explica que en las celdas –“cumplen con las normas internacionales”– los reos no compartirán espacio con alguien más. Tampoco habrá visita conyugal. El sexo está prohibido.
Se permitirá una visita cada 15 días, por espacio de una hora, a través de locutorios, y tendrá que ser con un familiar directo; no habrá permiso para visitas de amigos o parientes en menor grado.
Se carecerá de acceso a teléfono y no podrán tener radio ni televisión, como comúnmente sucede en las celdas normales, donde el reglamento permite un aparato de hasta 16 pulgadas. Y, “por el momento”, no habrá posibilidad de que realicen algún trabajo o actividades educativas.
“Todo se va controlar desde el centro de mando: el abrir y cerrar de las puertas, cortar el agua, apagar la luz”, cuenta el fiscal.
–¿Se les permitirá tener algún objeto en sus celdas?
–Nada más la Biblia.
–¿Ningún otro libro o revista?
–Nada –acota el fiscal y gira abruptamente la cabeza.
A diferencia del modelo de reinserción aplicado al resto de los reos, con los de prisión vitalicia primero se trabajará en un proceso de contención.
“Estamos homologando un procedimiento que nos permita darles un proceso, no de reinserción, sino de aprender a vivir dentro de las prisiones; desarrollar ese esquema nos tomará de aquí a mediados del año que entra”.
–¿Qué características tendrá?
–Es un programa que apenas estamos diseñando. Vamos a meter especialistas en el tema penal, en sicología, en trabajo social, porque no sólo hay que ayudarlos a ellos, sino también a su familia; va a llevar tiempo porque no hay en el país, no hay de dónde copiarlo. Tenemos que crearlo.
–¿Es un proceso sicológico?
–De aprendizaje de vida –corrige el hombre.
–¿Y cómo van a crearlo? ¿Han visitado
...